Ceniciento. La historia de un hada.

Epílogo.

Dos meses después, Dimitri y yo nos casamos. La ceremonia fue muy íntima, junto al mar, al lado de mi casa en Sun Beach. Mis amigos estadounidenses estaban presentes, Olga e Irina, la hija de mi esposo, vinieron de Rusia. Irina terminó sus estudios y, como le prometí, le hice un contrato de prácticas en mi empresa. Y, por supuesto, invité a mi padre. Se alegró de tener la oportunidad de conocer a su nieto, el cual, no lo soltaba de sus manos. Cuando él supo, que íbamos a llamar al niño Mark, unas lágrimas cayeron de sus ojos.

- ¿Cómo supiste que Mark era el hijo de Vasiliev? - Le pregunté.

- He vivido en esta tierra durante demasiado tiempo y he aprendido a comprender bien a la gente. - Sonrió.

- ¿Pero no lo sabías?

- Cien por ciento no, solo comparé los hechos. Cuando te llamé y tu antes de nada preguntaste por él, pensé que te interesaba. Y después él se acercó a mí y me suplicó, que le dijera dónde estabas, todas las dudas desaparecieron. Mucho me ha quedado claro, - respondió el Khan.

- ¿Por qué le dijiste? - Le pregunté finalmente.

- Porque yo no tuve la oportunidad de estar en tu nacimiento, entonces pensé, que mi nieto debería conocer a su padre antes, que yo supiera de mi hija, - me miró. - ¿Espero que no te ofendas por mí?

 

- No, hiciste todo bien. Me devolviste la oportunidad de convertirme en la mujer más feliz del mundo, papá, - le llamé así por primera vez y abracé al anciano, notando sus ojos húmedos.

Vasiliev se acercó a nosotros.

- Gracias, Mark, - dijo.

- Cuida de ellos. Son todo lo que tengo, - dijo mi padre.

- Puedes no decirlo. Ellos también son mi vida, - sonrió mi esposo, abrazándome por la cintura y besándome tiernamente.

Nos acercamos a Olga, que volvió a presionar a Alex.

- Olga, deja al hombre en paz, - le ordené, tratando de liberar mi ahijado.

- Ahora me entenderás, como es un amor de una madre, - me dijo con irónica sonrisa.

- ¡Que Dios me libre de ser como tú, trataré de no asfixiarlo con mi amor! - me reí.

- Yo la controlaré, - dijo Dimitri. - ¿Y dónde está Irina?

En ese momento, me di cuenta de que el control de su parte sería máximo. Cuando le dije, que Irina haría unas prácticas en Estados Unidos, mientras nosotros volveríamos a Rusia, a mi antigua casa, se ofendió un poco, pero pude convencerlo, de que sería lo mejor para ella. La niña debe empezar a vivir sola y debemos confiar en ella. Aparte, Alex, sería su “apoyo” aquí.

De repente apareció Megan con un IPad en la mano.

- ¡Eli, mira esto! Nuestro McCormick ganó las elecciones. – exclamó ella y me enseñó el video.

Estaba muy satisfecha con el trabajo, que hicimos con él. Parecía un político muy seguro de si mismo y de sus ideas. Ojala, tenga una carrera buena.

- ¿No viste a Irina? – la pregunté.

-Ella está allí, - contestó mi amiga, yo estaba buscando con ojos a mi hijastra.

Y la vi bailando al son de la bachata en la arena con Manu. Claramente, eran unos apasionados de la danza y parecía, no solo por el baile. ¡No esperaba esto! ¡Irina y Manu!

Mi cuento de hadas terminó de alguna manera muy extraña. El Hada se casó con el Rey y se convirtió en la madrastra de La Princesa. Pero ¿qué pasa con el "Ceniciento"? - preguntas.

Pero eso será otra historia.




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