Chicago Burns: Ella amaba a su escritor favorito

Capítulo 15

LILY

Cuando alzo la vista, la imagen que se despliega ante mí me corta la respiración. Este no es el santuario de libros valiosos que Mirk me dijo antes. Este lugar es una pesadilla, algo salido de las historias más desquiciadas.

Apenas puedo procesar lo que veo. En una esquina, bajo una luz tenue y opresiva, hay una hilera de frascos de vidrio, cada uno con… restos humanos. Dedos, pedazos de carne, fragmentos que alguna vez pertenecieron a personas reales. Sus formas flotan en líquidos oscuros, cada uno etiquetado con un cuidado perturbador. Mi estómago se revuelve, y un frío asfixiante me recorre la espalda.

Pero eso no es lo peor. Al otro lado de la habitación, en jaulas pequeñas y estrechas, hay chicas vivas. Están encorvadas, parece que llevan tiempo aquí. Sus cuerpos son frágiles, sus ojos opacos. Algunas me miran con una mezcla de terror y desesperanza, como si intentaran advertirme, el aire mismo está contaminado de horror.

Mi mente se niega a aceptar lo que ve. Intento retroceder, escapar, pero mi cuerpo se niega a moverse. Estoy paralizada, atrapada en la realidad de esta habitación prohibida, entendiendo de golpe la verdadera naturaleza de Mirk. Esto no es un hombre, esto es un monstruo, un ser que no tiene límites ni remordimientos.

—¿Te gusta mi colección, Lily?—dice detrás de mí. Su voz ronca y peligrosa, casi burlona.

Estoy acabada.




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