Cielo Infernal

Capítulo 15

“Nunca se sabe”

“Podríamos llamarlo paraíso vivir en un sueño mientras la gravedad te mantiene flotando sobre la órbita del universo, pero a mí me parece un infierno”

Tumbándome entre los recuerdos, pero estoy bien, la felicidad es una ilusión, es una confusión analógica, como una ejecución existencial, somos una casualidad tan corta que con el paso del tiempo se olvida.

A veces no importa que tan fuerte pueda ser una conexión, la casualidad son momentos cortos y frustrados, a veces no se puede coincidir en tiempo y lugar, sin embargo, siempre estaré esperando, quisiera no hacerlo, he llegado al punto donde he encontrado el lugar al cual pertenezco, pero es una lástima que ni siquiera podamos empezar, me he estado desmoronándome durante largos años sobre él, pero ahora podría ser demasiado tarde, estuvimos tan cerca que mis ojos se desenfocaron, me encanta la sensación de satisfacción mientras hablábamos sobre la vida, mientras me observa de una forma tan dulce que parece tan real, dando vueltas por la carretera, pensé; « creo que estoy soñando», hasta que se detuvo me observo me abrazo y le dije; “abrázame hasta que el tiempo se congele, hasta que no podamos sentir nada más”, me beso el cuello sin antes decir en voz baja; —Te extrañare.— entonces mi sistema nervioso colapso a tal grado que solo quería huir, pero al mismo tiempo quería permanecer más tiempo ahí, no era un sueño, por primera vez no estaba viviendo en un sueño, era la sombra y el humo en mis ojos, me dije «espera… tienes que pensar dos veces antes de reaccionar», solo quería que se quedara un rato más una hora no era suficiente, pero una parte de mi debía que no volvería a ver por un largo tiempo, pero la decisión estaba en mi si de verle de nuevo o no, a veces hay que correr riesgos, quizás la historia apenas comience, salí del auto, cerré la puerta y no voltee atrás solo seguí caminando como si estuviera huyendo.

·

Estuve varios días sobre la cama de nuevo solo observando las nubes artificiales, sin poder pensar nada, mis pensamientos eran estáticos, que me llevaron a volver a retroceder unos años atrás, me volví amante de la literatura, el arte de la belleza de las palabras, ¿Cómo sucedió?, por las tardes me escondía en una biblioteca mientras esperaba a Jesse pasara por mi sin embargo, solo leía sin parar sin entender lo que estaba leyendo, un día común en la secundaria y como era de costumbre mi madre se aseguraba que fuera a la secundaria entonces todos los días me dejaba en la entra sin antes asegurarse de que entrara, era obvio que la secundaria siempre fue un asco, me causaba un dolor de estómago todos los días, que no volvería a vivir esa experiencia, era inicio de semana, había llegado una hora antes de la entrada, recorría los pasillos del primer año mientras observaba como terminaba el pasillo, gracias a mi madre estaba en uno de los últimos salones, antes de entrar al salón sentí un tirón de cabello, Maribel era una niña dos años mayor que yo, no entendía su frustración hacia mí, nunca había causado problemas a nadie, solo me mantenía en mi margen, en una de las bancas de la esquina, no me sentía cómoda hablando con nadie sobre mis problemas mentales, quizás deducía que mi vida era perfecta y quizás eso le causaba cierta frustración, no conversaba con nadie mi amiga había pedido que la cambiaran de grupo, lo único que podía hacer era sentarme en el mismos lugar pero cada día alguien más se sentaba conmigo, solo los ignoraba, “Lo único bueno de tener una vida secreta es que no sabes lo que te espera”, esa mañana sentí un tirón de cabello que me llevo al suelo, mis rodillas rasparán el suelo, nunca había golpeado a una chica, eso también iba contra mis principios me arrastro del cabello por todo el pasillo, fueron alrededor de veinte segundos, para cuando reaccione ya la había lastimado no era mi intensión romperle la nariz, me sentí mal y admití a la prefecta que había sido culpable de haberla golpeado también, todos los grupos estaban observando el acto, sentí vergüenza, pues todos murmuraban en contra mía, escuchaba diferentes versiones del conflicto, pero en realidad nadie sabe lo que estaba ocurriendo, yo tampoco entendía porque Maribel me había agredido de esa manera, quería llorar por el siempre hecho de que no quería seguir en ese lugar, la prefecta nos llevó a su oficina, ella pregunto porque le había roto la nariz, también dijo que tendría que llamarle a mi madre para notificarle mi mal comportamiento, a todo eso respondí, que ella me había arrastrado del cabello por todo el pasillo, pero la justicia nunca me ha favorecido, le pregunto a Maribel porque lo había hecho;  ella respondió, —Ella comenzó la pelea, me volvió a cuestionar porque lo hice, solo dije que no lo hice, la prefecta levanto mi reporte y para después anexarlo a mi expediente, como castigo tenía que quedarme por las tardes a lavar los baños de las mujeres, eso era demasiado desagradable, al menos dos veces por semana, el resto de la semana mi labor estaba en acudir a la biblioteca a realizar inventario de todos los libros, tenía que reportarme después de clases con el nuevo encargado y los días que no tuviese alguna clase tendría que ir a cumplir con mi labor.

Estuve al menos una hora esperando a mi madre a que ella se reportara en la oficina de la dirección, estaba observando el ventilador del techo mientras me perdía en el tiempo, ella llego de lejos se veía molesta su rostro lleno de disgusto y molestia, además estaba super decepcionada de mí, me dijo; —espérame en el auto grito. Solo asentí con la cabeza, estuve en el auto esperando mientras observaba el techo, estaba recostada en la parte de atrás, escuchando música a todo volumen mientras la melodía me transportaba a otro lugar.




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