El camino al campamento fue largo, pero no por eso fue aburrido. Mucho menos para dos chicos que tenían mucho que decirse el uno al otro.
Kamille intentaba concentrarse en la música de Maroon 5 que sonaba a todo volumen en sus oídos, pero aun así no lograba olvidar el hecho de que tenía al nuevo chico popular del colegio junto a ella. Y perdió aún más la concentración cuando de repente recibió un mensaje, justamente de él, en su celular.
Lucas: ¿Por qué me ignoras?
La chica lo miró con un segundo, a lo cual él respondió con una expresión dubitativa, pero divertida. Había hecho un gran esfuerzo para escapar de las garras de Shay y poder estar con ella. No pensaba salir de ese autobús sin conseguir algo.
Kamille: No me hables. No quiero estar metida en más chismes.
Ella desvió su atención a la ventana. La respuesta del chico fue instantánea.
Lucas: No me importa lo que digan.
Kamille: Claro que te importa. Tú eres la Bella, y yo la Bestia.
Lucas: Yo diría que más bien tú eres la Bella.
La chica se ruborizó al leer estas palabras.
Kamille: No me parece gracioso.
Lucas: ¿Te parece que estoy bromeando?
Kami lo miró de reojo. No había una pizca de burla en su rostro, solo media sonrisa que parecía muy sincera.
Kamille: De acuerdo. Da igual, solo déjame en paz.
Lucas: Si es Shay lo que te preocupa, ella no está en este autobús.
Kamille: ¿Por qué me preocuparía tu tonta novia?
Lucas: ¿Entonces es Dustin lo que te preocupa? No debería. No lo merece. Además, ni siquiera vino al campamento.
Kamille: ¿Y tú cómo sabes eso?
Entonces sí le importaba él…
Lucas: ¿Por qué te preocupa ese idiota?
Kamille: No me preocupa.
Lucas: Ya, pero quieres saber cómo me enteré de que no vino al campamento.
Kamille: Solo era una pregunta.
Lucas: ¿Aún sientes algo por él?
Kamille
El aire escapó súbitamente de mis pulmones. Tan solo atiné a quitarme los auriculares y arrojarlos junto con el móvil dentro de mi mochila. ¿Qué más le daba a él lo que a mí me pasara con Dustin? Ni siquiera había pensado en es imbécil hasta que él trajo el tema a colación.
Una repentina confusión se apoderó de todos mis sentidos. Un centenar de cosas empezó a pasar por mi cabeza. Imágenes del pasado volvieron a mi mente para atormentarme, haciendo que un escalofrío recorriera todo mi cuerpo. Tuve que apretar mis manos una con la otra para detener el temblor que tenían. Fijé la vista en la ventana, reacia a mirar a aquel chico que se había atrevido a traer de vuelta uno de los peores episodios de mi vida.
Realmente se había sobrepasado con ese comentario, que era muy absurdo y a la vez muy confuso. Quizás porque yo tampoco sabía si aún sentía algo por ese imbécil. Lo cierto es que la presencia de Dustin me inquietaba demasiado, hasta llegar al punto de ponerme los pelos de punta. ¿Acaso eso significaba algo?
―Lo siento―lo escuché decir, pero su voz sonaba lejana.
――*――
Fueron necesarios veinte minutos a través del bosque para llegar al claro en el cual acamparían. Era un lugar increíblemente tranquilo, lleno de aire puro; aunque eso no evitó que los más ridículos del colegio se quejaran de los insectos y los “malos olores”, que resultaban ser simplemente los típicos olores de la naturaleza.
―Es muy agradable―comentó Margaret, adelantándose para alcanzar a Kamille. Lucas habría caminado gustoso junto a ella también, si tan solo Shay no lo hubiera secuestrado apenas bajó del autobús.
― ¡Espérenme! ―exclamó Brandt a sus espaldas. El pobre irlandés, en un intento por demostrar su caballerosidad, se había ofrecido a llevar las mochilas de sus amigas. Las chicas se negaron, pero él insistió tanto que finalmente se dieron por vencidas.
― ¿Seguro que no quieres ayuda? ―dudó Kami al notar que su amigo se había quedado atrás.
―Estoy bien. Los hombres somos como hormigas, podemos cargar hasta cincuenta veces nuestro peso―aseguró el chico de ojos verde esmeralda, aunque su cara roja por el esfuerzo mostraba todo lo contrario.
Kamille
El momento incómodo había quedado en el pasado, pero aún quedaban fragmentos de pensamientos acerca de Dustin asaltando mi mente. No podía evitarlo.