Cien pruebas de que existí

Capitulo 7

"El papel que no queria leer"..

Tomó el siguiente papel, aunque sus manos dudaron.
Decía:

“¿Recuerdas cuando me prometiste que nunca ibas a desaparecer emocionalmente, como hicieron tus padres contigo?”

Tamia cerró los ojos.

—Ay Dios… ya empezamos.

El recuerdo vino como un golpe: ella, sentada en el porche, con su hija de once años llorando porque su mejor amiga se había mudado. Tamia había intentado consolarla diciendo:

—Yo no voy a desaparecer. No soy como mis padres.

Pero en algún punto de la vida, sin querer, sin planearlo, había empezado a repetir cosas que juró no hacer.

Ese era el dolor más grande: saber que sin mala intención, igual había dañado.

El papel continuaba:

“No te lo digo para acusarte. Te lo digo porque sé que te duele no recordar bien las cosas. Y necesito que esta vez sí me escuches.”

Tamia exhaló despacio.
Se le apretó la garganta.

Pero igual sonrió un poco, porque la frase final decía:

“Si estás llorando ahora mismo, toma agua. La doctora dijo que te deshidratas fácil.”

—¿En serio…? —Tamia bufó, limpiándose los ojos—. Ni llorar me dejan tranquila.

Pero se tomó el vaso de agua.
La niña la conocía demasiado bien.




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