Citas, matches y desastres

Capítulo 43

Después del fracaso de la cita en la gasolinera, Valeria pensó que al menos las cosas no podían ponerse más raras. Ingenua ella.

Todo comenzó en una reunión de equipo. El jefe, con tono solemne, anunció:
—Se vienen cambios importantes en la empresa.

Valeria bostezaba discretamente cuando soltó la bomba:
—Y, a partir de la próxima semana, el equipo de marketing será reestructurado. Valeria, trabajarás en un proyecto especial… directamente con él.

La oficina entera giró la cabeza hacia el coworker misterioso. Valeria tragó saliva como si hubiera intentado comer una piedra.

Claudia, que estaba al lado, le susurró:
—El universo tiene más sentido del humor que nosotras dos juntas.

El resto del día fue un carrusel de nervios. No solo iban a estar más tiempo juntos, sino que todos lo sabían. Y los rumores ya corrían como pólvora.

Por si fuera poco, al salir de la oficina, él la alcanzó en la puerta.
—Valeria… necesito contarte algo.

Su voz sonaba seria, demasiado seria.

Ella intentó romper la tensión con humor.
—¿Me vas a decir que en realidad eres un agente encubierto del FBI? Porque si es así, quiero uniforme gratis.

Pero él no sonrió.
—No, es algo personal. Algo que puede cambiar todo.

Valeria sintió que el suelo se movía bajo sus pies. Lo miró, esperando la confesión que parecía inevitable.

Ese momento… quedó suspendido, como si alguien hubiera presionado “pausa” en su vida.

Esa noche, escribió en su diario digital:
“No sé qué va a pasar. Solo sé que, por primera vez, no quiero huir. Quiero escuchar. Y eso, viniendo de mí, ya es un giro inesperado.”



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En el texto hay: romance, humor

Editado: 20.09.2025

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