Si había algo que Valeria creía tener bajo control, era el tema de los ex.
Su regla era simple: fuera de vista, fuera de mente. Y hasta ahora había funcionado… más o menos. Pero claro, el universo nunca deja a nadie tranquilo cuando todo empieza a ir bien.
El encuentro inesperado 😱
Valeria estaba con Claudia en un centro comercial, probándose un vestido que parecía diseñado para hacerle pagar cada croqueta de queso que se había comido en su vida, cuando lo vio: su ex, caminando directo hacia la misma tienda.
—¡NO! —exclamó en voz alta, tapándose la cara con una bufanda del perchero.
—¿Qué pasa? —preguntó Claudia, con la boca llena de nachos del food court.
—¡Es él! ¡El innombrable! ¡El error en dos patas! ¡El que me hizo creer que “vamos a darnos un tiempo” significaba dos semanas y no dos años!
Claudia se atragantó de la risa.
—Amiga, tranquila, parece que solo está mirando camisas.
—¡Camisas que probablemente va a usar para romperle el corazón a otra pobre alma inocente! —replicó Valeria dramáticamente.
El plan de escape 🕵️♀️
Valeria, en pánico, trató de esconderse detrás del mostrador de accesorios. Pero como la vida no es justa, terminó tirando una torre de collares al suelo. El escándalo fue tan grande que el ex levantó la vista y la reconoció al instante.
—Valeria… —dijo, con esa voz suave que en el pasado la había derretido y ahora solo le sonaba a alarma de incendio.
Claudia, viendo el desastre, susurró:
—Ok, modo ninja: vamos a improvisar.
Y sin previo aviso, Claudia se puso a actuar como si Valeria estuviera hablando sola por teléfono:
—Sí, doctor… ¡ah, el trasplante de riñón! Claro, Valeria está lista. ¡Pero no puede hablar ahora, está muy ocupada salvando vidas!
El ex la miró raro. Valeria solo sonrió, como si fuera completamente normal estar involucrada en una operación clandestina de órganos un martes por la tarde.
El choque directo 🚨
Obviamente, la farsa no duró mucho. El ex se acercó con una sonrisa incómoda.
—Hace tiempo que no te veía. ¿Cómo has estado?
Valeria, queriendo sonar madura, respondió:
—Muy bien, gracias. ¡Soy toda una mujer nueva!
Claudia, en segundo plano, murmuró:
—Nueva pero igual de desastrosa.
La conversación fue un festival de incomodidades: él hablaba de su nuevo trabajo, de viajes, de lo mucho que había “crecido como persona”… y Valeria sonreía mientras en su cabeza pensaba: bla, bla, bla, ¿cuándo termina este TED Talk?
La salvación romántica 💕
Justo cuando parecía que no había salida, sonó el celular de Valeria. Era un mensaje de él:
> “¿Lista para nuestra cena de mañana? Esta vez yo cocino. Prometo no intoxicarte… mucho 😏.”
Valeria sintió que el mundo volvía a girar.
Con una sonrisa que no pudo ocultar, miró al ex y dijo:
—La verdad, estoy mejor que nunca.
Y mientras se alejaba con Claudia, pensó que los ex son como esas aplicaciones que uno descarga en el celular y después olvida: inútiles, pesadas, pero que en su momento parecían una gran idea.