Citas, matches y desastres

Capítulo 78

Valeria siempre había dicho que no era de multitudes.
—Los conciertos son como campos de batalla —explicaba—: sudor, empujones y alguien que inevitablemente te pisa el zapato nuevo.

Pero cuando él la invitó a ver a una banda que a Valeria apenas conocía, no pudo negarse.
—Va a ser divertido —prometió él—. Te va a encantar.

Spoiler: no todo fue tan sencillo.

El inicio del desastre 🎸

La cosa empezó mal desde la fila de entrada.
Valeria, que había elegido cuidadosamente un outfit “cool pero no exagerado”, quedó atrapada detrás de un tipo que parecía un ropero humano. No veía absolutamente nada.

—¡Voy a salir en las fotos del concierto como una sombra sin cabeza! —se quejó.
Él se rió y trató de tranquilizarla:
—Tranquila, vamos a movernos más adelante.

Error. En su intento de avanzar entre la multitud, Valeria terminó con la cerveza de alguien derramándose encima.
—Perfecto. Ahora huelo como taberna medieval —bufó, mientras él contenía la risa.

El momento ridículo 😂

Cuando por fin llegaron cerca del escenario, las cosas no mejoraron.
Valeria, intentando seguir el ritmo de la canción, dio un salto torpe y casi cayó sobre un grupo de adolescentes que la miraron como si fuera una tía perdida en la pista de baile.

—¡Yo era cool en los 2000! —gritó en defensa propia, aunque nadie la escuchó.
Él, riéndose a carcajadas, le ofreció la mano para estabilizarla.
—Prometo no dejar que te rompas nada… todavía.

La catástrofe inesperada 🚨

Justo en medio de una de las canciones más potentes, Valeria sintió un empujón.
En cuestión de segundos, terminó subida en los hombros de él, sin siquiera entender cómo había pasado.
—¡Bájame de aquí! ¡Voy a parecer un faro humano! —gritaba, mientras agitaba los brazos para no perder el equilibrio.

La multitud empezó a animarla, aplaudiendo y coreando como si fuera parte del espectáculo.
Valeria quería morirse de vergüenza, pero al mismo tiempo, algo en su pecho le decía que aquella locura era… liberadora.

El caos romántico 💕

Cuando la bajó, Valeria estaba roja, despeinada y con la voz ronca de tanto gritar.
—Eres un desastre —le dijo él, riéndose.
—Y tú eres cómplice del desastre —respondió ella, sacándole la lengua.

De camino a casa, todavía con el eco del concierto en los oídos, él le tomó la mano sin previo aviso.
—Creo que fue la mejor noche caótica que he tenido en mucho tiempo.
Valeria, cansada pero feliz, se recostó en su hombro.
—Pues prepárate, porque conmigo el caos viene en combo.

Y aunque estaba agotada, supo que esa noche quedaría grabada en su memoria, no por la música, ni por el sudor ni por el olor a cerveza, sino porque había descubierto que a veces el caos podía ser… el lugar más perfecto.



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En el texto hay: romance, humor

Editado: 20.09.2025

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