Citas, matches y desastres

Capítulo 88

Valeria nunca había sido fan de las fiestas de disfraces. Según ella, eso era cosa de gente con demasiado tiempo libre… y de adultos que aún no habían superado Halloween. Pero Claudia, con su energía imparable, la convenció con un argumento imposible de refutar:

—¡Es la excusa perfecta para que tú y él aparezcan como pareja oficial, y además disfrazados! Eso es doble diversión.

Valeria terminó aceptando, aunque su mayor miedo era no poder caminar con el ridículo disfraz que Claudia ya había elegido para ella.

La llegada triunfal 🦸‍♀️🦸‍♂️

Claudia había decidido que Valeria y él debían ir de superhéroes. No los clásicos, sino una versión improvisada con capas de tela brillante y antifaces que parecían sacados de una feria escolar.
—Con esto nadie podrá ignorarlos —dijo, orgullosa.

Cuando llegaron a la fiesta, el ambiente era un carnaval de locura: Cleopatra bailaba con Darth Vader, un unicornio discutía con un pirata y alguien disfrazado de aguacate hacía trucos de magia con cartas.

Valeria intentaba caminar con dignidad en su traje ajustado, pero cada paso era una lucha contra la tela y contra sus propios nervios. Él, en cambio, parecía disfrutarlo demasiado.
—Admitelo, me veo increíble con esta capa.
—Pareces más un mantel con patas que un superhéroe —replicó Valeria, riendo.

El concurso inesperado 🎤

De repente, el animador anunció que habría un concurso de disfraces en parejas.
—¡Queremos ver creatividad, carisma y química! —gritó el presentador, disfrazado de Elvis.

Claudia, que estaba disfrazada de bruja glam, empujó a Valeria y a él hacia el escenario.
—¡Ustedes van, no se aceptan excusas!

Valeria lo miró con pánico.
—¿Qué hacemos?
—Improvisar —respondió él, como si fuera lo más fácil del mundo.

Y así, frente a todos, empezaron a actuar una especie de “batalla contra el mal”: él fingía luchar con un esqueleto inflable, mientras Valeria se hacía la heroína que lanzaba rayos invisibles. El público estallaba en risas, y aunque Valeria quería morirse de vergüenza, no pudo evitar contagiarse del buen humor.

Al final, terminaron abrazados en pose triunfal, con Claudia aplaudiendo como si hubieran ganado un Óscar.

El desastre con el ponche 🍷

Todo iba bien hasta que Valeria, todavía nerviosa, decidió servirse un vaso de ponche para calmarse. Lo que no sabía era que alguien había decidido “mejorarlo” con demasiado ron.
Un sorbo bastó para que su lengua se soltara.

—¿Sabes qué es lo más raro? —le dijo a él, mirándolo fijamente—. Que nunca pensé que terminaría aquí, contigo, disfrazada de superhéroe barato… y sintiéndome feliz.
Él arqueó una ceja, sorprendido.
—¿Eso fue un cumplido?
—Fue un cumplido disfrazado de crítica. Aprende a leer entre líneas.

Ambos rieron, pero justo en ese momento Valeria, por accidente, volcó el ponche encima de su capa.
—¡Nooo! —exclamó él dramáticamente—. ¡Mi superpoder era la elegancia!
Valeria no pudo contenerse y terminó doblada de la risa.

El giro romántico 💫

Más tarde, cuando la música bajó y la pista se llenó de luces tenues, los organizadores pidieron a las parejas que bailaran.
Él extendió la mano hacia Valeria con una sonrisa cómplice.
—¿Me concede este baile, heroína torpe?
—Solo si prometes no pisarme con tus botas ridículas.

El baile fue torpe, divertido y al mismo tiempo íntimo. Entre risas y pasos mal ejecutados, Valeria sintió esa mezcla de nervios y ternura que siempre la desarmaba.

Claudia, desde la distancia, los grababa todo con su celular.
—Esto es material histórico —murmuró, con su clásica sonrisa de “ya sé que mañana me odiarán, pero lo vale”.

El final caótico 🎭

La noche terminó cuando alguien disfrazado de unicornio tropezó con la mesa del ponche, bañando a medio salón en líquido rosado. Valeria y él, empapados hasta las rodillas, no pudieron hacer otra cosa que reír.
—Definitivamente, esta ha sido la fiesta más absurda de mi vida —dijo Valeria.
—Y aún así, la mejor —respondió él, acercándose para darle un beso rápido bajo la música de fondo.

Claudia, empapada pero feliz, levantó su copa de plástico.
—¡Por las fiestas ridículas, los disfraces incómodos y los romances que sobreviven a todo!

Y todos brindaron, porque al final, hasta los héroes de capa barata merecen su momento de gloria.



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En el texto hay: romance, humor

Editado: 20.09.2025

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