Clauxtro

Capítulo 10

No podía creer que hace dos casi tres días no sé nada de Loa, me ignora los mensajes ¿Por qué lo sé?

"Loa, lo siento debí decirte, pero no sabía cómo; tenemos que hablar". Enviado viernes 6/7/2018 a las 11:37 am / Leído a las3:45 pm

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"no me ignores por favor, necesito que hablemos, vi a Thomas y me reclamo" Enviado sábado 7/7/2018 6:00 pm / Leído a las 6:02 pm

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y asi llego el sábado en la noche con otra hilera de mensajes los cuales fueron ignorados; estaba desesperado porque ni siquiera cuando me fui por mi maestría durábamos tanto sin hablar, sé que debí decirle lo de Leticia, pero no sabía cómo lo tomaría y ahora lo sé.

- ¡Amor! ¿No vendrás a cenar? - me pregunto Leticia abriendo la puerta de mi habitación. - La cena se enfría ¿vamos?

- Si ya voy, - digo guardándome mi celular en el bolsillo y poniéndome de pie de la silla del escritorio.

- ¿Aun no te responde? - Pregunto. - ¿Si quieres puedo hablar con ella? - dijo, la mire con el ceño fruncido.

- Gracias por tus intenciones, - le di un beso en la sien, - pero no es buena idea, ella no confía con facilidad en las personas que acaba de conocer.

- Pero podría intentarlo, no pierdo nada o ¿sí? - me expreso mirándome con ojos de gato; algo que me parecía lindo y sensual en otro momento, pero justo ahora me preocupa ella, mi pequeño Cerezo.

- ¡Por favor! - gritaba desde el otro lado de la puerta. - ¿Alguien que me ayude? - pregunto; hacia frio, ya que empezaba a sentirse más frescas de la cuenta y el cielo estaba completamente opaco.

- ¿Loa? - pregunto bajo pegado a la puerta, - ¿Estas bien cerezo? / ¿Cómo podía llamarla así? / - ¿Puedes salir? - inquiero tentando la puerta.

- ¿Quién esta hay? - pregunta llorando? - Por favor quiero agua, no he bebido agua hoy; ¿Por qué me hacen esto? - hablo llorando y percibí que mi corazón se partía, quería llorar con ella y consolarla.

- Espera, te traeré agua, - digo y salgo corriendo a la casa grande / ¿Cómo la pueden tener así? / mientras estuve en la cocina buscando la botella para echarle el agua y llevarla a Loa, los escuché.

- El Jeque vendrá en dos días, adelanto su vuelo por la niña; quiere ver como esta antes de poder comprarla. / ¿A qué se refieren? / y es cuando veo mi mano y entiendo que se refieren a ella. / ¿venderán a Loa? /

- El pago de ¿cuánto será? - pregunta León - pero importa si es o no virgen?

- Eso es algo que es imprescindible en una niña, - le dice, - pero eso no impedirá la venta; hasta ahora está ofreciendo... - ¿Escuchaste eso? - pregunto mi padre.

Me había movido por la impresión de lo que había escuchado decir, tropecé con una caja de vidrios; mire a todos lados para esconderme, pero reaccione al ver el refrigerador lo abrí y metí la cabeza en el mordiendo un pedazo de pastel que tome con la mano para hacer esto más creíble; era atroz lo que acababa de escuchar y con ello el respeto hacia mi padre se esfumo como el humo de un incendio abrazador en mi corazón, mientras mordía otra fruta o bueno la única que pude coger, la luz se encendió.

- ¿Thiago, hijo? - pregunto con sorpresa - ¿Qué haces con el refrigerador abierto? - me gire con la mano llena de pastel que había metido a mi boca al terminar de voltearme. León estallo en una estruendosa carcajada. - Pareces un payaso, todo lleno de pastel. - y en ese momento quería ser un adulto y poder partiles la cara con mis propias manos.

- Ve a lavarte y a dormir hijo, - / como quisiera no ser tu hijo/ -además, - dijo haciendo una pausa - ¿Qué buscas despierto? trago lo que tengo en la boca y bebo agua de la botella que tengo en la mano, sé que no preguntara.

- Tenia hambre y no podía dormir, baje por comida y sólo hay frutas y pastel, - le digo, - llenare la botella por si me da sed, así no vuelvo a bajar ¿está bien?

- Si, ve a dormir muchacho, - dice mi papá y me acerco a abrazarlo, aunque me revuelve el estómago hacerlo.

Subo a mi habitación y cierro la puerta para que escuchen, mi ventana queda frente a la puerta trasera del local que tiene el cual es de varios niveles; nunca me han dejado entrar ya que la casa tiene otra salida; los veo salir riendo y se detienen, me oculto por si miran hacia la ventana y efectivamente lo hacen.

- ¿Crees que haya escuchado? - Le pregunta León con el guacal de copas en las manos.

- No lo creo; ese muchacho es medio tonto, si no es porque es mi hijo, - le dice. - Pensaría que es un tonto completo. - Se ríen y caminan; quiero demostrarle que no soy un tonto ni medio tonto.

Salgo de la habitación con la botella de agua, bajo las escaleras, salgo por la puerta trasera de la casa con una manzana en la mano a parte del agua. - ¿Loa, estás despierta? - Le pregunto mientras espero su respuesta.

- ¿Eres tu Thiago? - No puedo responder por la sorpresa de que sabe mi nombre. - ¿Qué haces aquí otra vez?



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En el texto hay: venganzas, miedo psicológico, amor

Editado: 01.11.2018

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