Clauxtro

Capítulo 16

- ¿Se puede saber qué te pasa? – me pregunta mi madre cuando entra en la habitación y me observa tirado sobre la alfombra mirando al techo. – hace dos días llagaste ebrio, ayer discutiste con Leticia, no sé la razón, pero ella está muy enojada; tampoco has ido a trabajar, - dice tomando asiento en el taburete. – Discutiste con Loa ¿Cierto? – me incorporo y me siento frente a ella como un indio.

 - ¿Cómo te has dado cuenta? – Le Pregunto.

- Soy tu madre, - dice; - No te parí o te tuve nueve meses en mi vientre, pero te críe con amor cuando los encontramos a ti y a ella; - Continua con su dialogo, - cuando la protegiste de Orlando ese día y luego de Harper, tú la colocaste detrás de ti y con un palo nos amenazaste allí lo supe.

- ¿Qué supiste? – Le pregunto, me ha interesado saber esto.

- Supe que están destinados y entiendo que te hayas comprometido con Leticia, lo respeto. – Continua, - pero ella no se merece que la uses porque no aclaras tus sentimientos por esa chica que también te ama.

- Tienes razón, - le digo, poniéndome de pie; - iré a hablar con Leticia; ¿Está en la habitación de huéspedes? – pregunto para salir.

- Si.

Camino hacia la habitación y me detengo en la puerta, se escuchó algo; - no estoy llorando, - escucho que dice / pero ella no tiene familiares ¿con quién habla entonces? / - tenemos que terminar esto. - / ¿terminar el que? ¿Qué coños está pasando? / abro la puerta y ella se sorprende volteándose en la cama. Sus ojos no parecían tan rojos e hinchados, pero si estaban cristalizados, - ¿Qué haces aquí? – Pregunta secándose las lágrimas que amenazaban con salir bruscamente, - ¡¿Te hartaste de lamentarte?! – dice levantándose de la cama.

- Leticia por favor, - le suplico; - Lo siento ¿está bien? – Le digo; - Lamento esta situación, no quería decir esas cosas, estaba muy borracho.

- Eso no justifica lo que me dijiste, - dice ella parada frente al espejo viendo su rostro mojado; - dijiste que no estás seguro de si me amas, no sabes lo que eso duele Thiago ¿No lo sabes?

- Lo siento, - le digo acercándome.

- ¿Qué sientes? – pregunta. - Lo que me dijiste que quieres o lo que sientes por ella, - espeta con mirada dura; - no me iré a ningún lado, ¿me escuchaste? – me grita mirándome nueva vez.

- Pero ¿De qué estás hablando? – Le pregunto, nunca le dije que borracho me olvido de las cosas.

- No te hagas el que no recuerda Thiago, muy bien que lo sabes, lo dijiste claro y fuerte.

- Recuérdame eso que te dije, por favor: - le pido y ella frunce el ceño, - necesito que lo hagas y me digas que sientes, - le digo esperando por su respuesta.

- Me dijiste que estabas confundido y no sabías si casarte conmigo, - dice. – Me sentí estúpida; no sabes cómo me sentí por escucharte responderme que no sabes lo que sientes por ella, / ¿Se refiere a Loa? / - Te pregunte si la amas y no me respondiste, te encerraste en tu habitación hasta hoy.

- Lo siento amor, - le digo acercándome para abrazarla, ella se aleja dando un paso hacia atrás, yo la sujeto por el rostro con ambas cuando no puede moverse más por el espejo. – De verdad perdóname, - me inclino para besarla, sus labios carnosos y suaves me reciben con anhelo; desde que llego que no hemos tenido intimidad, no hemos hecho el amor o tenido sexo, profundizo nuestro beso y sus manos se deslizaban por mi cuello expertas en esa acción que a Loa le falta.

De pronto no sé qué hago y la suelto dándole un pico en los labios y ella no se contiene, - ¿Qué pasa? – me mira buscando indicios de indecisión; - hace un mes que no estamos juntos. – Dice formando un puchero, - Te extraño.

- Leticia yo… - me quedo en silencio, no puedo decirle porque he parado.

- Nos vemos esta noche, - le digo para ganar tiempo; - te llevare a cenar, para que olvidemos este mal momento; ¿Qué dices? – Le interrogo.

- ¿A qué hora? – y con eso sé que espera lo mejor esta noche y yo espero compensarle todo lo que ella ha pasado. – Espero y podamos estar el resto de la noche juntos. Salgo de la habitación meditando en que la noche que pasamos en aquel hotel aquella vez no pudimos estar juntos porque me quede dormido luego del masaje y de meternos en el jacuzzi de la habitación que era de hidromasajes nos dimos algunos besos, luego de salir del jacuzzi y nos acurrucamos para hablar y allí me quede profundamente dormido.

 

* * * * *

- Eleonor, buenos días, - le digo pasando frente a su escritorio, ella se pone de pie y me sigue; - hazme una reservación para esta noche a las siete treinta, con flores y una botella de champagne; no atenderé a nadie después de las cinco y cuarenta ¿hay muchos pendientes? – cuestiono, sé que estos dos días sin venir a la empresa se han acumulado trabajos importantes.

- Está bien señor, - me dice, - ¿De qué color quiere las flores? – me cuestiona; - También llamo el señor Leinox Reyes, que mañana estará en la ciudad y podrá verse con usted y presentarle a la persona que le había comentado; - le hago un asentimiento de cabeza. – Con permiso.



#12575 en Thriller
#7198 en Misterio

En el texto hay: venganzas, miedo psicológico, amor

Editado: 01.11.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.