Cold Caresses.

1

Capítulo 1.

El constante goteo del lavabo de la cocina le comenzaba a causar ansiedad, sus piernas subían y bajaban con rapidez, sus manos sudaban y le costaba respirar, la presión en el pecho no disminuye en absoluto. El cerrojo de la puerta siendo destrabada hizo que el peso imaginario de sus hombros se levantara, los pasos resonaban gracias al azulejo de la casa, desde la entrada hasta la cocina, sus llaves tintineando al ser colocadas en la isla de la cocina, volviendo a retomar la caminata pero ahora hasta la habitación que ambos compartían.

Klaus se levanta de su lugar, y camina con lentitud, siguiendo a Félix en casa uno de sus pasos, encontrando la ropa de su esposo por el pasillo. Al entrar a la habitación, la oscuridad no le permitía visualizar a su rubio favorito.

Sin decir nada, se desnudo, el único ruido que se podía escuchar era la ropa cayendo hacia el frío suelo.

Las sábanas los abrazaban a ambos, sin previo aviso, Klaus rodea el pequeño cuerpo de Félix con sus brazos.

Ya nada era igual.

Lo que Félix era anteriormente, había dejado de existir en un abrir y cerrar de ojos.

Klaus lloró esa noche, como las anteriores, acercándose más al cuerpo de su marido, escondiendo su rostro en la curvatura de su cuello. No entendía cuál había sido su error para tener este distanciamiento de su marido.

Sin obtener respuestas, después de un largo tiempo, se quedó dormido, Félix entre sus brazos, sintiéndolo tan correcto pero algo dentro de él, disparaba alarmas de que no era así.

“No todo aquello que te rodea es real”

A la mañana siguiente, Klaus no podía decir que se sentía “aliviado”, amanecer sin Félix entre sus brazos o el desayuno preparado lo hacía sentir triste y solo, no sabía explicar el porqué.

Las miradas de preocupación (inclusive, un poco de lástima) lo hacían sentir incómodo, no dejó pasar por alto todo lo que sus compañeros de oficina y jefe le hacían.

Puedes salir antes, Klaus”

“¿Necesitas copias de este documento? Solo espera un poco, lo traeré para ti”

“Tranquilo, Félix estará esperando por ti en casa”

Klaus quería creer en lo que dijo Rachel, tenía las esperanzas de que la castaña no se equivocara y tuviera la razón.

Al término de la jornada llegó, tomó su maletín y llaves del auto. Durante el camino de regreso a casa, pasó a la pequeña tienda, “24 horas” decía un gran letrero con luces LED, solo tomo una botella de vino barato, snacks y comida rápida, no quería cocinar, no quería molestar a Félix con decirle “cocina un poco para nosotros, tenemos que cenar juntos”, Félix llegaba cada día más cansado, su rostro pálido y las bolsas oscuras debajo de sus ojos hacían a Klaus sentirse mal.

Pero como los días anteriores, Klaus sentía su casa demasiado grande para una persona, sola, fría, sin ruido alguno que indicara que había alguien.

El corcho del vino salió volando por alguna parte de la casa, la levantaría antes de que Félix llegara, no quería hacer enojar al rubio, solo quería verlo sonreír de nuevo y escuchar un “Te amo cariño”

“Nada de eso llegaría” 

Y como todas las noches pasadas, Klaus y Félix se acostaban, Klaus abrazándolo fuertemente, como si su vida dependiera de ello.

Klaus lloraba sin control alguno.

Klaus susurraba palabras de amor hacia Félix, no queriendo abrazarlo demasiado fuerte y provocar que el no respire más.

Klaus sentía frío.

La piel de Félix estaba fría.

Klaus pensaba que era por la ventana abierta, pero…

 

¿Realmente es eso o simplemente Félix siempre ha sido de temperatura baja?

 



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En el texto hay: hombrexhombre, trastorno mental

Editado: 13.04.2022

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