Como Dos Extraños

Capítulo 7

- ¿Estas lista? – Le preguntó acercándose a ella. A pesar de que accedió no le parecía tan correcto. Alzó la vista, las nubes cubrían el sol y hacían ver el día nublado. El parque estaba tan vacío como siempre, al menos le parecía bueno que no hubiera gente y que la banca en donde siempre se sentaba impedía que alguien los viera. Agradecía enormemente al árbol que los protegía. – sí, todo por la ciencia. - Se dio ánimo, era capaz de hacerlo solo para comprender algunos asuntos. Él se acercó aún más, colocó su mano derecha detrás de la oreja de su amiga y poco a poco fue acercándose hasta hacer conexión. Sus labios chocaron. A ninguno de los dos le pareció extraño el resultado. No se sentía nada. A Farah no le pareció asqueroso al hacerlo. Repitieron el proceso una y otra vez hasta que se fueron acostumbrando más y más. - ¿Crees que lo hacemos bien? – le preguntó al volver abrir sus ojos. – No lo sé, ¿beso bien? – le preguntó a su amiga. - supongo… - les fueron pareciendo normal aquellos besos. – bueno está bien, volveremos a intentarlo. -Colocó su brazo izquierdo en el hombro de Farah, volvió a acercarse y de nuevo conectó sus labios. Comenzaron a seguir todos los consejos del videotutorial. Sus besos fueron alargándose. Farah también imitó la acción del video y posó su mano sobre la mejilla de Alexis.

Al día siguiente volvieron a practicar con más naturalidad. El resultado ya lo habían conseguido con éxito. - ¡Creo que ya estoy listo! – se alegró de ya no ser un inexperto. - ¿Entonces ya le dirás mañana? – se alegró por su amigo.  – sí, le mandaré mensaje para que podamos vernos después de la escuela, pero muchas gracias, lo logramos. – alzo sus manos en puños. Los chocaron mutuamente. – Está bien. Esperemos que te vaya bien. –  En verdad deseaba que Ada lo aceptara, se había esforzado mucho. Alexis sacó su celular y comenzó a escribir un mensaje. Estaba ilusionado de que por fin mañana le expresaría lo que sentía. – Ya me respondió - sonrió. – dice que está bien. – se alegró aun más. Los nervios se intensificaban. – Sabes que… mejor ya me voy, tengo que prepararme para mañana, tengo que hacer muchas cosas - guardó su celular y agarró su mochila. - Pero en verdad me ayudaste, muchas gracias Haraf. Ya después te contaré que pasó. – estaba emocionado, en verdad le esperaba un gran día, tenía que lavar su uniforme perfectamente y pensar en la forma de cómo declararse. Los nervios lo ponían demasiado feliz. – vale, espero que te vaya bien. – Alexis se levantó agarrando su mochila con una sola manga. – muchas gracias – se agachó para acercarse y emocionado la besó por última vez en los labios. Le agarró sus manos y también colocó un beso en sus puños.

Después comenzó a caminar y posteriormente a correr. Estaba demasiado entusiasmado. Se sentía más confiado, ahora podía llegar con Ada y besarla con naturalidad.

Al día siguiente Farah subió con su amiga Ema, tenían que comprar algunos materiales para su clase de Química. Las papelerías de la calle del “Colegio Ángeles” eran más surtidas. Pronto Ema tomó el autobús y ella comenzó a caminar.

- ¡Haraf! - Escuchó una voz por detrás. Alexis la reconoció de inmediato al salir de una tienda. Su uniforme holgado, su estatura y el nuevo peinado de coleta que ahora siempre utilizaba eran características de su amiga. Ella se detuvo al reconocerlo. - ¿Qué crees? – se observaron. - ¡Dijo que sí! ¡Ahora somos novios! - En su rostro podía leerse una felicidad enorme. - ¿Enserio? ¡Qué bien! - se alegró por él. – No pude esperar y se lo confesé en el receso, ojalá todo marche bien, ahora vamos a comer algo. - Sus ojos brillaban. - ¿Alex? - se escuchó una voz. Ada se colocó al lado de su novio agarrando su brazo. – ¿Qué pasa? ¿Quién eres? - observó su uniforme azul.  Le desagradó un poco al recordar la rivalidad que tenían ambas escuelas. - ¿La conoces mi amor? – lo observó agarrando su mano y acariciando su mejilla con sus dedos. - ¡No! Ella solo me preguntaba por un café internet cercano. – le explicó observando a su amada novia. - ¡Qué bueno eres! – Le dio un beso en la mejilla - ¿Ya le explicaste? – Miró hacia el camino que la conduciría al café internet. Farah de inmediato le contestó. - ¿Si entendiste? – Le preguntó a la pequeña niña que parecía de primero – Sí, ya sé por dónde, muchas gracias. – Agradeció observando a Ada. – Qué bien, entonces ya vámonos mi vida. - Comenzó a caminar ofreciendo su mochila para que la cargara su novio.

Farah los observó por un momento. Después caminó en sentido opuesto. Ada en verdad era muy hermosa. Estaba a la misma altura que su amigo. Su cuerpo estaba desarrollado y tenía unas pestañas enormes. Su cabello era chino y largo, además resaltaba aún más por su tono amarillo. Parecía princesa. Era comprensible que a su amigo le gustara. Era afortunado de tenerla.  Caminó y de pronto se observó en los reflejos de los coches. Ella no era bonita a comparación de Ada, más bien, de nadie. Se sintió triste por la forma de cuerpo. Además, algo también le punzaba, Alexis había negado su amistad. Pensó en que tal vez le avergonzaría presentarla con su hermosa novia. Al menos se alegró por él. Las cosas habían resultado como él deseaba.

Al llegar al parque una sorpresa la impactó. El lugar estaba rodeado de cinta amarilla impidiendo el paso. Había un camión grande y hombres con casco blanco. Recorrió el lugar. Pudo leer en un letrero que el lugar se encontraba en reconstrucción. El sonido de la sierra y los golpes de las ramas cayendo le causaron mucha más tristeza. El parque que tanto amaba estaba desapareciendo. Fue incapaz de volverlo a ver nuevamente.

Las vacaciones empezaron y al volver a su tercer año y observar que el parque había cambiado tanto hicieron que no volviera más. Ahora el parque se iluminaba con muchos colores de pintura en el suelo. Los árboles ya no daban esa sombra grandiosa y muchos habían sido remplazados, ahora eran pequeños sin nada de gracia. Las bancas ahora de metal, su amada banca había desaparecido junto a su árbol que antes le otorgaba seguridad. Lo remplazaba un árbol pequeño de jacaranda. Ahora había más juegos, pero al menos prevalecían los juegos de antes. Se consoló de al menos verlos. Recordó las pocas veces que se columpió junto con su amigo.  La fuente ahora sacaba agua y había carteles de que el parque era seguro y de cuidados hacia el nuevo lugar. El ambiente también era diferente. Más personas se aglomeraban. Se entristeció tanto. Ahora ya no tendría un lugar tranquilo. Intentó sentarse y realizar sus tareas, pero no podía estar tranquila. Todo era diferente. No le gustaban los cambios. Siempre perdía algo. Su amigo también había dejado de venir desde que conoció a Ada.




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