- ¿Te pasarías junto conmigo? - Le preguntó Daniela. Acababa de salir el profesor de matemáticas y apenas ambas pudieron calificarse su ejercicio. Permanecieron en el escritorio aun con nervios por haberse tardado tanto. - ¡Claro que sí! - Le respondió emocionada. - No me gusta estar hasta atrás porque no escucho ni veo nada - Le explicó desilusionada de su asiento. - A mí tampoco me gusta estar aquí porque siento que estorbo mucho, luego pasan a empujarme. – También aclaró su problema.
Daniela se sentaba en la primera hilera, en la primera butaca del lado izquierdo, justo donde era parte del pasillo. Le incomodaba su asiento porque se suponía que ella no tendría que estar sentada ahí, solo eran ocho bancas por hilera, pero ella al querer estar cerca de sus amigas se sentó a su lado, sin embargo, sabía que estorbaba, su butaca ocupaba gran espacio del pasillo. – Entonces nos pasamos de este lado, yo creo que no estorbaríamos. – Observó la parte espaciosa que no ocupaban del lado izquierdo del salón: el pasillo principal que daba de la puerta al escritorio; sin embargo, sabían que podían integrarse a ese espacio, no estorbarían, darían suficiente espacio para no interrumpir el paso. Podían integrar sus butacas sin dar problemas, también se encontrarían cerca del escritorio y podrían estar juntas. Daniela y Farah apenas se hablaban, pero el querer tener un lugar más cercano al pizarrón las acercó. Acordaron en pasarse y entonces al día siguiente ambas jalaron su butaca y se sentaron en el espacio, justo al lado de la pared. Una detrás de la otra. Farah prefirió estar detrás de Daniela. Estar tan cerca de los profesores le daría miedo.
Sintió algo de dolor al escuchar a Fabio que no lo dejara. Ciertamente ya eran amigos y con frecuencia le ayudaba en las tareas y ejercicios. A Farah no le importaba ayudarlo porque lo consideraba su amigo, sabía que era muy buena persona su amigo. Sin embargo, en verdad quería estar cerca del pizarrón porque los profesores acostumbraban a hablar despacio y luego ella no escuchaba nada. Además, era oportunidad de hacerse amiga de una chica. Ya había pasado un mes y hasta ahora solo le hablaba a Fabio, Gael y a Iker. A veces las niñas de la primera hilera le hablaban, pero no se podía juntar con ellas porque estaban muy lejos. Quería tener amigas. Daniela era una buena persona, Farah sentía que Daniela era la mejor de su clase, la más inteligente y buena onda, todos la querían, era muy carismática, humilde y todos la respetaban. Ciertamente había otras chicas así, pero le agradaba mucho Daniela sin que aun la conociera muy bien. Su nuevo lugar les empezó a gustar, estaban cerca del escritorio, del pizarrón y no estaban solas, se tenían una a la otra, además si hacían equipos Elena y Aitania se encontraban cerca.
La clase de biología había comenzado, era su clase preferida. Susana era una excelente maestra, se preocupaba por ellos, era muy alegre y sobre todo explicaba muy bien los temas; era doctora, por ende, sus explicaciones eran más interesantes para la clase.
- Alexis, ¡Ya cállate! - Le gritó Susana enojada. – Si profesora ya cállelo, no me deja ponerle atención, ¡es un escandaloso! – Explicó Carlos dando un golpe a su amigo en la nuca. Nicolás, su amigo de la derecha también dio otro golpe a Alexis. – ¡Eres un idiota! - Le volvieron a pegar al mismo tiempo. Alexis alzó sus brazos y como se sentaba en medio de esos dos trató de ahorcarlos. De inmediato Carlos y Nicolás se defendieron, agarraron a su amigo y lo ahorcaron. Esos movimientos provocaron la risa en todo el salón, inclusive Susana se reía; siempre se reía ante sus tonterías, ese trío era de lo más gracioso. Farah no podía entender su amistad, pero le agradaba su relación tan rara. – Ya deténganse. La maestra se acercó a ellos aun riéndose. – Los tres se detuvieron y prometieron guardar silencio, no obstante, al volver a explicar la clase ese trio volvieron a interrumpirla – ¡Nicolás! - la maestra se enojó. Ya era la cuarta vez que la interrumpían. – Profesora ya sepárelos- gritó Iker haciéndoles burla. - Si profesora, ya sepárelos - Rafael y Gael lo apoyaron. Pronto los demás hombres empezaron a decir lo mismo. Todos lo hacían solo por burla. Las chicas permanecían en silencio riéndose de lo que hacían los hombres – Profesora solo aléjenos de este pendejo. – Nicolás habló con una sonrisa en su rostro - ¡Nicolás! - Reprobó la palabra que empleó en su compañero. De inmediato se disculpó. – Si profa, aleje a Alexis de nosotros, él es el causante de todo, solo nos distrae. – Carlos decía con risa, pero haciéndose víctima. Pronto los hombres empezaron a gritar que separara a Alexis. Con gran esfuerzo Alexis les gritaba queriendo callarlos, pero todos hacían caso omiso a sus palabras, les satisfacía burlarse de él. Pocas ocasiones podían hacerle burla, no querían desaprovechar esta oportunidad. – Cállense, a mí me respetan, - Se paró con tono serio. De inmediato Carlos lo empujó y los demás se rieron. – ¡Ya guarden silencio! - Susana silenció a todos. Alexis pasa tu butaca junto a tus compañeras – Señaló en dirección a Daniela y Farah. – Pero…- Alexis se acercó a ella y trató de persuadirla, todos se estaban divirtiendo con sus actuaciones. – ¡Ya cállate! Obedece a la profa, chamaco igualado, aprende a obedecer. – Nicolás le dijo serio. Todos se reían del tono que empleaba. – No se preocupe profesora, yo le paso su butaca, porque ese no hace caso y solo interrumpimos la mejor clase - Carlos se levantó y empezó a cargar la butaca. La colocó detrás de Farah. De inmediato Nicolás se levantó tomó la mochila que se encontraba en el ahora espacio vacío y con un tiro aventó la mochila. La mochila cayó en el asiento de la butaca – Miren nada más ese tiro, el mejor basquetbolista papá. – Se enorgulleció Carlos de su tiro; pertenecer al equipo de basquetbol era su orgullo. – Ya cierren la hilera antes de que regrese Alexis. – Iker gritó desde su asiento haciendo más burla a su amigo. – Dense prisa chicos. - Nicolás y Carlos les dijeron a sus compañeros. Pronto todos riendo y con pasos presurosos cerraron ese espacio. – ¡Jaja que graciosos idiotas! – Alexis les gritó. – Todos se encontraban riendo ante esos actos. Alexis sabía que solo lo hacían para burlarse de él, no porque lo odiaran sino por simple diversión. Solía llevarse con sus amigos de esa forma. - Ya siéntate y deja que la profa continúe con su clase, solo interrumpes. – Carlos se burló aún más. Sin nada más qué poder hacer Alexis caminó y se sentó en su nuevo lugar haciendo señales obscenas a sus amigos. – Mírelo profa, lo que ese idiota hace. – Carlos se hizo aún más víctima, pero con una gran sonrisa.