- Entonces ¿Qué pasó? – Elena preguntó con una gran sonrisa. Dejó su botella de agua en la mesa y colocando sus brazos cruzados sobre el madero se acercó más a su amiga. Farah la imitó.
- Pues…- El rostro de Daniela estaba ruborizado – ¡Ya somos novios! - les dijo emocionada pero aun con voz baja. No quería que sus demás compañeros se enteraran. De inmediato Elena y Aitania sonrieron y agitaron sus manos sobre el madero. - ¿Cómo es que ya son novios? – con asombro preguntó Farah. Era increíble para ella saber que ahora sus dos amigos eran novios. Sabía que últimamente se hablaban mucho, es más, definitivamente había cambiado su lugar, no obstante, se preguntaban cómo es que las relaciones funcionaban, se suponía que Alexis estaba enamorado de otra chica. – salimos ayer - volteó un momento hacia atrás. Alexis se encontraba hasta atrás junto a Iker y Pablo jugando en sus dispositivos. Se aseguró de que hablara lo suficientemente bajo. - ¿Quién se declaró? – preguntó Aitania aún más emocionada. – Fui yo. – Confesó sonrojada. De inmediato todas se asombraron. Admiraban que fuera tan valiente como para atreverse a declararse. – es que sentía que él no lo haría, tenía miedo porque ya saben, al parecer aún sigue pensando en esa tipa, pero... tal vez yo haga que la olvide. – Sonrió ante el positivismo. Todas la felicitaron, no era nada fácil declarase a un chico sabiendo que quiere a otra.
-Minutos después la profesora de artes entró, su retraso de cuarenta minutos había provocado que varios del salón salieran. La maestra prefirió no dar su clase, el tiempo que sobraba no alcanzaría para explicar un tema nuevo tan largo.
- Profesora mejor hay que platicar de nuevas novedades. – Carlos habló con una gran sonrisa desde su asiento. Nicolás lo apoyó. - ¿De qué hablamos? Cuenten algo. – les contestó la maestra desde el asiento del escritorio. Para entonces las chicas que antes se encontraban reunidas en el mobiliario habían pasado a sus respectivos asientos. – Alexis, tal vez hay algo que nos quieras contar, últimamente no cuentas nada. – Nicolás volteó su rostro hacia atrás en dirección de su amigo. - ¡Si Alexis, cuéntanos algo! - Iker, Pablo y algunos otros chicos comenzaron a insistir. Alexis tocó con la palma de su mano derecha su rostro. No quería contar nada, pero sabía que no lo dejarían en paz, ¿Por qué siempre la gente era tan entrometida? Se arrepintió de haberles platicado a sus amigos. De inmediato la maestra también le insistió formando parte de la carrilla que le acontecería. – bueno pues… el día de ayer…- Comenzó a platicar aun estando sentado al lado de Iker. – Dani y yo salimos a una cafetería, ahí tomamos unos capuchinos y unos pasteles, estuvimos platicando y conversamos un poco sobre varios asuntos, después…- La gran mayoría sospechaba, todos esperaban con ansias de que dijera lo importante, en cambio, seguía con detalles sin importancia hasta que guardó silencio. Su mano derecha se encontraba entre su melena, no quería contar más, la vergüenza comenzaba a surgir, no quería evidenciar nada que no quisiera Daniela. – ¿Y qué más? – varios chicos preguntaron ante su silencio. – Dani, tú continua. – Alexis la volteó a ver con una mano entre su cien. De inmediato todos posaron sobre la vista de Daniela. – bueno, pues para ya no hacer las cosas más largas… ¡somos novios! – Contó lo que todos deseaban oír con una sonrisa. De inmediato todos comenzaron a gritar, la emoción los llenaba de alegría. Para todos esos dos hacían una pareja perfecta. Todos creían que eran los más inteligentes del salón, los más buena onda y con características que en realidad se complementaban a la perfección; los gritos, aplausos y demás emociones inundaban el salón, se sentían enormemente felices por ellos.
El rumor de un nuevo acontecimiento fue circulando por los pasillos. Si bien no muchos conocían a Daniela, a Alexis sí. Y aunque tuvieran una relación amorosa, no lo demostraban, ambos preferían demostrar sus sentimientos en privado.
…
Tres semanas más pasaron para que realizaran el viaje a una excursión arqueológica. En su mayoría andaban contentos, no muy a menudo los profesores realizaban viajes; en ese momento agradecían al profesor de historia. No obstante Farah se sentía incómoda, últimamente no tenía con quien hablar y el hecho de sentarse sola en el autobús que habían contratado le asustaba. Al fin había encontrado alguien que la aceptaba y que por primera vez alguien le enseñaba, aprendía tanto de su amiga. No obstante, notó que el tener una pareja significaba andar todo el tiempo, le desagradaba, ¿Cómo es que una persona puede querer estar todo el tiempo con su pareja? No lo entendía. Se sentía triste porque hablar con Elena y Aitania sin la presencia de Daniela era realmente difícil, simplemente no conectaba con ellas. De cierto modo podía percibir que solo le hablaban por Daniela. A pesar de ser buenas personas no la aceptaban por completo como su amiga. No tenía a nadie más, y aunque les hablara a otros chicos simplemente ellos tenían a alguien más. Se sentó en los asientos de en medio. Simuló no importarle y fingió dormir en todo el camino.
Dentro de la excursión fue distinto. Tenían un guía, ella procuraba ir cerca de este, preguntarle cosas y observar cada detalle de las ruinas y utensilios ancestrales del lugar. Con los recorridos se fue integrando al grupo de Gael con las demás niñas. A lo lejos observaba que Daniela se encontraba con el grupo de Alexis y sus amigas de siempre. Realmente no pertenecía a ese círculo social.
Al fijarse en el rostro de su amigo sintió felicidad y nostalgia, recordaba que en su sexto año de primaria también había asistido a un viaje a un zoológico. Recordaba aquellos momentos en los que vivió con sus compañeritos. En aquel entonces todos la habían abandonado, Dulce y Rubí tomaron un camino distinto; ella se detuvo a observar a los pandas, al ver aquellos animales descubrió que se merecían algo mejor, estar encerrados en una jaula con todas las comodidades era algo que las personas podrían presenciar de manera bonita, incluso ella se había emocionado, no obstante, al ir observando todos los demás animales en cada jaula un gran dolor surgía, ellos se merecían estar en su hábitat correspondiente, pensaba en que nadie necesitaba que los cuide, solo que los dejen vivir a su modo, inclusive si eso significaba ser presas de otros animales o de la misma naturaleza, pero el hombre que los perseguía simplemente era degradante. Mientras observaba a los pandas Alexis llegó a su lado, no le platicó sobre lo que pensaba, la sonrisa de su amigo decía lo contrario; por algunas horas estuvieron juntos corriendo de un lado a otro, hasta que después llegaron Lucas, Roberto, Rubí y Dulce. En ese momento pertenecía a un grupo de amigos, eso es lo que pensaba. Ahora ya no podía estar más con su amigo y recorrer un lugar como antes, había alguien más a su lado. Dejó de lado esos pensamientos y continuó con Gael, al final el viaje no había sido tan malo, se había integrado con alguien más. Al regreso volvió a sentarse en el mismo asiento, se sentía más cómoda, deslizó la cortina para observar el camino; una inmensa cantidad de árboles y una carretera infinita, era lo único que necesitaba para despejar la mente.