- ¡Levántate! ¡se terminará la hora del desayuno! – sintió un golpe en su rostro y gritos de enojo por parte de Nora.
- ¿Qué…qué pasa? – preguntó aun con los ojos cerrados y voz cansada
- ¡Por fin despiertas! ¡apúrate, tenemos que ir a desayunar, se van a terminar, solo dan hasta las once para atender.
- ¿Eh? Vamos en una hora, tengo mucho sueño. – estiró las cobijas escondiendo su rostro.
- ¡No! ¡Ya son las diez y aquí que vamos solo tendremos media hora, ya levántate!, después vienes a dormir o si no te dejo y ay después qué haces, yo me voy con las chicas. – Le expresaba con cierto enojo.
La idea de quedarse sola no le agradó, quería dormir, pero no quería pasar su día sola, además no quería que lo que había pagado se desperdiciara. De inmediato se levantó aun sin fuerzas necesarias, de inmediato sintió miles de pulsaciones en su cerebro, podía sentir su cabeza dando de vueltas, y sentir una oleada de golpes dentro de su mente. Al abrir su boca su aliento le provocaba asco, el olor del alcohol abundaba en su cuerpo. No podía soportarse en la situación que estaba, observó su alrededor, parecía haber un rastro de vómito, podía oler una mezcla entre cloro y alcohol.
- ¡Huele asqueroso!¡Yo huelo asqueroso! - se quejó caminando hacia el baño.
- Y no sabes cómo te pusiste, o más bien, cómo se pusieron anoche, vomitaron y el cuarto se bañó de asquerosidad, me vieras limpiando todas sus gracias. - La voz de Nora podía sentirla demasiado alto, al escuchar su voz su cerebro se quejaba más.
- ¡Ay no! ¿Qué es lo que hice? – le gritó desde el baño. Podía sentir su garganta seca con voz áspera. Empezó a lavarse su rostro y dientes. Se miró a través del espejo: ojeras profundas con mirada demacrada. Portaba su pantalón de dormir y una sudadera. Se preguntó cómo es que había amanecido así, sin embargo, no le dio importancia.
- Te pusiste a vomitar, igual que Martina, todas estaban bien mal, bueno Lola estaba mejor, Alexis me ayudó a limpiar todo su desmadre. - empezó a sonreír de la situación que ayer le provocaba enojo. -Pero apúrate, ya vámonos después te cuento, tenemos que llegar.
En el camino le contó que Alexis la había traído al hotel y se puso a vomitar; ella junto chicos de otros grupos la ayudaron a traer a sus amigas, Lola de inmediato se acostó, Martina vomitó por un rato y después de cuidarlas, limpiaron el desastre que habían realizado.
- ¿Enserio eso ocurrió? - preguntó sin darle importancia, lo único que quería era que el dolor de su cabeza desapareciera.
- ¡Mira, allá están las chicas! – le dijo al llegar al restaurante- Pero bueno, mejor vamos por nuestra comida antes de que se acabe.
Farah se detuvo por un momento, observaba el lugar, un restaurante que se encontraba en el segundo piso del hotel, se encontraba muy tranquilo, apenas unas cuantas personas había en las mesas y sillas color miel, el techo era parte palma y colado y con ventanas abiertas en todo su alrededor que permitían la vista hacia la playa. Simplemente una vista maravillosa de colores.
Se acercó a Nora, se encontraba eligiendo entre las comidas del buffet, tan solo al verlas le daba asco, se veía sabrosa, no obstante, el aliento a alcohol aun no desaparecía, además parecía sentir que su estómago se encontraba lleno y se retorcía como un ratón encerrado.
- Come algo, te veo en la mesa porque yo me muero de hambre - Nora le dijo agarrando su plato de comida, de inmediato comenzó a caminar.
Observaba la comida sin apetecerle nada. Se encontraba parada sin saber qué hacer, podía observar la comida perfectamente ordenada y arreglada para abrir apetito a cualquier comensal, las mesas de madera y adornadas con flores y después diversas fuentes. En otras mesas la fruta picada y enteras, junto a las aguas, jugos, cafés y postres. Le pareció absurda su situación, podría comer lo que sea, atragantarse como en las películas y saborear cada trozo de cualquier cosa, sin embargo, su cuerpo no pedía nada, ni siquiera sus manos mostraban fuerza para levantar algo.
- ¡Toma esto! – levantó su rostro al escuchar una voz. Alexis le ofrecía un vaso de agua. Ella lo tomó sin saber si lo iba a ingerir, pensaba que tal vez en cualquier momento vomitaría.
- Pero no quiero – observaba el agua transparente
- Debes de tomar mucha agua, eso te ayudará, también comerás estos huevos y un poco de fruta. – tomó un plato y comenzó a servirle. Vestía una bermuda color crema y playera azul marino, su cabello amarrado en un chongo.
- Pero no quiero comer, me da asco, me duele mucho la cabeza. –observaba como él tomaba plátanos del estante.
- Si quieres sentirte mejor tienes que comer, sino nunca se pasará la resaca. ¿Cómo te sientes? – le preguntó aun tomando comida
- ¡Horrible! Por cierto, gracias por limpiar mi desastre, Nora me dijo que me trajiste a la habitación y… ya sabes sobre el… ¡Qué vergüenza! ¡Lo siento mucho! – Decidió tomar el agua, pronto descubrió que el agua era una bebida milagrosa y que su cuerpo realmente le pedía más.
- ¿Te acuerdas de lo que pasó anoche? - le preguntó observándola. El plato de comida y la fruta se encontraban en una charola.
- Solo recuerdo que quería ir a la playa, después de eso ya no tengo idea. –trataba de recordar lo que había pasado, sin embargo, su mente no la ayudaba, no sabía qué es lo que había sucedido después de salir del antro y tampoco quería averiguarlo, con solo saber que había vomitado en la habitación la llenaba de vergüenza, no quería saber si había hecho o dicho cosas aún más vergonzosas.