Cómulus

6. Libertad = Encierro momentáneo

 

Otro nuevo sueño es interrumpido, pero esta vez, los ojos clausurados de Alexa, embriagados por la somnolienta sensación, no permanecieron de esa forma por más de un instante. De repente, se abrieron gracias a la voz del piloto anunciando que sobrevolaban sobre Florencia-Italia. Para la sorpresa de Alexa, lo primero que vio fue el techo alfombrado del avión, se dio cuenta que estaba en presencia de una ilusión que se convirtió en realidad, sonrió como nunca lo había experimentado, suspiró muy profundo y confortantemente para dar un giro hacia la ventana. La ciudad era tal y como la había imaginado, techos con una arquitectura alucinante, la esencia artística de la ciudad imponente, las avenidas y calles que se alzaban sobre ella, todo era como Crolleth se lo había descrito hace mucho tiempo. Pero allí se percató de una sensación de melancolía dejaba de lado a todo el gozo.

Desde que se conocieron, Crolleth y Alexa habían hecho un pacto: consistía en que la primera visita de Alexa a Italia sería en compañía de su mejor amiga, pasearían por toda la ciudad día y noche, en ese mismo instante comenzaría una nueva página de sucesos y desprendimiento. Pero quién diría que las vueltas de la existencia serían tan arrogantes y egoístas… al parecer nadie lo sabe, tal vez eso no estaba escrito o simplemente fue una vil burla del golpe de aflicción que en cualquier momento de nuestra existencia, o incluso de un día cualquiera, nos arrastra con sus brazadas de desconcierto y desesperanza inconclusa, pero como ya dije, nadie lo esperaría y solo nos queda ir con la corriente de lo desconocido.

La joven vio a su costado derecho, y se exaltó al ver a James junto a ella leyendo un libro de poesía; se sintió cohibida por alguna razón aparente, pero él demostraba lo contrario, se acomodó en su asiento al verla despierta. Cerró su libro y con una mano tocó su hombro, preguntando:

–Buenas tardes, ¿Cómo estuvo tu siesta? –

Alexa se había dado cuenta que ese hombre sentado a su lado, acababa de volar por los aires con ella, le permitió disfrutar de una oportunidad gigantesca de escapar de su mundo, hizo tantos trámites y se tomó tantas molestias solo por ella; esto era algo muy significativo.

– Me parece increíble… que no tuve problemas para conciliar el sueño – Un bostezo se le escapó a mitad de la frase – ¿Qué hay en el itinerario de hoy, no es muy tarde para llegar al campus?, o digo por la bienvenida y eso – reconoció luego de ojear a su reloj de muñeca.

– Pues sabrás que no – Aclaró James – Las oficinas administrativas cierran a las siete de la noche, así que tendremos tiempo para registrarte y mostrarte tu habitación, recuerda que eres parte de las becas especiales, por lo tanto tus compañeros vendrás llegando en los próximos días, así que no habrá necesidad de una bienvenida, pero igual deberíamos apresurarnos… ¡Ah!, olvidé por completo lo de la señora Crusheth – Exclamó llevándose una mano a la cabeza.

Un efecto desagradable se divisó en la cara de ella, suprimió tanto y tan bien esa obligación, que se había perdido por definición en su subconsciente… bueno, hasta ese momento. Puso su mano contra su cara como manera de enojo y exclamó.

– Había olvidado ese insignificante y molestó detalle – James rio algo fuerte.

– No sé si deba meterme en esto, ni siquiera sé si será apropiado preguntarte algo como lo que estoy pensando pero, ¿Por qué tu tía te desagrada? –

Alexa quedó sin palabras, nunca pensaba mucho en lo que tenía que decir a continuación, pero cuando estaba con el profesor de artes, se quedaba completamente muda, sin saber que decir, pero respiró, lo vio a los ojos y explicó con calma y pulcritud.

– Lo que sucede es, que desde siempre, desde que puedo recordar, nunca fui muy querida por mi tía Trinitti – Ocurrió una pausa para dejar de mirarlo y fijar la vista hacia el frente – Era como la cosa rara a la que le llamaba sobrina, nunca me trató muy bien, siempre me recibía con un seco “hola” y cada vez que quería hablar con ella me ignoraba. Soy su sobrina y ella es mi tía, la única que tengo; además, en mi casa solo se hablan maravillas de ellos, pero al contrario no es la misma historia… las personas así no son muy agraciadas para mí –

James frunció los labios, no se imaginó que aquellas personas pudieran forjar una actitud así. Él no sabía que decir, pero en algún momento de la conversación la situación de Alexa le recordó a él y a la familia por parte de su padre, así que, serio hasta más no poder, le anunció.

– No sabes cuánto te comprendo – Tomó su mano – Pero no te preocupes por esas personas, solo será un momento, luego iremos a la facultad de artes y todo irá la mar de bien –



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En el texto hay: reinos, romance

Editado: 27.05.2020

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