Cómulus

13. El lugar aparentemente indicado

En eso, Alexa se percató de que aquella oscuridad que la rodeaba se tornaba cada vez más pesada y perturbadora, por lo cual, tomó todas las fuerzas que le quedaban para abrir la puerta de la torre, subir rápidamente por la amplia escalera en espiral (por la cual aún se veían personas que, de alguna manera y debido a la iluminación nocturna, cargaban artefactos que emitían un extraño tipo de luz, parecido a una vela, pero, sinceramente, Alexa no tenía interés alguno en reparar en ello), se encontró con su nueva “habitación”, entró y cerró la puerta con un gran estruendo.

Entonces, se quedó ahí, plantada frente a su nueva puerta, con los ojos más abiertos que nunca y una respiración que podría pasar por hiperventilación. Las manos, que se encontraban posadas contra la suave “madera” casi irreal, temblaban y se tornaban frías al igual que la totalidad de su anatomía.

Al parecer, por fin se hallaba completamente sola, sin ninguna sorpresa que confundiera su mente más allá de sus límites cuerdos, (ya brutalmente violados, como es obvio), Alexa no podía siquiera juntar sus ideas en un orden cronológico coherente, debido a que ¡Nada tenía un sentido lógico que permitiera tal acción!, “Primero, me absorbe un condenado vitral gigante, luego me hacen la sirvienta (y sospecho que, por la actitud de todos, deberé hacer mucho más que eso)” Su rostro se inundó en lágrimas cuando ese pensamiento se apoderó de ella, creando miles de imágenes mentales imborrables, y en eso, los sollozos pudieron con la poca energía que le quedaba. Casi a rastras y sin ánimos de pensar en más situaciones, fue hasta la aparente cama con forma ovalada, levantó la finísima cobija y dejó caer su cuerpo en aquel lecho frío, con esperanzas de calentarse en algún momento de la noche, “Y tercero…” continuó su pensamiento “Me topo con alguien quien me corrobora que aquel monarca, es alguien completamente perverso… y por lo visto, aunque ese joven intente ayudarme, estoy a su completa disposición” Un brutal escalofrío le caló hasta lo más profundo de su alma, por lo cual comenzó a llorar de nuevo, esta vez, sus sollozos eran desconsolados y profundamente desesperados. Alexa tomaba su cabello y aferraba sus dedos en él mientras los llantos superaban su quebrantado espíritu, que la obligaba a hacerse una blanca y deprimente bolita humana.

……….

 

Como es obvio y en contraste con su cansancio, a la muchacha le fue imposible cerrar sus ojos durante toda la noche, y después de que la mañana fue desatada en el interior de su pequeña alcoba, le dio tiempo de mirar por su ventana casi todo lo que duró allí, ya que, sin ánimos siquiera de respirar, con miedo e incertidumbre, no le quedaba de otra. El mar de nubes que se apreciaba era algo tan imponente, que el mar común suspiraría por solo oír sus extraordinarias cualidades. Las líneas, motas y cúmulos de algodón, bailaban a su propio compás, como si nada les importara; pero de nuevo, algo impresionó a la joven al poner atención en la ubicación de aquel extraño sol que no dañaba la vista por más que decidieras observarlo.

No había forma de saber la hora, no sabía con exactitud en donde estaba la habitación de aquel joven, no sabía si confiar en él, en realidad, estaba perdida en una tierra extraña. Pero, algo pasó por su mente en ese exacto momento “Alexa, a veces nada tiene sentido… pero eso no debe detenerte, es más, puede que pases por muchas pocas aún peores… debes ser fuerte por una vez en tu vida”

Con un poco de rehabilitación de fuerzas internas, se concentró en encontrar algo que se pareciera a un baño, ya que una fuerte presión en su vejiga le impactó. En eso, había una puerta pequeña y angosta que no había visto, Alexa se adentró temblorosa hacia aquel cuarto y vio inmediatamente al fondo del mismo un agujero pequeño en el piso, justo en el medio de una hendidura, y otro que se encontraba en el techo, paralelos a la perfección. Había un trozo grande de tela gruesa sostenida por una especie de manivela sencilla de madera conectada a un mecanismo que se perdía en el muro. Por consiguiente, confundida, Alexa tomó la tela y la lanzó sobre la cama a distancia, afianzó la manivela y muy lentamente, comenzó a ejercer fuerza al girarla. Esperó unos segundos… y nada pasó, cuando de repente un chorro de agua helada salió disparada por el agujero. Alexa gritó un poco mientras salía corriendo de ahí, pero, mientras veía todo el proceso en funcionamiento, se enteró de cuál era la misión del agujero en el piso, y no se trataba de llevarse el agua de la supuesta ducha.

Resignada, supo lo que debía hacer para cubrir sus necesidades fisiológicas

 

……….



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En el texto hay: reinos, romance

Editado: 27.05.2020

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