Escuchar el diagnostico de mi compañero Hernández, me dio tristeza y me hizo reflexionar que las oportunidades son única e irrepetibles, así como lo que mi madre y mi amigo Sergio nos había comentado de eso del un futuro, que no siempre tendremos el futbol, que también necesitamos prepararnos académicamente, en mi caso deje la carrera de administración a medias cuando solo me falta un año y medio para concluirla, no era que no me gustará, simplemente me sentía muy presionado por mi padre, y como ya había decido hacerme profesional, realmente lo dejé, mi hermana y mi madre insistían que aun estaba tiempo de terminar la carrera.
Con la lesión de Hernández, nuestra defensa iba tener un hueco difícil de llenar, pero esto es el riesgo que tenemos los deportistas las lesiones, pobre se perderá jugar la final y luego de su operación tendrá un año de recuperación.
─ ¡Eso es todo!, Bueno a descansar todos ─ la voz del entrenador, los compañeros entraron a la ducha ─ ¡Bruno!, necesitamos hablar ─ la voz del profesor era seria.
─ Dígame, Profesor
─ Ya pensaste la propuesta, que te hicieron llegar los directivos ─ colocando su brazo alrededor de mi cuello, para hablarme más de cerca.
─ Profesor, la verdad, no he tenido tiempo de pensar en ello, pero yo quisiera esperar un poco, es que irme a Europa en estos momentos, cuando está a punto de salir la lista de los convocados nacionales.
─ Va pretextos, sabes de antemano que cuando salga la lista, los club tienen la obligación de acceder a los jugadores convocados para los entrenamientos de la selección y de los partidos, o es que no te sientes competente para ir a jugar a Europa, mira muchacho en rara ocasiones los club deportivos de Europas mira hacia Latinoamérica para encontrar jugadores con calidad, son muy pocos los que les llega esta oportunidad y logran cosechar éxitos profesionales a nivel mundial, sería una tontería si no aprovecha este momento, serás un tonto, los directivos quieren una respuesta pronto, así que aceptas o no, son tus dos únicas opciones.
─ Profesor, usted cree que sea conveniente en aceptar.
─ Creo y tengo la confianza que estas en el mejor momento de tu vida, debes aceptar, no espere que esta oportunidad se te vaya de las manos, y te pase lo de Hernández, el año pasado algunos clubs estaban interesados, quiso esperar y mira lo que le paso. Una barrida y una lesión que lo dejará fuera una larga temporada.
─ Profesor, y si me dejan en la banca, y no lleno las expectativas, es que es equipo de segunda división.
─ ¡ESE ES TU MIEDO!, y no crees que todos los que han ido a jugar al extranjero la tuvieron fácil, pero en fin es tu decisión y el club no quiere presionarte.
─ Está bien, profesor, prometo que antes del partido final, voy a decidir mi futuro.
─ Eso espero, muchacho, y decidas lo que decidas, tienes nuestro apoyo.
La plática con el entrenador y lo que ha sucedido a mi compañero, hicieron que mi cabeza no dejará de evaluar la posibilidad de irme a Europa si esto es mi futuro que se convierte en el presente.
Más tarde invite a Sergio, Cristóbal y Miguel a tomar una cerveza, llegamos a nuestro bar de siempre. El Cantinero de inmediato nos sirvió nuestras cervezas.
─¡Queeé! Aceptarás jugar en Europa ─ la cara de los tres era un O muy grande y cristobal exagerando como siempre de más.
─ Así es, el entrenador piensa que no deje escapar esta oportunidad de aprender el estilo de juego de los Europeos, y después de la platica lo decidí.
─ Pues enhorabuena amigo ─ Miguel levanto su cerveza ─ Pienso lo mismo que el entrenador, es tu momento, y es hora que tomes este tipo de oportunidades y que ganes experiencia en el extranjero, además si ganan el campeonato, a todos ustedes les irá muy bien.
─ Si, pero hay que ganarlo, primero ─ susurro Sergio
─ Eso sí, hay que ganar, ya quiero que mi estrella torcida se vaya, y me lleguen oportunidades ─ expreso Cristóbal con cierto entusiasmo.
─ mañana, le informaré a la directiva mi decisión
─ Pues brindemos por ello ─ menciono Sergio, levantado su cerveza, misma que los cuatro amigos chocaron. El ruido de las botellas haciendo un tilín tilín y luego miró su reloj ─ Me voy chicos, nos vemos mañana en el entrenamiento, voy a recoger la tarde de mi hijo.
─ Oyes, nos no recordaste que el pequeño Yunior esta de cumpleaños, ahora le debemos su regalo.
─ Si, ya sabes es una fiesta de niños, ya cinco años, y desde hace semanas esta muy ilusionado con su fiesta.
─ Pues felicítalo de nuestra parte.
Sergio, se retiro, dejando a Bruno, Cristóbal y Miguel solos.
─ A veces, me da envidia Sergio, pero tampoco quisiera estar en sus zapatos
─ ¿Por qué lo dices Miguel?
─ es acaso no saben, o conocen a su esposa
─ Yo no la conozco ─ expreso Bruno
─ Yo, sí y es muy castraste, en otras palabras, muy celosa.
─ En serio