Capítulo 4 ¨ Preparativos ¨

Ha pasado una semana desde que salí de la casa de mis padres con la vida echa una mierda.Como Rayos se les ocurre casarme a la fuerza, no puedo negar que Eduard es bastante atractivo, pero como puedo estar al lado de alguien por el cual no siento absolutamente nada. Me pregunto qué pensará él al respecto...

Dos golpes en la puerta me hacen volver a la realidad.

- Adelante. – digo

- Buenas tardes cariño. – me sorprende ver a mi madre aquí y hablarme como si nada hubiera pasado en los últimos días.

- Que quieres. – digo de manera tajante.

- Cuida la forma en la que me hablas cariño, que no se te olvide que soy tu madre y me debes respeto. – dice tratando de intimidarme, pero ni siquiera me inmuto. – venía por ti para comenzar los preparativos, así que levántate de ese sillón que no tenemos todo el tiempo. – me responde de forma exasperante.

- No ves que estoy trabajando. – le contesto de la misma manera.

- Ya arreglé eso con tu padre querida. – suspiro cansada y decido que es mejor empezar con esto cuanto antes...

Tres jodidas horas en el estúpido centro comercial, no es que no me guste el mismo, me encanta pasar horas comprando ropa, pero con mi madre todo aquello es agobiante.

Mientras mi madre entra a otra boutique de vestidos de novia voy a una cafetería que se encuentra al frente, mientras camino con la mirada en el teléfono, siento como alguien choque conmigo haciendo que vaya al suelo, pero unos fuertes brazos me retienen.

- Estás bien. – dice una voz, esa voz que ha estado en mis sueños toda esta semana, levanto el rostro rápidamente y me encuentro con aquel hombre, el hombre con el que pasaré el resto de mis días.

- Sí gracias. – le respondo y se sorprende cuando me ve, me ayuda a levantarme y me suelta.

- Ten más cuidado la próxima vez. -dice mirándome fríamente.

- Eduard querido aquí estas. – dice la señora Becker cuando llega a su lado cuando me ve me saluda amable. – Oh Noah gusto en verte ¿cómo estás? – me pregunta.

- Muy bien, señora Becker. – le respondo de la misma manera.

- Nada de señora, Solo Magda, querida. – me dice con una sonrisa afable.

- Oh Magda al fin llegaron. – dice mi madre colocándose a mi lado.

- Disculpa la demora. – dice y nos colocamos en una mesa alejada para los cuatro.

- No te preocupes. – dice mi madre y saca una libreta de su bolso. – Bien chicos donde os gustaría que fuese la boda. – nos dice Isabella a Eduard y a mí.

- En Alemania. – dice Eduard cortante, Magda lo mira y añade. – En Munich hay una catedral hermosa, y bastante antigua, ahí me casé con Dominik y mi hijo Dieter también. – dice Magda con un deje de tristeza y veo como Eduard la mira sorprendido, intenta decir algo, pero permanece en silencio.

- ¡Perfecto! – responde Isabella.

Una hora después decidimos, los colores para la decoración, el lugar de la celebración, la comida, la lista de invitados, que son pocos para la suerte de ambos.

Quedamos para la semana que viene la prueba del vestido y una cena donde se anunciará nuestro compromiso con algunos socios de ambas empresas y sobre todo al mundo entero...

Llego a casa pasadas las diez de la noche, totalmente agotada, y sé que los días faltantes serán igual o peor que este, entro a mi habitación, me desvisto rápidamente y tomo una ducha con agua caliente antes de dormir...

El constante sonido del despertador me indica que son las cinco de la madrugara y es momento de mi rutina de ejercicios, me levanto y me cambio rápidamente por ropa deportiva, me lavo los dientes, tomo mi celular y mis auriculares lista para iniciar el recorrido...

Una hora después me detengo para tomar un poco de agua y descansar un poco, minutos luego de recomponerme emprendo la marcha otra vez, pero siento como alguien al parecer choca conmigo.

- Se nota que el destino de empeña juntarnos. – dice una voz tan conocida.

- ¿Estás siguiéndome? – le encaro.

- Me encantaría poder decir que sí, pero como es obvio siempre te metes en mi camino. – dice con ironía.

- Que rayos dices tú fuiste el chocó conmigo provocando que casi caiga y me lesione una pierna. – le espeto comenzando a cabrearme.

- No me imagino como será mi vida al casarme contigo. – dice.

- Todo un caos. – respondo y comienzo a correr de nuevo y veo como el me sigue.

- ¿Puedo acompañarte? – me pregunta.

- Si no queda de otra. – le contesto y el asiente.

Seguimos así, por una hora más o menos, hasta que paro en la cafetería donde suelo desayunar siempre cada mañana que salgo a correr y noto como Eduard se sienta a mi lado, pido mi desayuno y el hace lo mismo.

- Cuéntame de ti Noah. – dice Eduard rompiendo el silencio.

- Que quieres saber exactamente. – le digo.

- Tu vida, gustos, información personal y esas cosas. – dice viendo algo en su celular.

- ¿Para qué quieres saberlo? – le pregunto.

- Pronto serás mi esposa se supone que debería saber por lo menos algunas cosas sobre ti como tu cumpleaños, tipo de sangre y cosas así. – responde obvio.

- Bien, pero tú también harás lo mismo, - digo y el asiente. – Mi nombre completo es Noah Marie Galliano Bruni, mi cumpleaños es el doce de diciembre, soy -O; sé tocar el piano, la guitarra y el violín. – digo y empiezo a comer mi desayuno.

- Me llamo Eduard Becker, soy hijo único, mi cumpleaños es el doce de mayo, mis padres murieron en un accidente automovilístico. – lo último lo dice casi en un susurro y con un gran deje de tristeza en su voz y sus ojos, se queda callado unos segundos y sigue hablando. – también soy -O y sé tocar el piano, la guitarra, el violín, y el chelo. – me mira tomando un trago de su zumo de naranja.

- Bien, creo que eso es suficiente para ambos. - digo y el asiente, terminamos de desayunar en total silencio...

Luego de aquel desayuno con Eduard hace unos días no me lo he vuelto a encontrar exceptuando las reuniones con los preparativos de la boda, donde anunciamos nuestro compromiso, muchos quedaron sorprendidos, pero nos felicitaron y en los medios solo se habla de nuestra boda como la boda del siglo...