Conflictos: El Origen.

Capítulo 1.

Sonó el timbre. Las clases habían empezado en la escuela "Centinelas del Sur". Todos los estudiantes se sentaron en sus respectivos pupitres. De pronto, el director ingresa al aula, acompañado de un niño de piel blanca y cabello oscuro.
-Buenos días, niños. Hoy se ha unido a este salón un alumno nuevo. Preséntate.
Se sintió nervioso y empezó a tartamudear:
-Me...Me llamo Boris Andrade y...y soy de...de South Ansfaa. Tengo 8 años.
-Muy bien, Boris. Toma el asiento que está atrás.
Boris hizo caso. Se sentó sin mirar al frente.

El timbre sonó. Los demás alumnos salieron al aula. Boris no se movió de su puesto. Tomó su lápiz y abrió su cuaderno. Mientras dibujaba en su cuaderno, uno de sus compañeros se acercó lentamente y le preguntó:
-¿Te gusta dibujar?
Luego de regresar a verlo, Boris asentó con la cabeza.
-Ya veo. Dibujas muy lindo. 
-Gracias-fue lo único que respondió.
-Yo soy Kevin Zambrano, y me caes bien. ¿No quieres salir al receso?
Negó con la cabeza y siguió dibujando. Kevin suspiró y miró a otro lado.
-Bueno. Me iré a comer afuera.
Kevin salió del aula. La profesora Sonia Reinoso se percató de la conducta de Boris, pero no dijo nada.


Al finalizar el año escolar, Boris y Kevin ya tenían una amistad cercana. Pero por cuestiones de trabajo, su padre tuvo que mudarse de casa.
El día de la mudanza, Kevin le regaló un perro de peluche y una manilla de color rojo.
-Quiero que tengas esto como un detalle para que no olvides nuestra amistad.
-Muchas gracias, Kevin. Sin ti no sé qué hubiera sido de mí en el aula.
-No tienes por qué agradecerme. Te voy a extrañar mucho, Boris.
-Y yo a ti. Cuídate mucho.
-Igualmente.
Se despidieron con un abrazo. Boris se subió en el automóvil de su padre. Vio cómo se alejaba de su antigüo hogar.

*****

La alarma sonó a las seis de la mañana. Boris se levantó. Su rutina empezaba con lavarse los dientes, la cara y ponerse el uniforme luego de bañarse.
Bajó al comedor, donde estaban sus padres sentados y listo para desayunar.
-Buenos días, hijo.
-Buenos días, papá.
-Boris, tu hermano irá contigo al colegio.
-Está bien.
Mientras comía, su hermano le tocó el hombro.
-Hermanito, me da gusto verte despierto temprano.
-Yo me levanto temprano siempre, Sandro.
-Entonces yo soy el que se trasnocha mucho.
-Sandro, no te olvides de llevar a Boris al colegio. Hoy es su primer día.
-Ya me lo dijiste ayer, mamá. No se me ha olvidado.
-Buenos, basta de charla. Es hora de irse.
Boris agarró su mochila y se levantó de la silla.
-Gracias por la comida.
Salió a donde estaba el automóvil. Sandro fue detrás de él.

Boris estaba de copiloto en el auto. Sandro no hizo plática con su hermano. Boris se colocó los auriculares y empezó a escuchar música.
Sandro se detuvo al llegar al colegio donde estudia su hermano.
-Hasta luego-fue la manera de despedirse de Boris.
Antes de la entrada al interior del edificio, alguien se puso por el frente. Resultó ser su mejor amigo. Guardó los auriculares en su mochila.
-Hola, Boris. ¿Cómo estás?
-Hola, Denis. Estoy ansioso porque es el primer día.
-Te entiendo. Estoy igual. Y te cuento que conocí a alguien en vacaciones. Creo que estoy enamorado.
-¿Por qué me cuentas eso?
-Porque eres con quien tengo mayor confianza. Además, desde que te conocí, supe que tú y yo seríamos grandes amigos.
-Eso es cierto. Yo no tengo a nadie más aquí.
-Nos tenemos el uno al otro, Boris.
El timbre sonó. Ambos se miraron mutuamente y luego salieron corriendo al aula.


En hora de receso, Boris y Denis caminaron juntos por los pasillos del colegio "El Amanecer".
-Conocí a un chico maravilloso y espectacular. Él me besó estando pasado de tragos. Luego me pidió disculpas y el número para seguir conversando.
-¿Desde cuándo sales a fiestas y te besas con desconocidos?
-Ay, por favor, Boris. No me digas que tú nunca has besado a un chico. Cuando llegaste a este colegio me dijiste que también eres gay.
-Pero no por eso ando en busca de un novio. Apenas tengo 12 años y estoy en colegio. 
-Disculpa si mi divertido y extraño romance en Taruya te incomoda.
-No te disculpes, Denis. Tú eres alguien agradable y carismático. De seguro que ese chico quedó flechado por ti.
-Espero que sí. Aunque...después me enteré que tiene una enamorada. Por eso no le he escrito cuando regresé.
-¡Qué mal! Lo lamento mucho.
-Ya no importa. Cuéntame de tus vacaciones, Boris.
-Yo no hice mucho. Cuando estaba jugando en línea, me llegó un mensaje de alguien Era un chico que no conocía. Después de escribirnos tanto, quedamos en encontrarnos en el parque. Resulta que él estaba de luto porque perdió a su pareja y quiso que lo acompañe al cementerio. Pero lo más extraño fue que me agarró de la mano y me dio un beso. Yo me quedé en shock.
-¿En verdad hizo eso?
-Sí. Él me aseguró que es bisexual pero que anduvo con una chica y luego con un chico. Pero no creo que algo pase entre los dos.
-¿Por qué no? Ambos estaban sobrios y conscientes.
-Porque...tiene novia y ella está embarazada.
-¿Cuántos años tiene él?
-Catorce años.
-Mi chico también.
-Eso es pura casualidad. ¿Dónde estudia?
-En este colegio. ¿Y el tuyo?
-También. ¿Acaso serán....?
Sonó el timbre.
-Es probable que sí.
A lo lejos, Boris observa a dos chicos acercarse a donde ellos estaban conversando.
-Mira quiénes vienen.
-Es él, Boris. Y ese debe ser....
-No puede ser.
Ambos chicos se detuvieron al estar cerca.
-Hola, Boris. 
-Hola, Darwin. Este es mi mejor amigo, Denis.
-Hola.
-Hola.
-Gino, ¿qué ha pasado?
-Necesitamos conversar a solas. 
-Está bien. Nos vemos en el aula, Boris.
Gino y Denis se alejan de ahí.
-¿Qué sucede, Darwin? Pensé que estarías en clase.
-Lo mismo digo. Pero no vengo a hablar de eso. Quiero saber qué pasó contigo. Dejaste de escribirme luego de ir al cementerio.
-¿Por qué crees que lo hice?
-No lo sé. Estábamos llevándonos de maravilla. Y de pronto...
-Darwin-interrumpió Boris seriamente-entre tú y yo no puede haber una amistad muy buena.
-¿Qué te hace pensar eso?
-A mí me gustan los chicos. Solo los chicos. Y tú tienes a tu novia embarazada. En cambio yo....
-¿Estás tratando de decirme que te gusto?
-¡Sí! Pero no vale la pena seguir con esto. No tiene ningún sentido.
Ahora Boris tenía los ojos algo llorosos.
-Lo lamento mucho. No sabía que sentías eso.
-Eso ya no importa. Quiero que te olvides de mí y me dejes solo. No me busques.
-Boris, espera. Es cierto que tengo a una chica embarazada, pero yo...no la quiero a ella como te quiero a ti. Y no planeo usarte de manera sexual. Mis intenciones son muy buenas.
-No juegues con mis sentimientos.
-No lo hago. Y me gustaría repetir ese beso.
-¿En dónde?
-Ven conmigo.
Darwin lo llevó sujetado del brazo. Se dirigieron al baño más cercano.
Sus miradas insinuaba querer besarse desenfrenadamente.
-¿Puedo?
-Sí.
Darwin dió el inicio del beso. Después, se detuvo.
-¿Qué pasó?
-Nada. Solo creo que no deberíamos estar mucho tiempo aquí. Este lugar me provoca ganas.
-¿En serio?
-Sí. Por eso mismo no hay que excedernos.
-Bueno. Además yo no tengo experiencia en eso.
-¿Eres virgen aún?
-Sí. Y quiero que mi primera vez sea con alguien que vaya a estar conmigo toda la vida.
-Entiendo. Entonces no tengo oportunidad, ¿o sí?
-Tendrías que ser solo mío para que tengas una oportunidad.
-Entendido. Gracias por corresponderme el beso.
-Me gustó. ¿Puedes abrazarme?
Darwin lo rodeó con sus brazos y lo apegó a su pecho.
-Ahora mismo estoy enamorado de ti, Boris. Quisiera poder estar contigo como se debe. No tener miedo de ser libres.
-¿Y qué harás con Ashley?
-No lo sé. Ella y yo no somos nada, pero salimos para distraer a los demás. A todos les digo que es mi enamorada porque la presión social me lo exige. Pero de ahí no somos pareja. Te mentí y era lo único que no quería hacer.
-Eso me deja más tranquilo. Gracias por decírmelo.
Ambos volvieron a besarse en la boca.
-No tienes que agradecer. Oye, ¿qué tal si vienes a mi casa este viernes? Haremos una fiesta pequeña.
-¿Con quiénes y de qué es la fiesta?
-Es el cumpleaños de Gino y entre compañeros hemos acordado esto. Pero no puedo invitar a tanta gente. Tú eres mi invitado especial. Por eso deberías ir.
-Iré con una condición.
-La que quieras.
-No me dejes ir solo a casa. Prométeme eso.
-Te lo prometo. Ya creo que deberíamos ir al aula.
-Sí, aunque Denis se fue a hablar con Gino y no sé si iría al aula.
-Yo menos. Él es mi mejor amigo ahora.
-Pensé que tu mejor amigo era Antonio.
-No sé mucho de él, así que ya no lo es.
-Entiendo. Salgamos de aquí.
Ambos salieron del baño y fueron a sus respectivas aulas.




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