Conflictos: El Origen.

Capítulo 4.

Cuando Boris regresaba de comprar a la panadería, escuchó que alguien le llamaba. Regresó a ver.
-¿Kevin?
-Sí, soy yo. Hola.
Kevin se aproximaba mientras decía:
-Quisiera conversar contigo y aprovecho que estás aquí.
Boris pudo apreciar más de cerca a Kevin. Estaba bien peinado y arreglado, sus ojos alegres y su sonrisa que le gustaba.
-Te escucho.
-Sé que te dije que acepto el hecho de no ser tu novio mientras no sientas que puedo serlo, pero me gustaría saber por qué sales con él y no conmigo.
-Kevin...
-No estoy celoso ni nada por el estilo, solo me causa curiosidad.
-¿Crees que sea buena idea salir, aún cuando tú estás afectado?
-Sí, porque no dejo de pensar en ti. Te quiero y mucho. No soy bueno en competir, pero por ti haré una excepción.
-¿En serio quieres competir por mí?
-No es por ti, es por el hecho de tenerte para mí. Y no hablo de que seas un objeto. Es solo que...Darwin no se decide por lo que siente por ti y por eso no agiliza su proceso de superación con esa chica.
-¿Cómo sabes eso?
-Tú mencionaste algo al respecto y se lo pregunté a una amiga. Ella conoce a esa chica y me dijo que no es nada agradable. Darwin está sufriendo de por gusto.
-Kevin, escúchame: No quiero que desperdicies tiempo ni fuerzas invitándome a salir si es que lo haces por competencia. Eso no es nada romántico.
Kevin agachó por un momento la mirada. Luego, le preguntó:
-¿Podríamos por lo menos, no sé, caminar juntos o tomarnos de la mano o... besarnos? Y esto te lo pregunto porque respeto mucho tu decisión.
Boris lo miró y, sonrojado, aceptó. Kevin lo abrazó. Acarició su cabello.
-Extrañaba abrazarte.
-Kevin...no sigas que me enamoro.
-Me harías muy feliz si te enamoras más de mí. Te recuerdo que tú aceptaste hacer el amor conmigo porque sentiste el deseo. Yo no soy de compararme con otros, simplemente no me gusta que el niño que me gusta la pase mal por culpa de otros.
-¿Es mi imaginación o tienes celos?
-No te voy a negar que los tengo. Pero no soy un chico agresivo. Por eso no le haré nada a él.
-Entonces, ¿qué piensas hacer al respecto?
-Soy cariñoso y detallista, así que siempre te trataré bien. Pero soy también alguien que tiene ganas de ti. Ya sabes a qué me refiero. Quiero repetirlo para calmar la sed de ira y deseo. Por lo menos hasta que puedas decidir.
-¿Crees poder soportar más tiempo?
-Sí. Cuando ya tengas tu decisión final, me lo dices. Hasta eso, dime qué harás ahora.
-Yo estaba regresando a casa, pero ahora no sé si quiera hacerlo.
-¿Quisieras ir a la mía? Puedes quedarte a dormir conmigo.
-Primero tengo que dejar lo que compré.
-Bueno, vamos.
Kevin lo sujetó de la mano y caminaron hacia la casa de Boris. Él entró a dejar la funda con el pan en la mesa de la cocina y se dispuso a salir.
Se tomaron de la mano y fueron caminando hacia donde vive Kevin.

Estaban en su dormitorio. Kevin se sentó en el filo de la cama y le preguntó:
-¿Estás bien?
-Sí.
Boris se sentó junto a él. Kevin sujetó su mano.
-¿Cómo has estado, Boris?
-Supongo que bien. Y te cuento que Danilo vino a vivir con nosotros.
-¿En serio?
-Sí. Es que de seguro tuvo problemas con mi tío William y se pasó. Mi padre le ofreció el cuarto de visitas.
-Mándale saludos a tu primo. Él me cae bien.
-Entiendo. ¿Y tus padres?
-Mi madre se fue donde mi hermana y mi padre llega más noche del trabajo. Pero no tengas miedo que no vendrá a mi dormitorio.
-Entonces pasa mucho rato solo.
-Hay días que sí. Pero hay días que voy con él. Hoy no fui porque me sentía mal. Pero ya en estos días iré.
-Entiendo.
-¿Puedo...besarte?
-Sí.
Kevin besó por unos segundos a Boris. Fue a poca velocidad.
Boris le preguntó:
-¿Estás excitado?
-Aún no, hermoso. ¿Tú sí?
-Tampoco. ¿Me podrías dar un poco de agua, por favor?
-Sí, claro. Ya vuelvo.
Kevin fue a cumplir la petición de Boris. Él se acostó boca abajo y estiró los brazos. Al rato, escuchó a Kevin decir:
-Es una hermosa vista la que tengo desde aquí.
Boris se giró boca arriba y le preguntó:
-¿Te gustó verme boca abajo?

-Me encantó. Aquí está el agua que me pediste, hermoso.
Boris se levantó y fue por el vaso de agua. Tomó y devolvió el vaso vacío.
-Muchas gracias, guapo.
-De nada.
Kevin asentó el vaso en una mesita. Se acercó de nuevo a la cama y le pidió a Boris que lo acompañe, quien lo hizo.
Continuaron besándose y acariciándose lentamente. Sin darse cuenta, Boris agarró el miembro de Kevin.
-Estás con ganas de mí, ¿verdad?
-Sí. Hazme tuyo esta noche.
-Lo haré. Tú no necesitas pedírmelo porque yo estoy dispuesto a complacerte.
-Ay, Kevin, eres tan amable y a la vez candente.
-¿Te gusta que sea así?
-Sí. Es lo que más me atrae de un hombre. Y que me seduzca con cierta ternura.
-Puedo hacerlo, Boris. Todo lo que tú me pidas lo haré.
-¿Y si te digo que me gustaría estar arriba?
Kevin sonrió y respondió con picardía:
-Sería una vista muy encantadora para mí. Y podría apretarte más.
-Puedes apretarme y todo eso, pero te voy a pedir que no acabes dentro mío.
-Está bien. No lo haré.
Se desvistieron lentamente entre besos y caricias. Ambos se miraron completamente desnudos.
-¡Qué afortunado soy de poder contemplarte!
-Kevin...
-Sólo déjate llevar, Boris.
Boris recibía los besos de Kevin en su cuello mientras gemía y suspiraba de placer. Sus labios fueron lo último de besar antes de acostarse en la cama completamente desnudo. Boris y Kevin sujetaron sus manos.
*****
En un día de clases, Boris y Denis se sentaron cercanamente entre sí.. Denis le anunció:
-El próximo fin de semana será mi cumpleaños.
-¿Y vas a celebrarlo?
-Claro que sí. Quiero pasar toda la noche con Gino en mi fiesta..
-Ya están yendo muy en serio, por lo que veo.
-Claro que sí. Gino ha demostrado ser completamente diferente a los patanes que me pretendían. Por eso acepté el riesgo de enamorarme de él y ser su novio.
-Por ese lado me da gusto que estés bien con él. Por el otro lado, creo que tendré que ponerle en claro a Darwin que quiero ser su novio o de lo contrario, tendré que ligarme a alguien más.
-Boris, recuerda que las cosas pasan por algo. No te apresures en tener pareja. Darwin lo hará cuando menos lo esperes.
-Yo sé. Por eso mismo disfruto mucho esto que tenemos.
-Así es mejor.
El timbre sonó y todos volvieron a sus asientos. Un profesor entró acompañado de un alumno. Boris abrió los ojos como platos al reconocer a ese alumno nuevo.
-Estudiantes, buenos días. Hoy tenemos a un nuevo compañero. Por favor, preséntate.
El chico pelirrubio y ojos claros miró a todos de reojo mientras hacía su presentación:
-Me llamo Austin Guzmán y soy de California. Tengo 12 años. Espero llevarme bien con todos.
-Muy bien, toma asiento. Al fondo hay un lugar disponible.
Boris se dio cuenta que era el que estaba a su izquierda. Austin lo miró por pocos segundos y no dijo nada.




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