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La reunión entre Joel, su editora y dos de los ejecutivos de la casa productora se llevó a cabo en sus estudios, para asegurar que acepte el futuro trato, ya que a veces puede ser difícil, por lo cual querían impresionarlo con sus recursos, aunque no hacía falta, todos conocen la amplia trayectoria que tienen con sus filmes de acción y drama. La editora, que sirve también de manager se encargaría de que las ganancias sean justas para Eslater, que a pesar de lo confidencial de aquel encuentro, llevaba una gorra y gafas oscuras, parecía uno de sus personajes, y los demás respetaron su decisión de mantenerse anónimo, en aquel país ha habido casos interesantes de escritores que han sido acosados hasta el cansancio por algunos de sus seguidores.

Uno de esos escritores, hace algunos años de pronto noto que al entrar a su cafetería de todas las mañanas, en las demás mesas se encontraban sentados hombres y mujeres vestidos de negro, que ocultaban su mirada en un periódico mientras sorbían su café. Una cuentista de relatos futurísticos tuvo que cambiar su casa cuando se empezaron a organizar tours nocturnos en ella sin su permiso, la policía hizo lo que pudo, pero la dirección ya estaba en la red, y por las leyes de ese entonces no podía impedir que los internautas se tomen fotos con la puerta, su perro, o su jardinero que nada tenía que ver.

Había otro autor que al abrir su correo, tenía tantas solicitudes de gente pidiéndole que vayan a sus cumpleaños o los de sus hijos que no podía leer los mensajes de su manager, además en su barrio todo el mundo quería invitarlo a comer, para entrevistarlo, que opine de sus libros, o que les haga publicidad a sus negocios en redes sociales, ya que para su mala suerte, daba, con su alter ego, una imagen de ser muy complaciente con la gente que le pide favores. Luego al ver que eran rechazadas todas las invitaciones, fue vetado de tantos establecimientos que le dieron un record, lo que provocó que acabe huyendo de ahí, y haya recurrido a vivir en otro país, para evitar que lo reconozcan.

Por esa clase de incidentes en el gremio, y los que meritaron un mínimo de diez años de prisión, Joel usaba un nombre falso, y protegía tanto su privacidad, aunque de todos modos, nunca le gusto ser el centro de la atención, en el colegio no era de los que decía que no le gustaban las fiestas e iba para estar solo en un rincón, era de los que sencillamente no iba y punto, y cuando habían fiestas de disfraces en sus entornos, su atuendo era el del hombre invisible, mudo, sin memoria e incorpóreo.

Ahora que era adulto empezó a frecuentar reuniones de escritores, de los cuales no era el único cuya identidad no era pública, pero eso era diferente, para empezar no eran fiestas, la última vez que las cosas se salieron de control fue cuando jugaron charadas y discutieron por una respuesta que fue dicha, o no un segundo antes de terminarse el tiempo.

Para él solo existen dos tipos de personas, los guionistas/directores, es decir quienes planean, y están tras las cámaras, y los actores, o sea quienes hacen la parte física de una obra, y si llevan la atención. Para él es claro que es un guionista, y eso fue lo que les dijo a los ejecutivos.

—Necesitare supervisar el libreto —dijo tras dar la última lectura al ejemplo de contrato—, sea cual sea el libro que escojamos, hay muchos detalles que necesito que se representen fielmente.

—Vera usted —dijo uno de los hombres de negocios—, tenemos gente especialista en hacer películas emocionantes y que cumplan con los requisitos del género, no hace falta que usted haga nada.

—Entiendo eso, pero sé que mis fanáticos agradecerán que me ocupe de los diálogos y un montón de aspectos que les recuerden a la obra —Era una petición entendible—, sé que saben lo que hacen, y que yo no sé de guiones para películas, pero tiene que dejarme influir en este.

—Comprendemos que usted sabe de escribir libros —dijo el otro—, pero el lenguaje cinematográfico es algo por completo diferente, y le aseguramos que de aceptar el trato, todos saldremos beneficiados. Lo que ocurre es que, a nuestros guionistas por lo general no les gusta esa clase de arreglos.

Los tres hombres quedaron algo descontentos, pero las cosas que ambos lados pedían eran entendibles, por lo que no fue realmente un conflicto, sino un reto que necesitaría un poco más de evaluación.

—Les propongo una cosa —dijo la editora, tenía el cabello más rizado en todo el edificio, pero corto—, ustedes consigan que un guionista que ya haya trabajado en colaboración, y cuando les de el visto bueno, nosotros ya habremos elegido la mejor obra para comenzar, que sabemos que no requerirá tanto dinero, que sea querida por el público, y pueda dar pie a secuelas ¿Qué les parece?

Los ejecutivos estaban de acuerdo, y Joel, tras pensarlo un poco también.

—¡Muy bien! —dijo la editora—, nosotros evaluaremos la mejor opción, conocemos el público que cosechó Eslater y sabemos cuáles libros se vendieron mejor y en que época del año, así que pueden confiar en nosotros, ustedes encárguense de escoger al mejor guionista, y cuando todo esté listo firmamos el contrato.

—Que así sea entonces —dijo uno de los hombres. Se estrecharon la mano entre todos y se pusieron en pie—. Como bien saben, esto tomara tiempo, más de un año por lo menos, pero puedes ir elaborando un nuevo libro para aprovechar la popularidad que la película de a su nombre el día de lanzamiento.

Que le digan eso, era justo lo que Joel esperaba. Por eso ocupo la mañana siguiente en buscar en su moderna portátil alguna lista de ideas que pueda servirle, mucho de lo que encontró eran secuelas, necesitaba algo nuevo, de esa forma se aseguraba de que otra persona no use su misma idea, cosa que ya le ha pasado. No es que le roben las ideas, es que por obra de la suerte a otro autor se le haya ocurrido la misma premisa, y la exprima tan bien, que luego si él intenta hacer lo mismo ya no le vería sentido, porque dejo de ser original, igual se puede crear una buena historia, pero como él lo percibe, no tendría el mismo efecto, y ya no sería tanto un reto..