J. Eslater comenzó a publicar sus novelas de acción hace alrededor de diez años, en un sitio web que servía para que cualquiera pueda crear y compartir sus historias, al inicio sus tramas se limitaban a la ciencia ficción, en sus diferentes subtemas y con el tiempo su técnica mostraba avances tanto en creación de mundos como en elaboración de personajes y argumentos. Era una página relativamente nueva, y él debido a su edad y pocos ingresos todavía tenía aquella duda muy común sobre qué hacer el resto de su vida.
Realizo pocos trabajos ocasionales, en los cuales si tuvo oportunidad de conseguir sus primeros pagos en algo que no era experiencia, así aprendió a moverse por las calles asimétricas de su ciudad natal, donde habían algunas colinas empinadas que requerían que use toda la potencia de sus vehículos. Es decir, por unos años una bicicleta que compro de segunda mano, y luego una moto prestada por el único amigo que tenía en ese momento. A veces llegaba a barrios donde la gente no aconsejaba salir de noche, y los que lo por obligación lo hacían, solían caminar más rápido.
Poco a poco Joel conforme entregaba algunos pedidos se iba enterando de las historias que ahí le contaban sobre el barrio, llego inclusive a formular algunas teorías sobre posibles casas tomadas, que podrían pertenecer a gente con la cual es mejor no tropezarse. Luego en las noches, todas aquellas ideas se conjugaban en su cabeza y formaban pequeños relatos, que luego fueron plasmadas en su vieja portátil donde ya había escrito sus primeras historias.
De esa forma empezaron a construirse sus primeras tramas de acción, lo que ya lo separaba de su enfoque anterior sobre las posibilidades de algunos avances científicos. Conforme transcurrió el año de dedicarse a trabajar y escribir, y ya con él en otro empleo, sus números aumentaron. Se dio cuenta que, consiguió en ese tiempo el triple de los seguidores y lecturas que los tres años anteriores que su página era exclusivamente de ciencia ficción.
Le decían que era bueno, los comentarios le dejaban buenas reseñas, cosa que no ocurría con el género anterior. De modo que la opción de mantenerse en ese nuevo género era lo más obvio, pues su nuevo trabajo era de guardia de seguridad, sentía la presencia de sus zapatos como nunca al tener que estar de pie tanto tiempo, y la música del centro comercial le parecía de mal gusto la mitad de las veces, tenía que salir de ahí. Por eso planeaba lo que podía de los eventos en sus jornadas, luego en casa escribía, aun manteniendo un toque de ciencia ficción, pero centrándose en que haya dinamismo, persecuciones, peleas, explosiones, y en general acción.
Pasaron ya seis años, tenía un club de fanáticos en redes sociales, y muchas de sus historias superaban las dos millones de lecturas, algunos comenzaron a pagar por él, cuando les dio la opción de ayudarlo con su proyecto, de modo que pudo mudarse a un departamento solo para él y cumplir de esa forma su primer sueño, que era sentirse independiente, en un departamento que parece garaje, pero independiente.
Algo muy importante para llegar a ese punto, fueron sus seguidores, notaba en la página de su club de fans, donde se encontraba de encubierto, cada uno de los aspectos que ellos disfrutaban de sus obras, y al entender que son quienes deciden pagar por lo que él produce, había decidió que, dentro de lo que cabe, y manteniendo su propio estilo, se esforzaría por entender a su audiencia, y darles lo que quieren, pues se sentía y siente en deuda con ellos. Sabe muy bien que de no ser por la fiel comunidad que había creado sin haberlo querido y por el hecho de que en cada historia tratara de llevar variedad y versatilidad, llego al sitio donde se encontraba en ese momento.
Fue de esa forma que llego a la entrevista con el guionista y dos ejecutivos de la productora, a quienes tenía que explicarles, cuál era la razón por la que era necesario que lo dejen intervenir en el proceso creativo de la película.
—Otra cosa importante… —Les decía a los atentos hombres de negocios, mientras sujetaba el libreto—, en esta parte, el dialogo aquí se nota demasiado que está construido para la siguiente escena de persecución, pero a mis fanáticos les gusta que esa clase de escenas sean sorpresivas, y que solo después noten que tenían sentido… entonces deben ser presentadas de forma que no se las esperen… ese es otro punto que se menciona en mis reseñas, y que de verse en la película agradecerán, pues van a entender que se respetó no solo la historia, sino la esencia de mi estilo, y por tanto le ira mejor en las críticas, y pedirán secuelas.
No era sed lo que sentía, pero sujetó el vaso, y dio un sorbo largo, al fin había terminado de dejar sus puntos más que claros, cada uno de los tachones y correcciones del guion que le dieron quedo justificado, aunque lo cierto es que en alguna ocasión tuvo que improvisar, pues no recordaba del todo la razón de algunas de las cosas que había escrito a modo de corrección en el papel.
—Es todo —concluyo—, escucho sus respuestas.
Los ejecutivos intercambiaron un par de comentarios en voz baja. Sofía, al lado de Joel se esforzaba en analizar la situación por completo, y deducir que podría ocurrir a continuación para que todos al final puedan quedar satisfechos, para aquello tenía una hoja de libreta donde escribió algunas cosas. El ejecutivo más robusto al final hablo por los tres, aunque al guionista con poca tolerancia a la crítica de sus guiones le hubiera gustado decir algo.
—Primero que nada —le dijo a Joel—, agradecemos que se haya tomado en serio el proyecto, y que nos des algo de retroalimentación sobre tu concepción del libro. Sin embargo, el objetivo de hacer la película, además del dinero, es presentar al público que nunca ha leído tus historias, de una forma más ligera y visualmente significativa, esos son nuestros objetivos, no contentar a tus lectores actuales, aunque claro que también son importantes.