Conociendo a Enrique

Capítulo cinco

Estaba Cindy en su oficina, con una taza de café en su mano izquierda y con la derecha escribiendo en el computador, llegó Shirley y se sentó delante de ella, se veía emociona como si tuviera algo retenido que decir...

 

 

-Te pasa algo?, - le dijo Cindy a punto de reírse, no podía controlarse cuando Shirley tenía esas actitudes.

 

 

-Sí, sí, me pasa mucho, ¿acaso no te has dado cuenta la clase de hombre que tenías enfrente de ti ayer?, ese hombre estaba guapísimo... – dijo Shirley suspirando cómo una niña de 15 años.

 

 

-Ahh ya... Hablas de Lucas – dijo Cindy cambiando su expresión de feliz a aburrida de un momento a otro.

 

 

-Pero, ¿por qué pones esa cara?, ¿lo conoces? – preguntó ella intrigada.

 

 

-Si... Tuve la oportunidad de conocerlo antes, y desde ya te digo, no me llama la atención. – respondió Cindy cortante.

 

 

-Ok, ok... ¿Tú crees que se quiera acercar a mí? – preguntó Shirley, su pregunta dejó con los ojos abiertos a Cindy que no sabía que decirle...

 

 

-Yo... Supongo que sí – le dijo Cindy.

 

 

Los ojos de Shirley destellaron aquellas chispitas que se podían notar en los ojos esperanzados de las personas enamoradas, al parecer se había enamorado de Lucas, aunque a decir verdad, no estaba nada mal, pero Cindy estaba siendo sincera, él ya no le importaba. Pero en ese momento se le sembró el temor de que él pudiera hacerle lo mismo a Shirley, ella quedaría devastada, y sufriría mucho...

 

 

Pero al ver aquella felicidad en ella, decidió apoyarla.

 

 

Al en dos días sería viernes, Cindy no tenía que olvidar la salida con su madre. Se dedicó a acabar sus trabajos laborales mientras conversaba entretenidamente con su amiga. Ya iban a ser las 9 de la mañana y ella tenía que estar en la casa de Enrique a las 10, entregó sus proyectos y le dijo a su jefe que se retiraría, le pidió a Shirley que la acompañara a comer algo en frente, fueron y mientras comían seguían hablando y riéndose, cuando ya iban de salida en la puerta de la cafetería se detuvo una camioneta negra con los vidrios negros cerrados, se escuchó la puerta del piloto abrirse, y cuando el hombre se dirigió hacia donde estaban ellas se asustaron un poco, el hombre tenía una estatura considerable, vestía de un traje negro y gafas oscuras, pero luego Cindy pudo notar que se trataba de Enrique, ella veía como aquel hombre se acercaba, se veía tan bien...

 

 

El hombre la agarró del hombro y se dispuso a saludarla, a ella y a Shirley, algo que a Cindy le pareció muy extraño, ya que desde que ella lo había conocido, simplemente la trataba con desprecio y crueldad.

 

 

-Sr. Enrique, que hace aquí? – le dijo Cindy después de saludarlo.

 

 

Él se quitó las gafas y le dijo que sí podían hablar en el coche, ya que era un asunto de suma discreción, Cindy miró a su amiga y ésta le hizo una señal para que fuera tranquila, ya que Shirley tenía que regresar al trabajo, entonces Enrique le abrió la puerta de coche para que pasará, cerró la puerta y se dispuso a entrar también.

 

 

Al estar los dos adentro, él se notaba algo nervioso por lo que iba a decir:

 

 

-Mira, ayer como ya sabes la escena que hice frente a mi madre, y a consecuencia de ello, me pidió que fuéramos al cumpleaños de hermano juntos, como... como... ya sabes, como una pareja – dijo él. – Y te quería preguntar si me ayudarías, no me siento cómodo pidiéndote esto, pero, es algo extremadamente importante, ya que si voy sólo, mi madre sospecharía que le mentí y me haría comprometerme con Leslie, y eso es algo que de verdad no quiero que pase, dijo Enrique bajando la mirada.

 

 

Cindy solo veía cada movimiento que sus labios hacían al hablar, estaba anonadada por aquella propuesta tan anormal, Enrique se quedó expectante esperando su respuesta.

 

 

-No lo sé, ¿cómo podría fingir ser tu novia si no lo soy? – dijo ella, esperando que él revertirá su propuesta, pero no fué así.

 

 

Él le dijo que sería sólo por esa vez y que después inventaria algo como para disimular una separación.

 

 

Entonces Cindy se quedó pensando por un momento más, además, sería sólo para esa ocasión, de ahí nada más, pensó ella.

 

 

Y asintiendo despacio con la cabeza le dijo sí.

 

 

-Te lo agradezco – dijo él con su voz gruesa y mirada seria pero aliviada, gracias al gran favor que le haría Cindy...

 

 

 

 

 

 



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En el texto hay: crimen, romance, drama

Editado: 31.01.2023

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