Conociendo a Enrique

Capítulo diecisiete

A Carlos le parecia muy injusto el hecho de que Enrique se preocupara tanto por ella, si a ella no le importó dejarlo sólo con el corazón roto, Carlos acompañó a Enrique en sus días más difíciles, aquellos días en que ya no quería vivir, él fue quien impidió en muchas ocasiones que Enrique terminara con su vida, pasó encerrado mucho tiempo, estuvo sin escribir (y tomando en cuenta que escribir era algo que Enrique amaba hacer), Carlos pasó noches visitando cada una de las cantinas en busca de Enrique. 

 

Fueron tiempo verdaderamente crudos, y cuando llega alguien que vuelve a poner todo en su lugar y que de a poco va ganándose el amor de Enrique curando todas las heridas que ella le ha dejado, vuelve a aparecer para dejarlo anonadado otra vez, eso es algo que a Carlos lo tenía intranquilo.

 

 

A modo de que Enrique ya no estuviera más tiempo junto a Elena, Carlos se ofreció a llevarla a buscar una apartamento, ella miró rápidamente con dirección a Enrique, ella esperaba que Enrique la llevara, y en cuanto a Enrique él accedió, ya que estaba muy cansado.

 

 

En el camino Elena empezó a buscarle platica a Carlos...

 

 

-Sabes, fui realmente una tonta por haber dejado a Enrique por alguien más, y lo peor es que la persona por la que lo dejé era mala, sólo por tener dinero creía que podía hacer los que quisiera y tratarme como se le venía en gana, me arrepiento profundamente de eso, Enrique es una gran persona, sé que jamás volveré a encontrar a alguien como él, y mucho menos así, enferma. – dijo mirando hacia la ventana con una mirada triste y pálida. – sé que tú también me odias por eso...

 

 

Carlos sólo tenía la mirada hacia adelante, no volteó a verla en ningún momento, si Elena quería lograr que él también sintiera pena por ella no lo iba a lograr.

 

 

Encontraron un departamento, Carlos la dejó y volvió donde Enrique.

 

 

Llegó y lo encontró dormido, le dejó una nota en su mesita de noche donde le decía que lo llame...

 

 

Por otro lado a Lucas le habían dado la noticia de que Cindy “su Cindy”(así es como decía él), ya no quería trabajar más con él, la verdad es que la situación ya estaba empezando a asustar a Cindy, por eso es que decidió dejarlo así, Lucas estaba molesto y seguro de que ella había tomado la decisión de dejar de darle las terapias por culpa de aquel hombre (refiriéndose a Enrique), esto incremento su odio hacia él, y los la mirada fría que tenía en su rostro seguramente haría algo malo en contra de él, pero de lo que estaba seguro era de que “eso no se quedaría así, él tendría que pagar por quitarle a su amada”.

 

 

Todo transcurría bien en la relación de Enrique y Cindy, al parecer Elena había entendido que Enrique ya no sentía nada por ella y Lucas ya no se dejaba ver, Cindy supuso que se alejó, “es lo mejor para todos” dijo ella.

 

 

Cindy estaba trabajando en su oficina, era un día normal al día siguiente sería su día libre así que tenía que acabar su trabajo lo más rápido posible para no acumular los, en eso sonó su móvil era un número desconocido, se dispuso a contestar, y cuando escuchó la voz del otro lado de la línea quedó atónita, conocía esa voz, era Lucas quien le preguntó si aceptaba ir a cenar con él, a lo que Cindy respondió educadamente que no podía, que esa noche iba a cenar con su novio, esto enfureció de inmediato a Lucas quien le dijo:

 

 

-¿Qué?, ¿es en serio, Cindy?, entonces es lo que yo pensaba, estás saliendo con ese idiota.

 

 

Al oír eso Cindy frunció el ceño, no le gustó para nada la manera en que Lucas se expresaba de Enrique.

 

 

Y además, ¿por qué Lucas hablaba de esa manera con respecto a Enrique si ni siquiera sabe nada sobre su personalidad...?

 

 

-No le digas así, ¿qué te pasa?, ni siquiera lo conoces... – dijo Cindy muy molesta.

 

 

-Él no podrá darte lo que yo puedo darte, piénsalo – dijo él con voz desafiante.

 

 

-No tengo que pensar nada, lo tengo todo claro, aléjate de mí, y si te refieres al tema de las cosas materiales... No me importa, adiós. – dijo Cindy y colgó con un resoplo que demostró su profunda frustración.

 

 

Ya no podía concentrarse en su trabajo, un montón de dudas le rondaban en la cabeza, después de un buen rato logró volver a concentrarse en lo que estaba haciendo, y no se percató de la hora y se le hizo muy tarde, acabó todo y se dispuso a salir de la empresa, había mucho viento afuera, su cabello suelto y ligeramente enrulado se le iba al rostro, luego de unos segundos un coche se le paró bruscamente frente a ella...



#20800 en Novela romántica
#2596 en Novela contemporánea

En el texto hay: crimen, romance, drama

Editado: 31.01.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.