Enrique la cargó hasta su habitación, Cindy ni se había percatado estaba en un sueño profundo. Al día siguiente ella despertó muy temprano, acostada en los brazos de su novio, ella sobresaltó los ojos, estaba en su cama con Enrique, pero no era nada del otro mundo, eela le sonrió con dulzura al verlo dormir tan indefenso, luego de contemplarlo por unos minutos se levantó, se dio un baño, se cambió y salió.
Al parecer Enrique era muy dormilón, se levantó como dos horas después de que Cindy salió, levantó asustado, buscando a Cindy con la mirada, no la encontró.
Salió hacia la sala y nada, en eso alguien lo estaba llamando, era un número desconocido él extrañado se dispuso a contestar, era una voz masculina, aquel hombre del otro lado de la línea se escuchaba exaltado, muy preocupado...
-Habla el sr. Díez? – preguntó la voz.
-Sí, soy yo, ¿usted quién es? – dijo Enrique
-Soy, soy Pedro, soy el vecino de la srta. Elena en el hotel, le habló porque ella me lo pidió, estaba pidiendo ayuda, yo escuché sus gritos desde mi habitación, ella necesita ayuda médica urgente, la llevaré al hospital usted puede darnos el alcance. – dijo el hombre y colgó.
En eso iba llegando Cindy quien al verlo allí sentado dejó las cosas que había comprado en la mesa de la cocina y volvió a saludar a Enrique, le dió un beso, ese beso hizo que Enrique olvidara su preocupación con respecto al caso de Elena por unos momentos.
Enrique la dejó de besar, la miró a los ojos, ese destello en los ojos de Cindy lo dejaban sin aliento... No quería irse pero Elena necesitaba de su apoyo.
Trató de desviar su mirada que estaba puesta en la de Cindy y le dijo:
-Creo que me iré, tengo unos pendientes y necesito resolver eso – mintió Enrique.
Él no quería decirle a Cindy que seguía viendo a Elena su ex novia, ella se molestaría mucho, y su relación iba muy bien, pero él sabía que estaba cometiendo un error al no confiar en Cindy.
Cindy lo miraba extrañada, asintiendo con tristeza...
-Yo quería que prepararamos algo juntos y luego conversar un poco camino al trabajo, pero si tienes cosas por hacer no hay problema, entiendo... – dijo ella haciéndole sobaditas en el hombro.
Enrique la miró con ternura, mientras se retractaba de lo que había dicho anteriormente, está vez dijo que se quedaría, que quería estar todo el tiempo que fuera necesario con ella...
Cindy sonrió y lo llevó de la mano hasta la cocina, desayunaron y de camino al trabajo platicaron un poco sobre la manera en que se habían conocido, todo pasó tan rápido, a ellos les causaba gracia el acordarse de la actitud de Enrique al principio...
Llegaron al trabajo de Cindy, ella entró y Enrique se marchó hasta el hospital donde estaba Elena.
Cindy entró a su oficina ahí estaban casi todos sus compañeros, que por sus caras, tenían muchas interrogantes para Cindy, ya que la mayoría la habían visto llegar con el escritor “imposible”.
Ella se limitó a darles información sobre Enrique, ya que Cindy era una persona muy reservada, en eso entra David a la oficina, salida a todos y se dispone a saludar con un abrazo a Cindy, ella quedó con los brazos quietos, no se esperaba eso.
-Me alegra mucho verte por aquí nuevamente, las veces que te veía sólo venías unos momentos y luego te marchabas – dijo David...
-Tienes razón, es que esos días sólo venía a dar y mostrás avances y luego volvía a trabajar con mis pacientes – respondió Cindy.
-¿Pacientes? Pero si sólo asignan a un paciente por trabajador, ¿tenías más? – preguntó intrigada Shirley...
-Hmm bueno... El jefe me había asignado a uno, que era el sr. Díez pero luego llegó otro señor que pidió que yo trabajara con él, así que atendía a dos personas – explicó Cindy.
-Ahh y el otro era ese fortachón... Que ya se me pasó el nombre... Luis?... Lu... Lucas! ¿Verdad? – dijo otra de las compañeras de trabajo de Cindy. Luego otro de sus compañeros dijo:
-Escuché al jefe hablar con ese tipo, él estaba muy molesto cuando le dijeron que Cindy ya no quería trabajar con él, ¿por qué decidiste no trabajar más con él – preguntó su compañero con mucha curiosidad...
Todos esperabas atentos a la respuesta de Cindy, pero ella no tenía tiempo para esas cosas, cerró el tema y dijo que se pondría a trabajar de inmediato.
Todos la miraban confundidos, apenas ellos mencionaron a Lucas, Cindy se puso histérica, ella no soportaba escuchar ese nombre. Todo el grupo volvió a trabajar y la única que se quedó ahí a acompañar a Cindy fue Shirley, su amiga.