Capítulo veintiuno

Después de unos eternos minutos, salió la sra Yillian (madre de Cindy), quien al verla se acercó a ella para darle un abrazo, ella de inmediato sintió que el ambiente estaba tenso…

-No sabes cuanto me alegra que hayas venido por aquí, ¿a qué se debe el milagro? – preguntó la madre de Cindy tomándola del brazo para ambas sentarse de nuevo.

-Yo sólo venía a ver como estaban tú y mis hermanos, y bueno… me encontré con el sr. James, porque… ¿así es como te gusta que te llamen verdad papá? – dijo Cindy mirando a su padre de reojo, su madre la miraba con tristeza, ella pensaba que Cindy ya había perdonado a su padre, pero ya veía qu no.

Mientras, su padre bajó la cabeza, estaba apenado por las duras palabras de su hija, él énfasis ésos momentos sólo quería volver el tiempo y no cometer los mismos errores.

-¿Qué te parece si preparamos algo para comer? – preguntó Yillian…

-Claro que sí mamá, vamos te ayudo, pero me temo que no podré quedarme, tengo unos pendientes que atender en la empresa, y también estoy muy llena, antes de venir para acá, comimos algo con Enrique… - respondió con algo de pena, no le gustaba rechazar algo que su madre le proponía, pero de verdad tenía cosas por hacer.

Ayudó a cocinar a su madre y luego se despidió de todos, incluyendo también a sus hermanitos que salieron de su habitación después de un rato, se dispuso a retirarse.

Pensó en ir a la empresa a recoger algunos papeles y fue así, tomó el metro y se fue a la empresa, al llegar vió a Shirley hablando con otras secretarias, ellas se reían y al verla llegar inesperadamente, siendo su día libre, ellas cambiaron sus rostros sonrientes a unos serios.

Todas se iban alejando mientras Cindy se iba acercando. Obviamente esto le pasó muy raro a Cindy, no entendía el comportamiento de las muchachas.

-¿Qué pasa?, ¿por qué se alejan cuando yo me acerco? – preguntó Cindy con el ceño fruncido y mirando fijamente a Shirley.

-No es nada, solo que se asustaron al verte llegar… ya sabes, eres la supervisora y nos encontraste fuera de nuestros puestos. Es sólo eso. – explicó Shirley. – Por cierto, que te trae por aquí?, tengo entendido que hoy es tu día libre.., preguntó.

-Tienes razón, pero vine a recoger unos documentos para revisarlos en mi apartamento – respondió Cindy, mientras volteaba su mirada hacia el otro lado, ya que vió que su jefe la vió y se estaba acercando hasta donde estaban ellas.

-Srta. Shirley aún no me han llegado los documentos que le envié para que me imprimiera… - cuestionó Arnold un poco molesto, Cindy sobresaltó los ojos…

-En un momento se los llevo a su oficina señor. – respondió segura, pero Cindy la conocía perfectamente y sabía que no había imprimido nada. En ese momento Shirley se despidió de Cindy y apresuró el paso hacia su lugar de trabajo.

-Srta James, ¿hoy no es su día libre? – preguntó Arnold arqueando las cejas.

-Sí, lo es, pero vine a recoger unos documentos para revisarlos en mi apartamento con más calma y de esa manera tener el trabajo acabado con anticipación – respondió con una sonrisa.

Arnold jadeó satisfecho dibujando una mueca en su rostro demostrando su impresión con las palabras de su trabajadora preferida , de verdad ella es muy responsable, pensó.

-Qué pena con usted – dijo bajando su cabeza por unos segundos – debo recoger esos documentos de inmediato para poder terminar con ellos hoy mismo si es posible…

-Por supuesto vaya, no pasa nada, hasta mañana. – respondió Arnold, dio la vuelta y se dirigió hasta la oficina donde trabajaba Shirley con otras secretarias… Al parecer para recoger los documentos que le había encargado él.

Cindy lo miraba con preocupación, preocupación por Shirley, que conociendo a su jefe, la iba a reprender.

Con angustia se dirigió a su oficina para marcharse de una vez, antes de que volviera a llover nuevamente.