Conociendo a Enrique

Capítulo veintisiete

Carlos miró hacia atrás y vio que Adam tenía puesta la mirada en Cindy, y que no dejó de mirarla hasta que ellos ingresaron en la casa…

 

 

—Cindy, debo comentarte algo muy importante – dijo Carlos angustiado.

 

—Dime, ¿pasó algo? – respondió ella algo extrañada por la actitud que mostraba Carlos.

 

—He notado como te mira Adam, y te quería recomendar que tuvieras cuidado, así como lo ves puede llegar a querer intentar algo contigo. – dijo Carlos.

 

—Oh eso… - respondió Cindy bastante tranquila. —No te preocupes, también me di cuenta de las miradas de Adam pero si me llegara a decir algo, obviamente lo rechazaría, no sería capaz de hacerle algo así a Enrique, no pasa nada Carlos, pero gracias por la advertencia – respondió Cindy sonriendo.

 

Carlos asintió, él sabía que Cindy no sería capaz de traicionar a su amigo, y al oírla decir esas palabras se sintió más tranquilo.

 

 

Ambos empezaron a lavar los vasos que habían llevado… Mientras hablaban de sus vidas.

 

Mientras tanto Adam y Enrique se encontraban hablando de los problemas que habían ocurrido recientemente…

 

—¿Le tienes mucha confianza a Cindy? – preguntó Adam desviandose del tema.

 

—Por supuesto que sí, por eso está aquí conmigo – respondió Enrique ante la incógnita de su hermano.

 

—No te lo quería decir antes, pero, a mí ella no me inspira mucha confianza – dijo Adam. En ese momento Enrique lo miró con el ceño fruncido, no entendía el punto al que quería llegar Adam.

 

—Dime lo que quieras decirme de una vez Adam, no estés con rodeos – expresó Enrique.

 

—No te molestes hermano, sabes que los hermanos y las madres tenemos la razón en esos aspectos – respondió Adam.

 

Enrique sonrió irónico ante lo que decía su hermano, ya entendía de dónde venía todo.

 

—¿Fue mi madre, verdad? – preguntó Enrique.

 

En eso Adam actuó cómo si estuviera extrañado ante su insinuación.

 

—Claro que no, nuestra madre no tiene nada que ver con mis opiniones – dijo Adam un tanto nervioso.

 

—Adam, no puedes engañar a un escritor, claro que es eso, hablas como si no supiera como es mi madre manipulando a la gente. – dijo Enrique.

 

—Ya te dije que no fue ella Enrique, ¿no lo entiendes? – reprochó Adam, levantando la voz.

 

—Como tú digas, pero déjame decirte que ninguna opinión quitará el sentimiento que tengo hacia Cindy, así que, si intentas cambiar mi forma de pensar, piénsalo dos veces antes de que puedas decirme algo Adam – dijo levantándose del asiento para ir a la cocina.

 

 

Entró a la cocina muy enfadado, Carlos y Cindy le preguntaron que había sucedido, a lo que él le respondió “nada, solo vine por agua”, pero ambos notaban claramente que algo había pasado entre Enrique y Adam.

 

 

—Carlos, Cindy a listen sus cosas por favor, nos vamos. – dijo Enrique de la nada.

 

Carlos y Cindy sobresaltaron los ojos, pero como Enrique se veía bastante enojado, no preguntaron nada, simplemente acataron la orden.

 

Enrique que dirigió hasta su habitación, donde se encontraba Cindy alistando las cosas.

 

Ella lo miró y le dijo que pasara. Ya que Enrique se había quedado parado en la puerta.

 

Ella le habló con dulzura, y eso le daba seguridad a Enrique.

 

—Dime cariño, ¿pasó algo con Adam? – preguntó Cindy, sentándose a un lado de la cama junto a Enrique.

 

—No… solo unos problemas pasados que se quieren hacer presentes de nuevo, pero nada importante – respondió.

 

—Mírame, sabes que para cualquier cosa, puedes contar conmigo, si algo te incomoda de mí o de otra persona, puedes decirlo. – sugirió Cindy con amabilidad.

 

Enrique asintió pero no podía decirle a Cindy lo que había hablado con su hermano, pensó que tal vez eso la pondría triste.

 

—Es mejor darnos prisa, iremos a buscar un apartamento donde quedarnos – dijo Enrique, mientras se levantaba para ayudar.

 

Luego, cuando ya tenían todo listo, ambos bajaron tomados de las manos hacia la sala, allí se encontraban los padres de Enrique y Adam.

 

Todos los vieron extrañados, no entendían la razón de su partida, excepto Adam, él ya sabía la razón.

 

Pero actuó cómo si nada hubiera pasado, trató a Enrique como si el problema no fue con él.

 

Enrique se controló para no golpearlo, ya que no quería darles más preocupaciones a sus padres, sobretodo a su padre, que estaba delicado de salud…

 

 

 



#20764 en Novela romántica
#2589 en Novela contemporánea

En el texto hay: crimen, romance, drama

Editado: 31.01.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.