Conquistar su Roto Corazón

Capítulo 5.

Patrick se quedó un rato hablando  conmigo, y por un rato me refiero a más de unas horas. según él,  no tenía nada más que hacer, así que charlamos de algunas cosas más.

Le conté sobre cómo nos hicimos novios Oliver y yo, sobre cómo terminamos casados después de varios años de noviazgo, incluso le conté sobre los problemas que tuvimos últimamente. No sé por qué lo mencioné, pero sentí que necesitaba otra opinión además de la de mi mejor amiga, que por mucho que diga que será parcial, nunca lo es.

— Bueno, honestamente estoy sorprendido de que lo hayas atado, siempre supe que era un jugador. todos estos años me enviaba mensajes de texto sobre varias chicas que le gustaban y con quienes salía, pensé que no había nadie serio en su vida .— quedé estupefacta con sus palabras

— ¡Oh!— fue lo único que salió de mis labios en ese momento.

—Quiero decir, no creo que él sea así ahora...— se rascó la nuca —Osea, hace unos cuantos meses que no llegan esos mensajes, supongo que desde que se casaron — intento arreglar las cosas, pero ya era tarde

—¿Vaya?— mi tono cambió un poco, literalmente le dije que empezamos a salir en la escuela secundaria. 

«Oliver me ha estado engañando» pensé horrorizada.

—Quiero decir, no creo que estuvieran juntos en ese momento— se aclaró la garganta nervioso.

—Ha estado distante últimamente, no puedo evitar sentir que es mi culpa, ¿sabes?— me apoyé sobre mi mano intentando controlar las inmensas ganas de llorar.

—Veo de dónde vienes, pero no te culpes. Es un tipo afortunado de tenerte a su lado.— mi mejillas ardieron por su cumplido.

Drew se aclaró la garganta a nuestro, haciéndome mirar la hora y darme cuenta de que ya eran las cuatro y cincuenta, a diez minutos de cerrar.

—¡Vaya! es hora de cerrar— solté emocionada, —gracias por ayudarme a pasar el tiempo— le sonreí mientras comenzaba a cerrar mis navegadores

—Fue un placer hacer compañía a una chica tan hermosa como tú— hizo una reverencia y me guiñó un ojo mientras tomaba sus cosas y se dirigía a la puerta. Se detuvo a la mitad de la puerta y me miró por encima del hombro —Adiós Stefhany— Me despedí con la mano mientras cerraba la puerta detrás de él.

 

✶⊶⊷⊶⊷⊶⊷⊷❍⊶⊷⊶⊷⊷⊶⊷✶

 

—¿Baby?— grite desde la puerta cuando llegue a casa.

Suspire resignada, pues esperaba verlo al llegar a casa, hacía días que venía llegando algo tarde de su trabajo. saque mi celular del bolso y le escribí un mensaje.

¿Dónde estás amor?

Entré a la cocina y comencé a sacar los ingredientes para hacer una pasta carbonara, llevaba días queriendo comer esta, pero comer sola no me agradaba. Cuando comencé a preparar la cena, mi teléfono sonó sobre la isla de la cocina, de reojo noté que era un mensaje de Oliver, así que limpié mis manos para revisar el teléfono.

En el gimnasio chiqui, estaré en casa pronto.

Una extraña sensación se instauró en mi pecho, un mal presentimiento, pero no podía decir si era culpa de las palabras de Patrick o por lo que me hacía sentir. No había sentido avispas en mi estómago desde que me casé con Oliver, y nunca había puesto su fidelidad en duda hasta ahora.

Intente llamar varias veces a su celular sin respuesta, mi lado paranoico me decía que entendiera mi computador para ver la ubicación de su teléfono, pues habíamos instalado un sistema de rastreo por si algun dia sucedía algo, pero mi lado racional me lo impedía

—Está apagado— susurre cuando después de la segunda llamada su teléfono me envió directamente al buzón.

Negué con la cabeza y deje el teléfono sobre la isla, Vicky ha estado afectando mi cerebro, nunca dude de Oliver o cuestione su honestidad, pero varias de las conversaciones con Vicky llevaron a ese tema, y con las palabras de Patrick hoy mi corazón se comprimía en mi pecho.

— Es una ridiculez, Oliver me ama tanto como yo a él, solo el difícil momento que pasamos — me dije a mi misma mientras me giraba a buscar los ingredientes que me faltaban y me ponía manos a la obra.

Para cuando la pasta estuvo lista, Oliver estaba entrando a la casa con su bolsa de deporte en la mano. suspire aliviada al ver que no me mentía, que mi mente se estaba haciendo ideas erróneas por las palabras de los demás.

—Hola cariño, ¿cómo estuvo el gimnasio?— Me acerqué a él y me incliné para darle un beso, sin embargo, él giró un poco la cabeza y terminé besando su mejilla.

«¿Hizo eso a propósito?» me pregunté frunciendo un poco el ceño.

—Estuvo bien, lo de siempre— colocó su bolsa en el piso de la sala mientras se sentaba en el sofá, me pare frente a él para que notara el vestido que llevaba el dia de hoy, hacia muchos dias que no recibía un cumplido de su parte, y el atuendo que tenía hoy era nuevo, iba a notarlo, aun así, no hizo ningún tipo de comentario. —Huele bien aquí— olfateo con una sonrisa mientras miraba en dirección a la cocina.

—Hice pasta carbonara, tu favorita— forcé una sonrisa, sintiendo una vez más que estaba siendo distante.




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