Conquistar su Roto Corazón

Capítulo 13.

Mis lagrimas bajaron sin control una vez que estuve sentada en el interior de mi auto, aun me encontraba en el estacionamiento del edificio de abogados y temía el hecho que Oliver bajara y me viera de esta forma, no quería darle el placer de verme destruida, pero no podía controlar mis emociones, ¿Que nos sucedio? ¿Cómo fue que todo terminó así? ¿Cómo fue capaz de dejarme aun cuando juró ante Dios estar a mi lado por siempre? muchas preguntas rondaban mi mente, muchas de las que no tendría respuesta.

Apoyé mi cabeza sobre el volante por unos minutos y lloré hasta que sentí que era suficiente, no podía seguir deprimiendo por ese tipo de cosas, el tenia su familia, eso era lo que deseaba aunque no fuera a mi lado. Con aquel pensamiento en mente logré calmar mi llanto, esto era muy doloroso, una separación siempre lo era, pero yo era una mujer fuerte, así como él siguió su camino, yo también podría hacerlo. 

Saque el pequeño espejo de mi bolso, retoque mi maquillaje y partí rumbo al banco, mientras conducía, lentamente comencé a entrar en pánico pensando en lo que iba a hacer, tenía que estar fuera de la casa a fines de este mes, así que realmente solo tenía un poco más de dos semanas para empacar mis cosas y mudarme.

Antes de darme cuenta, llegué al trabajo y tuve que poner una sonrisa falsa en mi rostro para el resto del día.

«Necesito llamar a Vicky después del trabajo». pensé antes de entrar al edificio por la puerta trasera y guardar mis cosas en mi casillero, dejando escapar otro gran suspiro antes de tener que comenzar mi turno de nuevo.

—Stefhany, hay un cliente esperándote— Betty se coló detrás de mí, sorprendiéndome un poco. Ella sonrió con simpatía mirando mis ojos que estaban rojos por el llanto.

—Saldré enseguida, gracias Betty— le devolví la sonrisa fingiendo no haber notado su sonrisa comprensiva casi lamentable.

Rápidamente me registré usando la computadora en la trastienda para no llegar más tarde de lo que ya estaba llegando. Me dirigí a mi escritorio solo para encontrar a Patrick ya esperándome allí.

—Hola princesa— sonrió muy grande, pero su sonrisa se esfumó seguramente al notar mis ojos rojos e hinchados —¿estás bien?— asentí levemente con la cabeza.

—Acabo de regresar de la oficina del abogado de divorcios— suspiré mientras encendía mi computadora sin mirar a Patrick, —Oliver decidió quedarse con la casa, así que tengo que salir a fin de mes.

—¡Es un imbécil!— Exclamó enojado —Pero no te preocupes, me tienes a mi, si necesitas ayuda…

—Lo resolveré— interrumpí, no quería hablar de ese tema en ese momento, mucho menos cuando aún tenía el resto del día de trabajo por delante. —Entonces, ¿en qué puedo ayudarte hoy?— Me volteé y le di una pequeña y falsa sonrisa esperando a que me dijera el motivo de su visita.

—um…— se aclaró la garganta, parecía desconcertado por mi repentino cambio de tema —solo un depósito— Subió un bolso mediano al escritorio y de allí sacó varios fajos de billetes.

—El club lo está haciendo bastante bien, ¿eh?— pregunté sonriente al ver la cantidad de dinero en la mesa, era casi la misma cantidad de dinero que yo ganaba en todo un año.

—sí, no tan mal— me sonrió mostrando esos hermosos hoyuelos que me tienen embobada —oye, ¿estás ocupada mañana por la noche?— preguntó de repente, como si hubiera estado esperando para hacer esa pregunta desde que entró por la puerta.

—Déjame revisar mi calendario— sonreí burlona mientras abría el pequeño calendario en la computadora — Veamos. Tengo que bañar a mi pony a las cinco treinta, y tengo que jugar Romi-q con algunos duendes a las seis treinta.— era una tontería, pero por alguna razón escuchar su risa me trajo un poco de paz, verlo reírse y poner los ojos en blanco cuando lo nombraba cosas ficticias que “necesitaba hacer” —y el resto de la noche tengo programado llevar a mi unicornio a sus lecciones de vuelo.

—Eres una princesa graciosa— dejó de reír para mirarme fijamente —Tomaré eso como un “estoy libre”—. Continué poniendo su dinero en el contador de dinero mientras me hablaba. —Pasaré a buscarte mañana a las cinco treinta, pequeña bromista.

—¿Qué vamos a hacer?— pregunte curiosa mientras terminaba de contar todo su dinero e ingresaba los datos a la computadora

—Eso es una sorpresa— una sonrisa se apoderó de mi rostro, nunca antes tuve una cita sorpresa. Porque era una cita, ¿no?

—Me parece bien— sonreí mientras imprimía su recibo por la transacción —¿cómo debo vestirme?

—algo informal está bien, no tiene que ser elegante, de todas formas, no importa si te vistes con un costal de papas, para mi estarás hermosa— me sonroje con su halago

—Está bien, estaré lista— respondí mientras le entregaba su recibo

—Perfecto. Entonces es una cita—, se dio la vuelta y comenzó a alejarse 

«¿En que me he metido?»

 

✶⊶⊷⊶⊷⊶⊷⊷❍⊶⊷⊶⊷⊷⊶⊷✶

 

—¡No puedo creer que tengas una cita!— El chillido de Vicky fue tan agudo que sentí que mi tímpano se iba a desgarrar.

—No es una cita, Vicky, solo estamos pasando el rato—. aunque Patrick lo llamó una cita, pero no podía dejar que Vicky lo supiera, iba a enloquecer aún más.




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