—¡¿Qué haces aquí, Verónica?!— grito Patrick enojado. Así se arruinó la noche.
—Tony me dijo que ibas a estar aquí, no pensé que fuera para estar con esta don nadie— cruzó los brazos sobre el pecho.
Aquella chica, aparentemente llamada Veronica, se veía completamente opuesta a mí, tenía grandes pechos, una cabellera larga y rubia, grandes caderas y un trasero respingon, labios carnosos y unos ojos azules que complementaban todo, una réplica perfecta de una barbie, hermosa pero plastica.
No podía entender del todo lo que estaba sucediendo, lo que sí sabía era que tenía que salir de allí, no iba a soportar ser la segunda opción de nadie.
—¡Cállate la boca, Veronica, y sal de mi casa!— Su tono de voz demostraba lo ofuscado y frustrado que estaba.
—Pues no me voy, ¿realmente parecía que me querías aquí anoche?— fruncí el ceño con sus palabras, definitivamente no quería seguir allí.
—Maldita perra— siseo entre dientes, tratando de mantener la calma, sin embargo, eso solo me hacía dudar de que tipo de relación tenían estos dos.
—Sabes qué, no creo que sea buena idea que esté aquí, mejor me voy—. hable por fin, Veronica sonrió de oreja a oreja y dio un paso al costado para darme paso, camine a pasos rápidos hasta la entrada de la casa. Debía salir de allí.
—¡Stefh espera!— escuché los pasos de Patrick a mis espaldas y traté de acelerar lo mejor que pude sabiendo que esta situación solo podía empeorar. Él se las arregló para agarrar mi muñeca, evitando que saliera por la puerta.
—Patrick, déjala ir, realmente no quieres que te vean con alguien como ella—, Veronica trató de alejarlo de mí, él se dio la vuelta enojado y comenzó a gritar, afortunadamente soltó mi mano en el proceso.
—¡Te dije que te callaras y te fueras Verónica!
No me quedé a escuchar lo que tenían que decir o no, salí corriendo por la puerta lo más rápido que pude, ignorando el dolor en mis pies por no tener zapatos. Saqué mi teléfono de mi bolsillo mientras continuaba corriendo, mirando sobre mi hombro un puñado de veces para asegurarme de que Patrick no estuviera siguiéndome y llamé a la única persona que sabía estaba para mi en las buenas y las malas,
—¿Hola?
—¡Vicky, necesito que me recojas ahora mismo!— rogue con voz entrecortada y jadeante tratando de llegar lejos
—¡¿Stefh, qué está pasando?!— la preocupación era palpable en su voz.
—Te lo explicaré más tarde, solo ven a buscarme, por favor— Corrí hacia una cafetería cercana, esperando y rezando para que Patrick no me hubiera seguido en su auto.
—Está bien, ya voy, ¡¿dónde estás?!— Podía escucharla agarrando sus llaves, sabía que ella vendría corriendo en mi ayuda, al igual que yo lo haría por ella.
—Un barrio privado, acabo de entrar a una cafetería ahora mismo, te enviaré la dirección— me senté en una mesa un poco escondida y metí mis pies bajo la silla para que nadie en el lugar notara que mis pies descalzos estaban tan lastimados que sangraban un poco
—Está bien, acabo de verificar tu ubicación, estaré allí en quince minutos, no te muevas de ahí.
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—¡No puedo creer eso!— Vicky estaba muy enojada —¡qué basura!
—Lo que más me molesta es que deje mis hermosas zapatillas atrás— Traté de aligerar el ambiente con una broma, estaba segura que Vicky quería retroceder e ir a buscarlo y golpearlo.
¿Me sentía molesta? por supuesto que si, no había pasado mucho tiempo de lo sucedido con Oliver, y ahora que intentaba llevar una vida tranquila y tal vez abrirme a nuevas sensaciones y experiencias sucedía eso.
—Lo siento mucho Stefh, no debí dejarte ir— nos detuvimos frente a la entrada de la casa y dejé escapar un suspiro de alivio al sentirme segura.
—Está bien, Vicks, ahora lo sé y puedo evitarlo—. Abrí la puerta y arrojé mi bolso y las llaves en la mesa de la entrada.
—Aún así—, continuó, —no puedo creer que se haya acostado con ella anoche.
—No estoy muy sorprendida, quiero decir que es un tipo rico y atractivo. El dueño de un club, tiene que conocer a muchas mujeres— Entré a mi habitación y comencé a buscar algunos pijamas —No me lo imaginaría atado a una sola chica. —Fui estúpida por haber aceptado esa cita y salir con él esta noche—, me encogí de hombros antes de desvestirme y ponerme mi pijama, Vicky se había lanzado en la cama y se revolcaba en ella muy frustrada.
—No eres estúpida Stefh, incluso yo hubiera ido.
—¡Stefh!— se escucharon gritos provenientes de la puerta principal, seguidos de fuertes golpes: —¡Stefhany, por favor, abre!— podía reconocer perfectamente la voz de Patrick del otro lado de la puerta.
—¡Dios mío, los vecinos van a llamar a la policía!— ahogue un grito.
—¡Que llamen a la policía! Así se irá seguro —susurró ella de vuelta corriendo hacia la ventana para poder mirar a gusto, yo, por mi parte apague la luz de la habitación.
—Stefhany solo déjame ex…
—¿Qué pasó?— Vicky se giró mirándome de una forma extraña, parecía estar entre sorprendida y divertida —¿Qué pasa? ya dime — no necesite respuesta, pues otra voz muy conocida se hizo presente.