Conquistar su Roto Corazón

Capítulo 26

— Patrick, esto es demasiado, ¿Estás seguro? — pregunté casi en un susurro, no lograba pasar sus palabras.

— Estoy seguro pastelito, muy seguro.

— Es demasiado, no llevamos mucho tiempo juntos, puedes enamorarte de alguien más, puedes tener hijos con otra mujer, una que sea capaz de concebir.

— No digas eso pastelito, no importa que tan costoso sea el tratamiento, ni cuántos doctores tengamos que ver, voy a hacer tu sueño realidad, daré mi vida por hacerte feliz. Se que no llevamos mucho juntos, pero sé que no hay nada que no haría por ti, por qué me he enamorado. — sus palabras hicieron que las lágrimas bajarán por mis mejillas.

— Oh Patrick, eso es tan bello. No deberías.

— Quiero hacer esto pastelito, una mujer tan dulce como tú se merece toda la felicidad, estoy seguro que nuestros muffins serán hermosos.

— ¿Muffins? 

— Eres una mujer increíblemente dulce y hermosa, eres mi pastelito, y de ti saldrán unos hermosos muffins.

— ¿Nuestros hijos serán muffins? — pregunté risueña. Solo a él se le podía ocurrir ponerle ese apodo a nuestros hijos.

«Nuestros hijos»

De solo pensar en eso una cálida sensación apretaba mi pecho, siempre quise tener un hijo, pero mi cuerpo no estaba de acuerdo con mis deseos.

— Aún no sabemos si tendremos muffins, es posible que nunca pueda darte un hijo Patrick, ¿Entiendes?

— Si no logramos tener hijos, existe la adopción, o podemos ser solo tú y yo hasta el final de nuestros días.

— Siento que te estás apresurando mucho.

— Ven aquí mujer terca, déjame besarte hasta morir para que entiendas que solo quiero hacerte feliz. — me dejé abrazar y besar hasta que nuestros labios hinchados dijeron no más.

Pase toda la noche entre sus brazos, sintiendo como se derramaba en mi interior, sintiendo cada una de sus suaves caricias, sintiendo como me transmitía su amor.

Si antes tenía algo de dudas de este hombre, esas dudas se habían esfumado aquel día, con sus palabras, sus acciones, su amor.

— Buenos días pastelito — sonreí como boba al despertar y encontrarme en los brazos de Patrick, me sentía como una adolescente enamorada de nuevo.

— Buenos días cariño.— me abracé a su torso mimosa, hacía mucho tiempo que no me despertaba tan feliz.

— Dormiste bastante, tuve tiempo de hacer muchas llamadas y preparar tu desayuno antes de meterme de nuevo en la cama, a tu lado.— levanté la cabeza viendo la bandeja que reposaba en la mesa a su lado de la cama.

— Me dejaste agotada, tenía que reponer fuerzas — soltó una suave risa que hizo que sus hermosos hoyuelos se marcarán en sus mejillas.

— Bueno, tengo una buena noticia, hice las llamadas correctas, y la mejor doctora en temas de fertilidad te atenderá esta tarde, pasaré a buscarte a la salida del trabajo.

Me senté de golpe en la cama mirándolo con desconcierto. ¿Había escuchado bien? 

— ¿Estás bien pastelito? 

— ¿Es enserio? — susurré sin poder creerlo.

— Claro que sí, vamos, desayuna, te llevaré a tu trabajo — dejo un beso en mi frente y otro en mis labios y salió de la habitación dejándome completamente anonadada.

Hice mi rutina diaria y llegué a mi trabajo sin saber exactamente cómo fue que me moví, estaba feliz, eufórica, estaba volando en una nube. 

Mi día de trabajo paso sin que me diera cuenta, no supe que hice, no supe a quien atendí, ni siquiera me importó la presencia de Drew y sus malas caras, mi mente estaba únicamente en ver a la doctora, en que viera mis exámenes médicos y me dijera que mis estudios estaban errados, que yo estaba bien, que podía quedar embarazada en cualquier momento.

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— Tus exámenes no son exactamente lo que esperaba ver — susurró la doctora revisando mi carpeta médica, — tu condición no es buena, pero no es imposible que quedes embarazada — continuó mirando la carpeta y todo el ánimo con que había llegado al hospital murió con sus palabras.

Patrick a mi lado sostuvo mi mano entre la suyas dándome ánimo, me había dicho que no le importaba, pero su mirada me daba a entender otra cosa.

— Sus estudios están en perfecto estado, su conteo de esperma es ideal, usted está en excelentes condiciones para procrear señor Wess — hice una mueca recordando que los exámenes de Oliver seguían en mi carpeta.

La mano de Patrick se tensó, al igual que todo su cuerpo y su agarre en mi mano se intensificó hasta el punto de ser un poco doloroso.

— Esos exámenes son de mi ex esposo, olvide sacarlos de allí, él es mi pareja actual y con quién considero tener a mis hijos, si es que hay alguna posibilidad.

— Entiendo, déjame terminar de leer tus resultados — asentí con la cabeza y vi hacer al lado los resultados de Oliver.

Luego de lo que me pareció una eternidad la doctora nos miró con una mueca extraña en su rostro, no podía descifrar si su expresión era buena o mala.

— Señorita Davis, según el resultado de sus estudios, la dificultad que tiene para concebir en este momento se debe a que sufre Síndrome de Ovarios Poliquísticos, debe saber que este síndrome es una de las causas más comunes de infertilidad en las mujeres y ataca al dieciocho por ciento de la población femenina fértil.




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