— ¿Todo bien pastelito?— grité desde el otro lado de la puerta.
Mi hermosa Stefh se encontraba encerrada en el baño, habíamos ido a cenar y después de esa comida se sintió muy mal, ni bien desertó en la mañana envío a uno de emis.hombres a comprar una docena de pruebas de embarazo asegurando que por fin habíamos dado en el blanco.
Y es que después de cuatro meses intentando sin resultados sus esperanzas estaban muriendo lentamente.
— ¿Que dicen las pruebas? — silencio y más silencio, — ¿Linda? — al no escuchar respuesta decidí derribar la puerta de una patada.
Al entrar la encontré sentada frente a la tina con su cabeza en medio de sus rodillas, corrí hasta ella asustado y me dejé caer de rodillas a su lado.
— ¿Que pasa pastelito? ¿Estás bien? Amor, háblame.
— No puedo, Oliver tenía razón, solo soy un cuerpo vacío, hermoso pero vacío — sentí la ira recorrer mi cuerpo al escuchar sus palabras, el maldito Oliver le había dicho cosas muy hirientes, de esas que dejan huella en el corazón de una mujer.
— No eres nada de eso, ¿Por que lo dices? — levantó su mano señalando la encimera. Deje un beso en su cabeza y me levanté para ver lo que me señalaba.
Diez pruebas de embarazo se encontraban sobre el lugar, todas con el mismo resultado "negativo". Deje caer un poco mi cabeza con pesar, yo también anhelaba tener un hijo, ya había perdido una oportunidad antes, y sentía que Stefhany era la mujer idea para tener a mis hijos, ambos nos amábamos, aambos estábamos listos para el siguiente paso, pero este aún no llegaba.
— No te pongas mal, hermosa, recuerda que la doctora nos explicó que el tratamiento no es mágico, puede tardar varios meses e incluso años antes de que logres quedar embarazada, solo debemos tener paciencia y seguir intentando.
— Esto es horrible, no puedo creer que mi cuerpo esté tan mal, soy un… — tape sus labios con mi mano, no iba a permitir que se menospreciara como mujer.
— No digas nada más amor, todo estará bien, vamos a estar bien, solo debemos esperar, se paciente mi pastelito, tendremos que tener mucha paciencia y perseverancia para lograr nuestro objetivo y que nuestro muffin llegue a nuestra vida.
— Quiero uno pronto.
— Yo también cielo, quiero tener muffins corriendo por todo el lugar, pero hay que darle tiempo al tiempo, todo llegará en su debido momento.
— Siempre sabes que decir para hacerme sentir mejor.
— Eso es porque te amo, y no quiero verte mal.
— También te amo Patrick.
— Lo se hermosa, ahora vamos, creo que una salida te hará bien.
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— ¿Que paso con el cargamento? — pregunté furioso golpeando el escritorio con mis manos.
— Al parecer el congresista Charles decidió cambiar de bando, el cargamento fue interceptado por sus hombres y un grupo de policías y antinarcóticos en el puerto.
— ¡Maldita sea! Busque al infeliz y traiga lo hasta mi, voy a volarle los sesos.
Un mes completo esperando el maldito cargamento de una nueva sustancia elaborada en China , para el jodido congresista arruinará el maldito negocio. Su cabeza sería mi trofeo.
— Patrick — Tony llegó a mi lado con un vaso de Whisky y lo extendió hacia mí.
— Gracias amigo.
— La situación es complicada, pero después de una extensa búsqueda ya se porque sucedió lo que sucedió. — lo miré enarcando una ceja.
— ¿Cómo lo sabes? Ha pasado muy poco tiempo.
— Estuve haciendo seguimiento a ese cargamento desde que salió de china, un amigo viajó con él y afortunadamente logró escapar antes que lo atraparan en el muelle, me contó algunas cosas.
— ¿Qué tipo de cosas?
— La mujer del congresista viajó con el cargamento, ella salió de chica con él, y según lo que me contó, es una mujer que conocemos muy bien.
— ¿Mujer? La única mujer que conozco muy bien está en su trabajo en este momento — mire mi reloj notando que pronto sería su hora de salida. — Y por cierto, está próxima a salir, como siempre, que alguien vaya a su encuentro.
— No es la única que conoces muy bien — fruncí el ceño a la expectativa del nombre que saldrían de sus labios, aunque ya lo conocía muy bien, — Tessa.
— Tessa es la esposa del congresista Charles.— solté como afirmación sin creerlo del todo.
— Según lo que me dijeron, si, y eso no es todo, ella está en este momento en la ciudad.
Como si la conversación hubiese sido un ritual de invocación, Tessa apareció frente a nosotros abriendo de par en par las puertas de mi despacho.
— Patrick, tenemos muchas cosas de qué hablar — la miré sin saber qué decir, habían pasado demasiados años desde la última vez que la vi, y ahora, se veía un rato diferente.
— Los dejo solos un momento— Tony me dio una palmada en el hombro en señal de apoyo mientras miraba de arriba a abajo a Tessa, — creo que es mejor que cierres el ciclo de una vez por todas — susurró en mi oído antes de ponerse de pie y salir del despacho cerrando las puertas tras de sí.