Tres meses habían pasado desde que inicié el tratamiento de fertilidad, decir que todo iba de maravilla era poco. Patrick se había encargado de hacerme sentir única y especial cada día.
Nuestros intentos por quedar embarazada habían sido muy constantes, nos estábamos enfocando en esa tarea al cien por ciento de una manera muy placentera. Patrick me había enseñado nuevas cosas, me permití ser libre y explorar mis gustos, no solo era en mis días fértiles y de posición misionero, era cuando quisiera y como quisiera.
Todo en mi nueva vida iba perfecto, excepto por la actitud que Drew había tomado desde el día que Oliver visitó el banco, ahora me ignoraba completamente, y había solicitado un cambio de sucursal para, en palabras suyas, "no hacerse daño al estar cerca de mi"
— Buenas tardes señora, ¿Cómo se encuentra el día de hoy?
— Buenas tardes Chuck, muy bien gracias — el guardaespaldas que Patrick había dejado para mí protección abrió la puerta del auto y amablemente me ayudó a entrar a este.
— ¿Qué tal su día de trabajo?
— Fui muy bien, por suerte estuvo algo lento, ¿Patrick se encuentra en casa?
— Sí señora, se encuentra atendiendo un negocio importante, pero como siempre, puede pasar a su despacho a verlo, seguro estará feliz de saludarla.
— Gracias — el viaje a la mansión fue rápido y tranquilo.
Al llegar lo primero que hice fue pasar a la cocina por un vaso de agua y de allí ir al despacho de Patrick. Mientras más me acercaba al despacho, más gritos se escuchaban, lo que más me intrigó fue la voz femenina que se escuchaba del otro lado de la puerta. Entreabrí la puerta para encontrar a Patrick peleando a gritos con una mujer.
— Fue un maldito error Tessa, uno que no debió pasar.— gritó sulfurado. Tessa, aquel nombre fue el que Patrick menciono una vez, aquella mujer con la que estuvo a espaldas de Price y que era la mujer de este último cuando estuvieron juntos.
— Ese "maldito error" le costó la vida a nuestro hijo.— abrí los ojos sorprendida. ¿Hijo? ¿Ellos estaban esperando un hijo?
— ¡¿Qué?! — esas palabras salieron de mi boca sin permiso ocasionando que las dos personas en el lugar me mirarán, Patrick ligeramente asustado y la mujer con algo de indiferencia.
— Pastelito.
—¿De qué está hablando esta mujer Patrick?
— Soy Tessa — su mano un poco huesuda quedó frente a mí, incapaz de ignorarla, la tomé ligeramente y me presenté también.
— Stefhany Davis, soy…
— Me imagino quién eres, la mujer del servicio, Patrick siempre tuvo una debilidad por las sirvientas— fruncí el ceño mirándome de arriba para abajo, ¿Mi vestimenta estaba mal?
— Tessa, basta ya. Stefh es mi prometida.
— Hiciste a una empleada tu prometida, que bajo caíste.— No se porque, pero mi mano se movió sola propinándole un fuerte bofetón a aquella mujer.
— Deberías aprender a respetar, no podrías vivir tu vida de niña mimada sin los empleados de servicio, que, desafortunadamente deben aguantar tu presencia, tu vida no seria nada sin ellos, estoy segura que no podrías ni calentar un agua, te ves bien inútil.
— Tessa, por favor vete de mi casa.— Patrick rodeo mi cintura con un brazo y me acerco a él dejando un beso en mi sien.
— No me iré, vine a que exigir que regreses el dinero que mi esposo perdió es tu estúpido cargamento.
— ¿Eres su contadora? — pregunté mordaz.
— ¡Claro que no! Como su esposa tengo que estar al tanto de sus negocios y nuestros intereses comunes.
— Bien, Barbie Malibú, el tema de las pérdidas o ganancias de un cargamento se tratan directamente con el socio o con su contador o abogado, no tienes nada que hacer en casa de mi prometido, mucho menos exigiendo dinero que no te corresponde.— exclamé muy tranquila sintiéndome tranquila y segura en los brazos de Patrick.
— Ya escuchaste a mi prometida y contadora. Ahora, te pido amablemente que dejes nuestra casa y nuestras vidas y no vuelvas.
— No te acostumbres mucho linda, le encanta revolcarse con mujeres, en especial con las sirvientas.
— ¡Tessa, basta ya! — sonrió de manera socarrona.
— Pregúntale, pregúntale, ¿cómo perdimos a nuestro hijo? ¿Como me engañó con una empleada después de dos años de relación? ¿Como nos abandonó en el hospital después de enterarse de nuestra pérdida? Pregúntale, ¿Por qué decidió entregarme a Price? — se limpió las lágrimas con su mano, y yo me sentí realmente mal con sus palabras.
— ¡Nunca hice algo como eso!, aquel día salí del hospital porque Price atacó la casa, debía estar allí para que no te encontrará, al volver al hospital ya no estabas.
Me removí inquieta tratando de soltarme del agarre de Patrick, no quería seguir presenciando esa conversación.
— ¡Me abandonaste, y yo te amaba!
— ¡Yo también te amaba Tessa! — algo se rompió en mi pecho con aquella declaración, no entendía porqué, ya que aquello había sido pasado, un pasado que yo también tenía, uno donde Oliver había sido mi gran amor. Pero, ¿Por qué aquellas palabras me hicieron tanto daño?