Conquistar su Roto Corazón

Epilogo.

— ¿Dónde está Charles? — pregunté al ingresar a la mansión en compañía de Tessa.

— Charles estará aquí pronto, ¿Quieres tomar algo? 

— No juegues conmigo Tessa, ahora dime, ¿Dónde está Charles? — hizo un

— Ya te lo dije, estará aquí pronto.— mire al techo exasperado, esta mujer se estaba encargando de acabar con mi paciencia.

La habíamos investigado durante los dos meses que llevaba viviendo en mi casa, Tessa no era la pobre sufrida en peligro, no estaba siendo perseguida por Price, estaba con él, y mi pastelito era su objetivo. La tenia en casa unicamente para proteger a mi mujer.

— Tessa — me acerque a ella lentamente con una media sonrisa en mi rostro, — ¿Recuerdas aquellas veces que tu y yo…? — seguí acercándome, y a medida que lo hacía ella retrocedía sin quitar sus ojos de los míos.

— Recuerdo todas las veces que estuvimos juntos, todas las veces que grite tu nombre, todas las veces que nos amamos.

— Nos amamos, nos amamos demasiado, pero eso fue en el pasado. Dime Tessa, ¿Por qué regresaste ahora?

— Volvi por ti, quiero que volvamos a empezar, que intentemos formar nuestra familia de nuevo, te quiero a mi lado.

— ¡Jamás Tessa, jamás!. Lo nuestro ya es historia, tuvimos un romance hermoso y te ame realmente, pero no podría volver a tu lado jamas, amo a Stefhany, ella es mi presente y mi futuro.

— Por poco tiempo Patrick, por poco tiempo — fruncí el ceño.

— ¿A qué te refieres?— me empujo con fuerza del pecho y salió corriendo de la casa dejándome confundido. 

Di un par de pasos en la misma dirección en la que ella corrió pero mi celular comenzó a sonar en mi bolsillo distrayéndome por completo, principalmente por el tono, era el tono personalizado que tenía para Stefany.

— Hola amor, ya me extrañas tanto como yo te extraño a ti.— conteste seductor.

— Señor, tuvimos un problema en el banco — sentí que la sangre me bajaba a los pies.

— ¿De qué hablas Chuck? ¿Dónde está mi mujer?

— Nos atacaron, cuando entre a buscar a la señora solo encontré su celular.— quede completamente estático con la noticia, mi pastelito estaba en manos de Price, de eso no había duda.

— Busca a mi mujer Chuck, y más te vale que la encuentres, o te matare.— apreté el teléfono en mi mano con fuerza y empecé a correr en la dirección en la que anteriormente había salido Tessa. Esa maldita bruja sabía donde estaba mi pastelito.

Durante cuarenta minutos busqué a la maldita víbora sin éxito alguno, la desgraciada había hecho bien su jugada, me había alejado de mi pastelito a propósito y la mataría por eso, me importaba una mierda que fuera mujer, le iba a volar la cabeza cuando la encontrara.

Salí de la casa como alma que lleva el diablo directo a mi auto, con tan mala suerte, que encontré todos los neumáticos desinflados.

— ¡Maldita arpía!— golpeé el capó del auto un par de veces, estaba frustrado por la maldita situación que estamos viviendo.

Corrí a las afueras de la mansión en busca de algunos de mis hombres, me lleve la maldita sorpresa de encontrarlos a todos muertos. esto era una maldita emboscada. Saque mi celular y marque el número de Tony, al primer timbrazo contesto, se escuchaba agitado.

— Tony, me tendieron una jodida trampa, se llevaron a Stefhany.

— Lo sé, voy siguiendo el auto en el que la llevan, su compañero de trabajo la sacó del banco, voy a matarlo.

— Avísame dónde están, iré a la mansión a armarme y te… — un fuerte golpe en mi cabeza me hizo caer de rodillas al suelo, lo último que vi fueron los zapatos de tacón de Tessa.

— Tu lo quisiste así Patrick. 

 

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— ¡Patrick, Patrick! — mi nombre se escuchaba a lo lejos, mi cuerpo se sentía pesado y mi cabeza punzaba de dolor. — Patrick despierta por favor — un sollozo se escuchó en el lugar, abrí mis ojos para encontrar a Stefhany frente a mí, estaba sentada y atada a una silla llorando desconsolada.

— Pastelito — mi voz sonó rasposa.

— Amor, al fin despiertas — mire a mi alrededor, me encontraba amarrado de los brazos en una columna.

— ¿Qué pasó?

— No lo sé, alguien me encerró en el baño y me drogó, cuando desperté ya estaba aquí.

— Malditos — estábamos en lo que parecía el sótano de alguna casa abandonada, teniendo en cuenta el aspecto de las paredes y el olor a moho que se sentía en el ambiente, una pequeña ventana me daba vista a lo que parecía ser un bosque, aún estaba iluminado por lo que asumí que habían pasado pocas horas — Dame unos minutos pastelito, nos sacare de aqui.

— Patrick, hay algo que no alcance a decirte esta mañana.— hice un ruido con mi garganta mientras miraba todas las posibilidades de escape, no era tan fácil, pero tampoco era imposible. Por suerte para mí, mi padre nos hacía tener entrenamientos extremos para saber liberarnos o defendernos de secuestradores y demás, en alguna ocasión me dejó encerrado en una cueva por tres días hasta que logré salir por mi cuenta de aquel lugar.

— ¿Es muy importante?




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