Conseguir Vencer

Parte 5: Primer día de escuela

Las vacaciones de verano duraron menos de a lo que todas recordaban, las tres amigas se reunieron algunas veces para poder pasar el rato, ahora Tamara se encontraba mudando sus cosas más vitales a la residencia de la escuela de señoritas, apenas se necesitó a si misma para cargar las cajas más pesadas, y lejos de las películas gringas, tendría una habitación para ella sola, está equipada con una cama de lo más impecable, un escritorio que parecía caro, una silla ergonómica en la que se sintió como en las nubes, una vista al enorme campus lleno de hermosos jardines de flores y algunas estatuas de adorno que parecían caras, solo estuvo un rato acomodando lo más importante, luego regreso a casa, preparo su uniforme, sus medallas y fue a la cama, durante la noche apenas pudo dormir.

Tamara vistió su uniforme, un vestido de tiras de pana rosa claro, una camisa blanca, un suéter gris que combinaba perfectamente con el vestido, amarro su cabello en una coleta, uso unas calcetas blancas que también venían con el uniforme, unos zapatos de vestir y arregló su mochila con algunas libretas sueltas y salió de su habitación, su madre ya estaba en la cocina preparando el desayuno, enrollaba pollo desmenuzado en algunas tortillas, les ponía mole y luego un poco de lechuga, queso y crema, dos platos que cargo hasta la mesa, dándole uno a su hija.

-¿Cómo te sientes?-

-Muy nerviosa, el saber que no estaré aquí hasta el fin de semana me hace sentir un poco sola-

-Si sientes soledad, estudia, haz amigas y sal con ellas, no pienses que estarás excluida-

-¿Y si lo soy?-

-Me romperías el corazón a mí, a tu abuelo y a tu padre- dijo tomando la mano de su hija- solo relájate, sé que serás una gran alumna-

Tamara respiró profundo y calmó un poco sus nervios para comenzar a comer sus enchiladas, posteriormente lavó sus dientes y su madre la llevó a la preparatoria.

-Entonces recuerda todo lo que te enseño tu abuelo, pero no lo uses para hacer el mal-

-No lo hare madre, me lo dijo mi abuelo, solo lo usare para defenderme o para defender a alguien más-

-Así se habla- dijo y besó la frente de su hija- ahora, conquista la escuela-

Tamara bajó del auto y miró la entrada de la escuela.

-Suerte- dijo su madre y se alejó

Tamara enseño su credencial de estudiante al guardia altamente armado de la entrada y este le dejó pasar, caminó algunos metros y no podía dejar de mirar cómo se veía la escuela llena de alumnas de los tres grados diferentes, algunas en grupo riendo, otras en parejas o en tercias platicando, eso le hizo sentir un poco más nerviosa, solo respiro profundamente, caminó hasta su salón en la primera planta y tomó un lugar en la esquina que daba a la ventana del otro lado del edificio donde había un gran jardín y un campo deportivo, se quedó mirando las flores meneándose gracias al viento que se tranquilizó y no puso más atención a lo que ocurría a su alrededor, hasta que pronto alguien golpeó su escritorio, era su compañera de frente que al igual que sus otras dieciocho compañeras le veían.

-Señorita… Tamara, ¿Podría presentarse?- preguntó la profesora mientras acomodaba sus lentes

Tamara prestó algunos segundos a ver a la profesora, una mujer alta de buen cuerpo que lo cubría un traje con falda, una tez morena y el cabello chino corto, dejó de prestarle la mirada a la profesora y se puso de pie.

-Soy Tamara Flores Villasana… eh…-

-De que secu vienes- le susurro su compañera de un lado

-Vengo de la secundaria del este… y soy de este municipio… he vivido aquí desde nacimiento…-

-A que se dedican tus padres- volvió a susurrarle su compañera

-Mi madre es contadora y mi padre murió en la guerra de Irak-

-Una disculpa- se disculpó la profesora- bienvenida a la preparatoria-

Tamara volvió a sentarse, sacó de su mochila una libreta y la abrió, busco un lapicero y sacó uno de color morado, copio a su libreta el nombre de la profesora, Pandora Peskov Zuzunaga, un nombre por lo menos curioso, sería su profesora de matemáticas, al terminar, puso más atención a la presentación de sus compañeras, la mayoría tenía apellidos probablemente pertenecientes a alguna empresa o firma importante, todas terminaron y la profesora dio más detalles sobre su materia, el libro que llevarían y como seria la técnica de enseñanza, al finalizar, la profesora tomó sus cosas y salió del salón.

-El jardín es hermoso- dijo la compañera de al lado de Tamara, una chica de cabello corto ondulado y castaño, de tez morena clara, alta y ojos verdes

-Si, es hermoso- respondió Tamara mientras miraba la ventana

-Parecías muy distraída, mi nombre es Zaida- dijo extendiendo su mano a Tamara

Tamara se sintió algo nerviosa, pero tomó la mano de Zaida y la estrecho suavemente.

-Un placer-

Zaida volteó su mano para poder ver la muñeca de Tamara, subió un poco la manga del suéter de esta y miró las venas un poco exaltadas.

-Mira Halle, al fin tendrás una buena contrincante en vencidas-

-¿De verdad?- preguntó la chica sentada al frente de Tamara

_Recuerden, la estrategia más eficaz es rodear al enemigo…_ sonó la voz de su abuelo en la cabeza de Tamara mientras que Zaida soltaba su mano

-Probémoslo- dijo Halle mientras se quitaba el suéter y después subía la manga de su camisa

-Está bien…- respondió Tamara y subió la manga de su suéter y luego de la camisa

Tamara tomó la mano de Halle, una chica muy linda de cabello corte masculino de color negro y alta, ambas pusieron sus codos al escritorio, miró el brazo de esta, tenía el presentimiento de que sería derrotada.

-Venga, yo quiero ser la réferi- dijo Zaida y se puso de pie para ponerse a un lado de Tamara- comiencen-

Tamara giró su brazo y Zaida golpeó la mesa marcando a la ganadora.

-¡Tamara gana!- dijo Zaida con emoción



#18613 en Novela romántica
#3229 en Chick lit

En el texto hay: lesbico, romance, preparatoria

Editado: 10.06.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.