Conseguir Vencer

Parte 25: En el hospital

Tamara se quedó con el antojo, pues debido a que tendría que estar recostada, no podría comer nada sólido, todo lo que necesitaría para no sentir hambre era suministrado por el suero, así dos días.

-¿También estuviste en el accidente?- preguntó Tamara a su abuelo

-Si, por eso no podía venir a verte, me tenían hospitalizado- dijo mientras intentaba encontrar algo en la base de la cama

-¿Qué buscas abuelo?-

-Esto- dijo y apretó un botón

La mitad de la cama de Tamara comenzó a levantarse, entonces después de dos días Tamara estaba sentada.

-Espera, el doctor dijo que no me podría sentar en al menos un día más-

-¿Te duele?-

-La verdad es que no… puedo estirar las piernas- dijo mientras extendía sus piernas

-Entonces ya estás bien- dijo le dio una leve palmada en el hombro a su nieta- por cierto, toma, lo manda Tabata y Romina- dijo y de su sudadera sacó una bolsa de papel hecha bola que entrego a Tamara

-¿Qué es esto?- dijo mientras deshacía la bola- huele… muy bien…-

-Una hamburguesa de pollo, se supone que comeríamos hace dos días, pero no quiero que luego de dos días lo primero que pruebes sea la comida de un hospital-

-¿Acaso es mala?-

-Sinceramente… no, es bastante buena, pero no le quita que sea de un hospital, mejor come la hamburguesa mientras vigilo que nadie venga-

-Gracias abuelo-

El abuelo de Tamara se fue a la puerta mientras que su nieta desenvolvía el plástico de la hamburguesa con la boca llena de saliva, no se apresuró a dar el primer bocado y este le supo a gloria, incluso sintió como esta bajaba por su esófago hasta su estómago.

-Abuelo… ¿No tienes una soda?-

-Agua mineral, lo demás probablemente te mate- dijo arrojando una lata a Tamara

Tamara tomó la lata y la abrió con ayuda del anillo, sonó el gas saliendo y luego le dio un trago.

-¿Esta buena?-

-Si que lo está- respondió y miró al que le había preguntado- ¿General Garcia?... ¿Qué hace usted aquí?... abuelo, ¿No se supone que vigilarías?-

-El sigue siendo de un rango mayor, pero no dirá nada, sabe que te recuperas fácil, solo vino a verte-

-¿Y mi madre?-

-Está almorzando, me escape para venir a verte, veo que ya te puedes sentar-

-Si, y comer solidos- dijo dándole otro mordisco a la hamburguesa- y esta… agua… está muy buena- dijo y le dio otro trago a la lata

-Me alegro de que estés bien, entonces me voy o tu madre comenzara a sospechar, por cierto, una tal Pandora quiere verte, le han negado la entrada, pero si quieres que al dejemos pasar…-

-Si, es mi profesora de matemáticas y también la entrenadora del club de natación, estoy segura que ha estado preocupada por nosotras-

-Bien, entonces iré a que la dejen pasar, y oí algunos rumores que Okuda despertó, supondré que también vendrá a verte, pero después de la profesora Pandora- dijo y salió de la habitación

-Sigue comiendo, lo necesitas- dijo a su nieta y se volvió a poner de guardia en la puerta

Tamara encendió el televisor, puso las caricaturas y siguió comiendo mientras las veía, al acabar uno de los capítulos ella también termino de comer y tiró la lata junto a la bolsa de papel al bote de la basura.

-Gracias por la comida abuelo, estuvo deliciosa-

-Me parece excelente- dijo regresando a lado de su nieta- valla, hasta agarraste color-

-Disculpen, ¿Aquí es la habitación de Tamara?- preguntó un chico alto y un poco gordo que vestía un chaleco, una playera azul y unos jeans, que empujaba una silla de ruedas donde estaba sentada Okuda

-Claro, mira Tamara, Okuda, entonces yo esperare fuera- dijo su abuelo y salió de la habitación

-¿Quieres que también espere fuera?- preguntó el chico a Okuda

-Claro, yo aun me puedo mover-

-Está bien- dijo el chico y salió de la habitación

-Interesante, se supone que deberías de estar acostada-

-Pero mírate tú, estas mejor que yo y eso que acabas de despertar del coma-

-No, desperté en la madrugada, ya he podido descansar, además, ¿Quién te dijo que estaba en coma?-

-El padre de la presidenta-

-Te mintió, solo estuve sin conocimiento, pero no era el coma, el golpe casi me rompe el cráneo- dijo señalando la venda que cubría toda su cabeza- pero gané un nuevo corte, me tuvieron que suturar así que me raparon totalmente, Gus dice que le gusta-

-¿Gus?-

-Si, mi novio, Gustavo, él que me trajo-

-Increíble, ya conocí a la novia de la general Astrid, a la prometida de Martha y ahora a tu novio, aunque no es la mejor situación para conocerlas-

-De verdad que no lo es, pero míralo, una anécdota más, además de la cicatriz en tu brazo ahora tendrás una en la nariz y otras más en el cuerpo-

-Si, como todas las demás-

-Dos días con la venda en la nariz, ya puedes quitártela, ¿Quieres un espejo?-

-Me da un poco de miedo, pero… si, me gustaría ver mi reflejo-

-¡Gus, pásame un espejo!-

Gustavo entró a la habitación y de una de las bolsas de su chaleco sacó un espejo que le dio a Okuda.

-Gracias Gus-

-Sin problema- dijo y volvió a salir de la habitación

Tamara quitó el seguro de la venda y comenzó a desenvolverla de su rostro, quitó la venda y Okuda le paso el espejo boca abajo, Tamara lo tomó y cerró los ojos mientras ponía el espejo frente a ella, abrió los ojos de una y apenas verse unas lágrimas derramaron por sus ojos.

-Vamos, no te ves mal, te queda-

-No es eso… mi padre… mi padre en su última visita a casa en vida… llevaba una igual a esta, del mismo lado y podría jurar que el mismo número de puntadas-

-Vamos, no seas tan exagerada-

-No… de verdad… recuerdo que le dije que quería una igual… y me hizo jurar que nunca intentaría siquiera… hacérmela… no se si el estaría feliz o triste-

-Probablemente feliz, rescataste a una general, no sé nada del ejército, pero estoy segura que ser general es un rango muy alto-



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En el texto hay: lesbico, romance, preparatoria

Editado: 10.06.2022

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