Construyendo el amor

9

- ¡Buenos días capullito de sol! ¿Lista para salir con el galán hoy? Niña despierta, hoy estoy muy feliz, ¿te apetece cambiar de lugar? Hasta aquí puedo escuchar tus ronquidos...

- ¡Yo no ronco! - dije en tono de reproche

-Bueno, ¡si tú lo dices! mmm, algo tenía que decirte- se quedó esperando un rato más

-Melissa, te amo, pero son las cinco de la mañana, ¡déjame dormir y soñar que me coronan reina del mundo! -digo con voz rasposa y medio dormida.

- ¡Eso es! - dijo en un chillido- Por eso llamo a esta hora, dijo tu madre que tenía que despertarte y recordarte que tienes que ir hoy a su casa si quieres que te ayude con lo de tu estudio -da un bostezo- ¡tengo sueño! Hoy si, iré a terminar mi sueñito ¡salúdame a Maryse!

-Esa mujer quiere mi cara este llena de ojeras, luego si utilizo maquillaje en exceso será por su culpa- Cuelgo.

5:05 Am

Luego de la llamada no puedo conciliar el sueño, así que decido levantarme y tomar una ducha. Al salir, estoy ya más despierta y decido cocinar algo, llego a la nevera y lo único que se me apetece es un trozo de tiramisú que me sobro de ayer en la noche.

Cuando por fin termino de desayunar llamo a mi madre y luego de tres tonos esta contesta.

-Hola cariño, ¿recibiste mi mensaje? - dice en voz dulce y calmada.

-Si mamá, a las cinco de la mañana.

-Oh, lo siento cariño, le dije que te recordara, pero pensé que lo haría a esta hora, ¿vendrás a casa hoy?

-Si mamá, justo por eso te llamaba, ahorita voy de camino hacia donde ti

-Está bien, te amo cariño

-Yo también mamá, ah -digo como recordando algo- dijo Mell "salúdame a Maryse" y pues solo eso. Bye mamá, llego pronto.

-Claro cariño, aquí te espero -dijo e inmediatamente corto la llamada.

***

Cuando llego a casa de mis padres noto que la puerta del invernadero está abierta y de inmediato me dirijo hacia allí. Al entrar me sorprendo de toda la diversidad de plantas que tiene, me sorprende que mi madre no esté aquí, sino que, en su lugar, esta mi padre cuidando y recortando las plantas favoritas de mamá.

- ¿¡Papá!? -digo con un tono de sorpresa.

-Hola Beck, me alegra que vinieras, ¡ven, ayúdame! -hace un gesto para que me acerque -tu agarra aquí y yo levanto -me indica y yo obedezco mientras él pone tierra en una maceta un poco grande y pesada.

- ¿Qué haces aquí? Esto no es normal -me limpio la tierra que cayó sobre mis manos.

- Pues nada, solo que es mi nuevo hobbie, no me gusta pasar todo el día en la oficina. Esto es todo, ¿me acompañas adentro? -asiento y el se sacude la tierra de la ropa y de inmediato nos dirigimos hacia la puerta trasera que conecta con la cocina de la casa -Pasa cariño.

- ¡Hola mamá! Huele muy bien ¿con qué me quieres alimentar? -me dirijo hacia ella y la abrazo.

- Estoy preparando rollitos de pollo y queso empanizados, ¿quieres?

- Sip, no podría rechazar nadie la comida de Maryse Paulsen, en especial con ese delicioso olor.

- Lo sé, por algo es que el hombre de allá -señala a papá- sigue aquí, sabes lo que digo "para mantenerlo feliz, aliméntalo bien".

***

Minutos después de terminar de comer, mi madre y yo nos dirigimos al que antes era el estudio de Kimberly y yo empiezo a tomar algunas de sus cosas para cargarlas al carro y llevarlas al sótano de mi casa.

-Ah, tenía tiempo de no entrar aquí, había olvidado lo mucho que le gustaba decorar las paredes y sus pinturas, ahí están todavía las primeras máscaras de arcilla que hizo -una lagrima amenazaba con salir de sus ojos y de los míos.

-Es... es, se siente raro estar aquí sin ella, desde que salí de noveno no entro aquí.

-Lo sé, pero ya es tiempo de desempolvar y darle un uso a sus cosas -toma un cuadro de ramo de rosas que Kim hizo y suspiro – es reconfortante que tú le vayas a dar un uso, ¿ya encargaste los demás muebles?

-Si, lo hice hace una semana, no me salió muy caro, de hecho, me costó menos de quinientos dólares.

***

Una vez cargado el carro salgo disparada hacia la casa, porque ya son la una de la tarde y quede de verme con Jayden a las tres de la tarde en el parque que dobla a la universidad. Al llegar a la casa me cambio de inmediato y quedo satisfecha con el resultado: unos jeans negros pegados rotos, una camisa gris manga larga abotonada al centro, mis pies están cubiertos con unos hermosos botines negros y mi pelo recogido en una trenza del lado.

Llego cinco minutos después de lo acordado por problemas con el carro, algo me dice que tendré que llevarlo al taller para que le hagan un chequeo y esta vez, saldrá de mi bolsillo, pues mis padres ya no pagaran nada mío -lo cual me agrada porque eso me dice que soy independiente al cien por ciento. En seguida localizo a Jayden y este está sentado en una banca de metal con el fondo de una fuente con una escultura en el centro, él está vestido con unos vaqueros negros, una camisa estilo polo que resalta sus brazos trabajados y unos zapatos tipo vans. Me dirijo hacia él y me tiende una sonrisa cautivadora, al momento me toma una mano y con la otra agarra una cesta de la que sobresale un mantel color amarillo.

- ¿Iremos de picnic? -inquiero alzando una ceja

- ¡Iremos de picnic! -repite con entusiasmo – me encanta que hayas decidido venir, no te he visto mucho en la oficina, y las veces que lo he hecho tú has estado en la oficina de tu jefe.

- ¡Por supuesto que vendría! Luego de ese seductor mensaje cómo no lo haría -ladeo la cabeza y le doy una sonrisa. Empezamos a caminar hasta llegar un parte del parque totalmente plana y cubierta de césped.

Jayden tiende el mantel en el suelo y ambos nos sentamos, saca unos sándwich -que asegura preparo el mismo – y unos vasitos para jugo en los que sirve soda.




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