Construyendo el amor

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No todo en lo que en la vida comienza bien debe de terminar del mismo modo, en ocasiones las circunstancias de la vida conspiran para arruinar nuestro felices por siempre, pero incluso en esos momentos cuando nuestra alma dice ya no poder seguir más, están esas personas que te hacen querer seguir adelante y te ayudan a sanar heridas e impulsarte a abrir las alas nuevamente.

Justo eso fue lo que paso cuando la tragedia tocó a mi puerta, las personas que menos esperaba acudieron a mi rescate y nuevamente pude ser yo, valiente, feliz, confiada y sobre todo con mucho amor por el mundo que una vez me pareció gris, por supuesto que el dolor nunca se va, solo reduce, el perder a Kim, fue el peor momento de mi vida,  nunca había sentido algo así, sentí como si alma estuviera siendo arrancada y cortada en pedazos frente a mis ojos, sentí que el mundo me tragaba, sentí que mi cuerpo dejaba de ser y se convertía en un objeto de carne con movimiento.

Dos personas sumamente inesperadas acudieron en mi ayuda; Ethan y Jason, ese par que conocí en noveno grado cuando uno de ellos me llamo rara y yo le di un golpe en el estómago, ambos estuvieron para mi aun cuando yo no se los pedí, aun cuando ni me lo imaginé, solo llevábamos unos meses de conocernos y ellos se comportaron de lo mejor conmigo. Recuerdo el día del funeral de Kim, ellos llegaron vestidos con sus jeans y camisa de colores (aludiendo que el negro solo entristece más a las personas y que por eso es mejor los colores vivos, así las personas se sienten más animadas) y un ramo de begonias (las favoritas de Kim), seguido a eso se presentaron a mi casa todas las tardes hasta que me sintiera animada, organizaban salidas, me obligaban a ir de compras, me animaron a intentar conducir de nuevo, intentaron por todos los medios hacerse amigos de Mell (Después de que Jason y ella terminaran, las cosas se volvieron incomodas entre todos al estar juntos) llegando a tal punto que mis padres se extrañaban si no los veían en casa o si no llegaban a cenar, o si no me sacaban de mi habitación o si simplemente no llamaban al menos una vez al día preguntando por mí.

Mis padres siempre han sido de ese tipo de personas que las tragedias los une más, pero el perder a una hija y tener a la otra en el hospital durante unos días los devasto hasta tal punto que casi se separan, el trabajo de mi padre le impedía pasar el tiempo que mi madre consideraba necesario para estar con nosotras y mi madre no sabía cómo lidiar con el estrés, así que empezó a ir centros de meditación, llenaba la casa con sus plantas (se obsesiono con el jardín) y en general, las cosas marchaban mal. Yo no contribuía mucho en que las cosas mejoraran, me mantenía en mi habitación todo el día (exceptuando las visitas y salidas de Ethan y Jason) mientras mis padres discutían al calor del momento.

Fue necesario que ellos fueran a una terapia de pareja, y que yo aceptará finalmente que Kim no regresaría y que martirizarme y a los demás no la devolvería.

 

Después de mi encuentro con Jayden, me quedo sola en casa y me dirijo a una página de internet para adoptar una mascota, decidí que la casa se siente vacía y necesito compañía, así que lo único que se me ocurrió es adoptar un lindo animal.

Mientras navego por la página me doy cuenta de que hay cachorros realmente hermosos (Pero soy alérgica a su pelo), también veo unos gatos con una gran cantidad de pelo que hace que no me agrade, después veo unos hámsteres y así hasta finalmente llegar a un animal muy lindo, que no crece mucho, de los cuales he escuchado son muy educados y allegados a sus dueños, y, además, no tienen mucho pelo, “Mini pig”, me encanta y de inmediato ingreso a buscar información sobre sus cuidados, su modo de vida, su alimentación, promedio de vida y todos los datos que me parecen relevantes para tener un cerdito.

Después de hecha la búsqueda me pongo en contacto con los administradores del sitio de adopciones y ellos me indican cual es el proceso que debo seguir, finalmente debo pasar un período de prueba mientras el cerdito se adapta a mí y yo muestro la responsabilidad suficiente para tenerlo. También me indican el día que puedo llegar por él y los documentos que debo llevar.

Me siento sumamente feliz (y extraña, pero más feliz) de llevar un cerdito entre mis brazos directo al auto y luego rumbo a casa, es muy hermoso, tiene una mancha café en su oreja izquierda, su cuerpo es de un rosa pálido, su nariz es chata y tiene un parche en el ojo que lo hace parecer como un pequeño caballero, de inmediato busco un lugar que se dedique a hacer placas para mascotas y le envío las especificaciones de cómo lo deseo.  El resultado de la placa es hermoso, consta de un collar color azul con dije de nariz de cerdito y por la parte trasera de la placa el nombre de mi nuevo hijo, mi dirección (por si llegara a perderse) y un número de emergencia.

Al llegar a casa lo llevo en brazos mientras le enseño cada rincón, hasta llegar a su lugar de descanso. Le he comprado una cama para perro, su dispensador de agua y un dispensador de comida para que cuando yo no este, si él tiene hambre se sirva solo (solo tiene que poner la patita en un censor y automáticamente sirve una cantidad adecuada de comida), también le he comprado dos juguetes y una mantita.

-Mira Joe -digo acercándolo a mi cara y tomándolo como se toma a un bebe- esta es tu nueva casa- lo deposito en el suelo y este se dirige directo a un juguete en forma de rosquilla que le conseguido- ouh, esto amerita una foto.

Tomo una foto y la envío a mis contactos de siempre, seguido de unas publicaciones en mis redes sociales. “Saluden a Joe” es el pie de foto y las respuestas no tardan en caer.

<<¿Cuándo lo conseguiste? ¿Por qué no me has dicho nada? Por cierto, Hola Joe, tía Mell llegará después a saludarte>>




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