¿contrato o desastre?

Capítulo 5: Chase

Acomodo mi corbata y asiento frente al espejo.

Miro mi celular y ruedo los ojos ante el mensaje. Mi madre no está convencida de que esté saliendo con la organizadora y sigue tirando indirectas con relación a Natalie, quien parece más que dispuesta a retomar la relación.

Natalie: ¿Quieres ir a cenar esta noche? Podemos hablar y ponernos al día.

Presiono responder.

Chase: No me interesa.

Pulso enviar y listo. No inventaré alguna excusa dándole pie a que me invite en otro momento.

Mi relación con Natalie fue complicada, más allá de los problemas en la cama, y no deseo regresar a eso. Ya lo superé y ella debe hacer lo mismo. Espero que lo entienda cuando me vea con Lana.

Mi hermano piensa que mi plan con Lana es una locura y puede que tenga razón, pero lo hecho está hecho.

Me desconcierta la atracción que siento por la organizadora de eventos, pues apenas la toqué y la he tratado.

Sin embargo, tengo claro que nada puede pasar entre nosotros, esto es solo trabajo. Lo que es una pena porque estaba comenzando a pensar que tengo un serio problema sexual y no es así o no me pasaría nada con Lana.

Ella está embarazada de otro hombre y aunque no está con ese hombre, el bebé existe y no quiero involucrarme. Nunca estuve seguro de ser padre y no planeo convertirme en padre de un bebé que ni es mío. Si alguna vez tengo un hijo, será para continuar con el legado familiar, no para llenar algún tipo de vacío o cumplir con lo que la sociedad dice.

Me alejo del espejo, agarro la carpeta que me dio el investigador con la información de Lana y termino de leer lo que me falta.

Sus padres murieron cuando ella tenía tres años, como no había familiares que se ocuparan de ella, creció en casas de acogidas sin ser adoptada, aun así, se esforzó mucho en ser la mejor en la escuela y logró graduarse obteniendo una beca en una buena Universidad, de la cual se graduó con honores.

No ha tenido una vida fácil, mientras estudiaba en la preparatoria trabajaba medio tiempo y también lo hizo en la Universidad. Admiro a las personas independientes que salen adelante sin dejarse dominar por las circunstancias, personas resolutivas que no se quedan de brazos cruzados odiando la vida.

Me sorprendió que rechazara las joyas y el dinero, pero viendo su hoja de vida puedo entender que es una mujer que sale adelante por sí misma y no le gusta recibir nada si no es trabajando.

Creo que si no necesitara la boda de mi hermano y los contactos, me habría mandado a la mierda con mi contrato.

Dibujo una sonrisa y la borro de inmediato.

—Esto es negocio. —digo en voz alta para no olvidarlo.

El sonido del timbre me obliga a abrir y a dejar de pensar. Voy a abrir con la carpeta en mano y algo extraño se produce al encontrarme a Lana del otro lado.

Viste traje de chaqueta y pantalón de color rosa pálido y debajo tiene una camisa rosa de un tono más oscuro que el traje.

Ella sonríe y le permito entrar pidiéndole que me siga a la sala.

—Acabemos con esto. —declara.

—¿Quieres algo de beber o de comer? —pregunto de espaldas.

—No, estoy bien. No quiero sonar mandona, pero no puedo tardar. Este fin de semana tenemos una boda y debo ultimar detalles.

Tomamos asiento, ella en el sofá grande y yo en el pequeño.

—No te preocupes—miro la hora en mi reloj—. Tengo una reunión dentro de una hora, así que no importa. Si bien, deberías comer por tu bebé.

Ella me mira con el ceño fruncido.

¿Por qué dije eso? El bebé no es de mi interés.

—El bebé parece ser bulímico porque me hace vomitar casi todo lo que como—se acomoda el mechón de cabello que escapa de su coleta. Reprimo una sonrisa—. No te preocupes, el bebé está bien y yo también.

Abro la carpeta, saco el contrato y lo extiendo hacia ella.

—Lee el contrato. Es el mismo que te pase, agregué lo que pediste y en la parte de compensación económica puse que te compensaría en caso de que mi cuñada decidiera despedirlas, pues ha despedido a las últimas dos organizadoras y aunque parece feliz con ustedes, eso puede cambiar. Mantengo mi palabra de recomendarlas con mis conocidos, aunque sería más para eventos que para la boda.

—No te preocupes por Chanel. Le saqué la ficha apenas la conocí. Es muy exigente y detallista, así que debo procurar consultarle todo, hasta si quiere que el juez vista de negro o blanco. Han tocado novias peores… —el sonido de celular la interrumpe—. Disculpa, pensé que lo había puesto en silencio—saca el celular y lo mira con el ceño fruncido—. Tengo que atender.

—Adelante. —me apoyo cómodamente sobre el respaldo del sofá y espero que responda.

Cierra los ojos, toma aire y lo exhala antes de responder.

—Hola, Lucy. ¿Algún problema? Tu madre, sí, ya lo imaginaba. Mira, sé que quieres hacerla feliz porque la amas, pero es tu boda, tu día especial con Michael y debes enfocarte eso. Lo sé—saca una libreta y un bolígrafo de su bolso para anotar algo—. Les haré una cita en un spa, un día de madre e hija y ahí podrás hablar con ella y decirle necesitas que se relaje o te va a estresar. Estoy segura de que ella lo entenderá porque te ama. El día de la boda la mantendré entretenida para que te puedas arreglar sin presión, beber champaña con tus damas de honor y llegar al altar radiante. Te puedo asegurar que todo se te olvidará en cuanto veas a Michael de pie en el altar esperando por ti. No, no se va a enojar, te lo prometo. No tienes que agradecer, es mi trabajo—cierra la libreta—. Te enviaré la información del spa. Cuídate y te veo en la cena de ensayo.




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