¿contrato o desastre?

Capítulo 7: Chase

—¿Por qué todos piensan que soy gay?

Mi hermana aparta la mirada de los papeles que está revisando y voltea a mirarme.

—Qué pregunta. No sé, tal vez porque Natalie esparció el rumor que no funcionabas en la cama, pues ella dice que por eso te dejó o tiene que ver que no se te ha visto con ninguna mujer desde entonces.

—¿No pueden pensar que ella no me atraía lo suficiente y que soy discreto con mis amantes o relaciones?

Asiente.

—Sí, algunos lo piensan. Natalie es guapa, o lo era antes de las cirugías, entonces es difícil que crean que no te atrae.

—La atracción va más allá del físico.

Y en cuanto termino de decir eso, pienso que sentí atracción por Lana desde el momento que la conocí y no la conozco la suficiente, así que es posible que Natalie me atrajera al principio, pero con el tiempo el deseo disminuyó, al punto que podía obtener una erección estando con ella. En un principio me pareció guapa, divertida e inteligente, luego descubrí que es algo egocéntrica, superficial y su inteligencia se limitaba a la moda. No tenía deseos de trabajar, sino que disfrutaba de la fortuna de su familia y pretendía disfrutar la de la mi familia, sin mencionar su fascinación por las joyas, pidiéndome una joya exclusiva para ella, un capricho que nunca cumplí, entre otras cosas.

Aunque no conozco a Lana, puedo decir que es una mujer inteligente e independiente, que ha trabajado toda su vida para salir adelante sin la ayuda de nadie. Creció huérfana, sin una familia, aun así, se graduó con honores y fundó su propia empresa. Si bien está pasando por algunos aprietos económicos, no se rinde y sigue firme determinada a salir adelante.

Me gustó que rechazara el dinero y las joyas, pues indica que es una persona con ambición independiente, es de las que quieren lograr sus objetivos y alcanzar sus metas por su cuenta.

A pesar de que aceptó el trato, la sigo considerando independiente. También es inteligente y hermosa. Lo único malo que no permite ir más allá, es el embarazo de otro hombre.

¿Quién será el imbécil que la embarazó y la dejó sola? A veces no entiendo a las personas. Si no quieren hijos, que usen condón. Si no quieren compromisos de por vida, que usen condón. ¿Tan difícil es eso?

—Chase. —vuelvo la atención a mi hermano.

—¿Sí?

—Estabas distraído.

Relamo los labios y tomo asiento en mi escritorio.

—Pensaba. ¿Qué me decías?

—Que mamá no cree que salgas con la organizadora de la boda. Si se pone a indagar y descubre la verdad, mamá se pondrá frenética, será peor papá que odia la mentira y los engaños.

—¿Cómo lo va a descubrir? Tú no dirás nada.

—Mamá tiene sus tácticas. Está empeñada en que regreses con Natalie, pues cree que es una buena opción de esposa trofeo.

—Una que se dedique a gastar el dinero en ropa y joyas que no necesita, pero debe presumir en las redes. Además, mi pene siente más deseo con mi mano que por ella desnuda.

Richard suelta una carcajada.

—Con lo que se hizo en los labios, me daría miedo besarla.

—La goma no me atrae.

Vuelve a reír y se pone de pie.

—Tienes mi apoyo—agarra las carpetas—. Voy al taller para ver como va todo y le daré un beso a mi prometida. Te veo luego, hermano.

Mi hermano sale de mi oficina al mismo tiempo que mi asistente ingresa, deja un café en mi escritorio y sonríe.

—Hay una señorita que desea verlo y no tiene cita.

—¿Tiene nombre?

—Lana Cook.

No esperaba verla aquí, pero si ha venido debe ser algo importante.

—Permítale el ingreso. Gracias.

—Tiene una reunión dentro de diez minutos en la sala de juntas.

—Ahí estaré. Te avisaré si cambia algo.

Mi asistente sale y me acomodo la corbata. Lana entra unos minutos después dándole las gracias a mi asistente y rechazando el ofrecimiento de café.

Hoy viste informal, con unos simples vaqueros y una remera que dice: Dios me creó así, cualquier queja o reclamo hablen con él, a mí no me interesa.

—Qué bueno que pudiste recibirme, aunque si respondieras el teléfono.

Exclama dejando su bolso en la silla.

Frunzo el ceño mientras miro mi celular, el cual está en silencio y olvidé activar el sonido. Tengo tres llamadas pérdidas de ella y dos mensajes, uno dice que nos conocimos por un café y pidiendo que la llame, en el otro me pide que responda.

—Lo siento, estaba en silencio porque estaba en reunión con mi hermano y él odia que el teléfono interrumpa—señalo su remera—. Buena frase.

Baja la mirada durante un momento y sonríe.

—Sí, a Regina le pareció genial cuando me la regaló. No vine a hablar de mi genial remera, sino de nuestra falsa relación.

—¿Qué hay con ella?

—Tu madre me interrogó y le inventé una historia de como nos conocimos.




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