¿contrato o desastre?

Capítulo 11: Chase

Lo último que esperé fue terminar el día en una clínica esperando que el médico salga y me diga que todo está bien con Lana y su bebé.

Si algo le sucede a ese bebé, no podré vivir con la culpa, pues siento que mi ex en complicidad con mi madre fue lo que provocó que Lana se alterara y se sintiera mal. Mi ex no habría hecho nada si no fuera porque tiene un interés en mí.

Lana ha estado bajo mucha presión con la boda y otros eventos que tiene, puede llegar a perder a su empresa y está embarazada de un imbécil que la dejó sola, como si eso no fuera suficiente, no tiene familia que la apoye. Lo último que necesita es a mi ex intentando intimidarla porque no pudo lograr nada conmigo, tampoco a mi madre desprestigiándola.

Lana no se deja faltar el respeto y sabe usar muy bien las palabras, eso es algo que me gusta de ella, sin embargo, no significa que no le genere estrés y eso no es bueno para los embarazos, menos cuando están de pocos meses, o eso es lo que escuché. No puedo estar seguro porque nunca lidié con una mujer embarazada antes.

Miro la hora y maldigo en mi cabeza. Ya pasó una hora y cero noticias. Me acerco a la recepción y pregunto por ella, en el mismo momento que aparece el doctor.

—Señor Levigton.

—Soy yo. Por fin sale. ¿Cómo está Lana y el bebé?

—Tuvimos que hacerle una ecografía y análisis de sangre. Tardamos más de la cuenta porque no tenemos su historia clínica aquí y tuvimos que pedirla.

—Resuma, por favor.

—Ella está bien. Se le subió la presión. Por lo que me dijo, imagino que la causa fue una combinación de estrés con una alimentación desequilibrada. Su novia debería cuidarse mejor si quiere llevar un embarazo saludable.

—¿Se lo dijo a ella? —omito aclarar que no es mi novia.

—Sí, ya se lo dije y le di algunas recomendaciones. Tiene insuficiencia de vitamina D, así que le receté para que tome durante los próximos seis meses y también ácido fólico y vitamina B12 para reforzar, pero tendrá que comer saludablemente y evitar saltearse comidas. Su bebé está bien. Debe cuidarse mucho en los primeros meses para evitar abortos espontáneos. No querrá perder a su hijo, señor Levigton.

Asiento sin saber que decir, pues no soy su novio real y el bebé tampoco es mío, sin embargo, no puedo ponerme a darle explicaciones al doctor. Mientras le haya dicho todo eso a ella, está bien para mí.

Me tranquiliza que lo que pasó no haya sido por causa de mi ex y de mi madre, influyó, pero, por lo que dice el médico, va más allá de eso.

¿Cómo me sentiría su Lana fuera mi novia realmente y el bebé que espera es mi hijo? ¿Por qué me estoy preguntando eso?

—Entiendo.

—Puede pasar a verla. Le daré el alta en un rato cuando su presión se estabilice.

—Gracias.

Me señala la habitación y mientras camino hacia allá, pienso que debería llamar a su amiga Regina. No obstante, no puedo abandonarla aquí. Mi deber es llevarla a su casa sana y salva.

Entro en la habitación y ella está sentada en la cama con los ojos cerrados y aun usando el vestido de fiesta. Abre los ojos apenas nota mi presencia.

—Sigues aquí.

Arrugo el ceño.

—¿Creías que te dejaría y me iría?

—No tienes responsabilidad conmigo, si bien te agradezco que me trajeras. Hubiera sido mejor ir a la clínica donde me atiendo, pero no te culparé por eso—asiento—. Ya llamé a Regina para que viniera por mí. En cualquier momento entrará por la puerta muerta de preocupación y la tendré encima de mí obligándome a comer y pidiendo que me relaje.

Relamo mis labios buscando que decir. No siempre soy bueno con las palabras. Tal vez por eso evito a las personas.

Si se trata de negocios, no hay problema, de lo contrario, me cuesta mucho conversar, sobre todo cuando la situación no está bajo mi control. Y Lana me desconcierta bastante.

—No necesitabas llamarla. Yo podía llevarte a tu casa.

Ella sonríe.

—Ya no se hace falta.

—El doctor pensó que soy el padre del bebé.

Ríe y acaricia su vientre.

—No creo que seas de lo que dejaría a una mujer embarazada y se iría.

—No, no haría eso. No podría vivir con mi consciencia y mi padre se enojaría mucho.

Asiente.

—Ya estoy bien y Regina debe estar por llegar, así que te puedes ir.

Por algún motivo no deseo irme y no puedo evitar mirar su vientre. Crece una vida ahí dentro y Lana está sola en la vida, sin contar a su amiga, aun así, no parece tener a nadie más.

No suelo preocuparme por las personas que no son cercanas a mí. Por lo general, solo me preocupo por mi familia, por lo demás no demasiado. Ni siquiera tengo amigos con quien contar. Richard es mi hermano y mi mejor amigo.

Si algo me sucediera, él y mis padres estarían aquí, incluso mi cuñada a quien he llegado a querer como una hermana.

—Esperaré a que llegue.

—¿Estás bien? Pareces algo perdido… No me digas que te sientes culpable por lo que pasó. No tienes que sentirse así. Yo me sentía un poco mal antes del encuentro con tu ex y eso me ayudó a colapsar. Admito que me he estado salteando comidas y comiendo poco saludable. Me enteré hace poco del embarazo y a veces hasta me olvido que lo estoy.




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