Control sobre ti ©

Capítulo 15

Hannah

Mi fin de semana paso lento, apenas si había comido estos dos días, en mi cabeza no dejaba de repetirse el suceso con Ethan o mejor dicho Ian, una de sus personalidades, de tanto analizarlo concluí que era él.

Mañana no quiero ir a la prepa, no quiero verlo, puede que Ian no este afuera...sino su personalidad ¿nerd?, pero eso no importa cuando son físicamente iguales. Por más que quiera y desee no puedo faltar a clases, no me la están pagando para que yo esté perdiendo el tiempo así que intentaré no ponerle atención y si llego a detectar a Ian...alejarme lo más que pueda. 

Porqué el estudio es primero antes que nada y no puedo mucho menos debo dejarme llevar por este miedo que nació en mi. 

Termino la tarea de Filosofía, son las 9:45pm, me encuentro en el comedor, Eclipse ya debió haber subido. Guardo todo en mi mochila, recojo las bolitas de papel y la basurita del lápiz. Con la mochila en el hombro voy a la cocina y tiro lo que traigo en la mano. Apago todas las luces, inspecciono que la puerta principal este cerrada, una vez hecho eso subo las escaleras hasta mi cuarto.

Dejo la mochila en la banca que está al final de mi cama y me encamino al armario, tomó ropa para el día siguiente y salgo, la acomodo dónde está mi mochila y ya para acostarme voy al baño a lavarme los dientes y cara. 

Ya traigo puesta mi pijama, desde hace rato que me bañe de una vez me la puse, total no iba a salir, ya no me había comunicado con mis primos, deben estar muy ocupados con la universidad, mañana si me da chance iré a verlos. 

Bostezando apago las luces de aquí también, nunca me ha gustado la oscuridad, de niña siempre imaginé que había monstruos asechándome hambrientos esperando la oscuridad para comerme, si miedos de toda niña que estaba acostumbrada a dormir con sus padres. 

El cuarto no se queda totalmente oscuro, la refrigeración emite una lucecita de los números así que esa hace que pueda ver alrededor, Eclipse ya está acostada en la almohada, pongo mi alarma y dejo el teléfono en la mesita. Me acomodo en la posición de siempre y cierro los ojos. 

Para conciliar el sueño imagino mis manos tocando el piano, en casa había uno, padre lo tocaba, en las noches siempre sonaban las melodías, al principio pensaba que se tocaba solo, así que decide ir a investigar y me sorprendí ver a papá sentado con los ojos cerrados y sus manos moviéndose sobre el teclado, sus melodías eran lentas y suaves, perfectas para dormir.

Me acerqué a él y la música se detuvo, me vio y sonrío, estiro sus brazos hacia mí y yo deje que me cargara y pusiera en su regazo, recuerdo ese día, me susurró al oído, cierra los ojos y déjate llevar por la música mi princesa y así lo hice, tiempo después yo empecé a tocarlo, ya estando un poco más grande de edad, mis padres me pagaron clases, fui a todas por dos años, practique y practique hasta que yo era la que tocaba las melodías en la noche arrullando a mis padres para que tuvieran un sueño tranquilo. 

Y con una sonrisa en mis labios, dejo caerme a la oscuridad. 

***

 

La alarma empieza a sonar, estiro mi mano y con un solo ojo abierto la apago.

5:50am

Estiro mi cuerpo, algunos huesos crujen, ya estoy vieja, me levanto de mi cama calientita, si por mi fuera dormiría todo el día, es uno de mis pasatiempos favoritos. 

Me pongo mi ropa con toda la pereza del mundo, consiste en un vestido color verde y unas sandalias negras. Arrastrando mis pies voy hasta el control de la refrigeración y la apago. Me dirijo al baño, lavo mi cara y dientes. El sueño no se ha ido por completo pero si el suficiente para poder bajar la escaleras sin caerme.

Salgo del baño y voy al armario, me cepillo mi cabello, hago una coleta, tomo mi cadena y rocío un poco de perfume. Apago la luz y con mi mochila y celular bajo al primer piso. 

Eclipse ya hace recostada en su cojín, me muevo hasta la cocina y dejo encima de la isla la mochila y el celular. Abro un gabinete y busco café, no hay, ¿qué voy hacer sin mi dosis de café diario?, tendré que ir a comprar. Decido hacerme un licuado de plátano y fresa, el pan también ya se ha acabado, así que solo será licuado. 

Corto las frutas, saco leche, avena y todo lo licuó, lo sirvo en un termo y lo tapo. Ya se han hecho las 6:20am, verificó si Eclipse tiene comida y agua, en efecto, sus platos están llenos. Regresó por las tres cosas que deje en la cocina, meto el celular a la mochila, me la cuelgo al hombro y con el licuado en mano, tomó las llaves y salgo del apartamento. 

Ya en el elevador miro los números de los pisos, conforme los pasamos se iluminan los botones, hace el típico sonido de "ting" y las puertas se abren. Saludo a Barry con mi mano libre. 

- Buenos días señorita Hannah, tenga cuidado al manejar - yo asiento, él me sonríe y salgo del edificio. Camino por el estacionamiento, quito el seguro al carro y me monto, dejo mi mochila en el asiento del copiloto y el licuado en el portavasos, me pongo el cinturón de seguridad, introduzco las llaves y arranco el carro. 

30 minutos mas tarde...

Estaciono el carro y lo apago. Doy un largo suspiro y cierro mis ojos, tranquila Hannah, tranquila, desabrocho el cinturón y me cuelgo la mochila, agarro mi termo, llaves y salgo. Mi corazón martilla contra mi pecho, estoy nervisa, hay mucha gente transitando, como puedo los esquivo hasta llegar a las escaleras, no he mirado ni a los Black ni a William, mucho mejor así.

Subo y subo escaleras, no levanto mi vista, veo mis pies subir los escalones, llegó al cuarto piso, me detengo y inhalo, re robó la compostura y camino hasta el salón. Este se encuentra casi lleno, lo bueno que cada quien está en su mundo, veo un asiento disponible junto a la venta y ahí es donde me siento. 




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