Control sobre ti ©

Capítulo 32

Abro mis ojos para ver sorpresa en los suyos, sonrío tímidamente y me sonrojo. Imita mi sonrisa y vuelve atar mis labios, me toma de las piernas y me alza haciendo que yo las enrede por su cintura. También tomo su pelo y jalo despacio, gime entre mis labios.

Quiero comprobar si con él, es diferente el sexo.

Siento su bulto rozar con mi entrada, me muevo incitándolo. Pero no pasa nada, suelta de una mis piernas y quita despacio mis brazos de encima suyo.

-Perdón zanahoria...no puedo - besa mi frente y sale de la regadera, se enrola una toalla en la cintura y sale del baño. Se escucha la puerta del cuarto ser azotada.

Todos mis ánimos se vienen abajo, mi vista se nubla y caen lagrimas, agarro la esponja y embarro jabón de galletas en ella para después pasarla por mi cuerpo.

Eres una sucia, una completa zorra.

Lloro fuerte y tallo mi con cuerpo fuerza, duele mucho pero no me importa, no alcanzó a tallar mi espalda bien y se que quedara rastro de sangre en ella. Sorbo mi nariz y dejo la esponja para echar shampoo en mis manos y masajear mi cuero cabelludo.

Termino y enjuago mi cuerpo, sorbo mi nariz y suspiro, deja de llorar.

Cierro el grifo y salgo, me seco con una toalla y camino al armario. Elijo cualquier ropa interior, un pants, una blusa y suéter holgado. Al final me peino, pongo unas calcetas y salgo a la habitación por la puerta del armario.

Miro alrededor notando un desastre, la ropa de Ian tirada, el cinturón ensangrentado, las sabanas llenas de sangre también.

Un nudo en mi garganta se forma y sin importarme el dolor en mi cuerpo a grandes zancadas camino al pie de la cama y jalo las sabanas. Las aviento al piso y vuelvo al armario por cobijas limpias.

Tiendo la cama y me introduzco en ella, tapándome hasta arriba de mi cabeza y habiéndome bolita.

Ignora el dolor, es pasajero.

El calor corporal no tarda en salir y con la ayuda de la cobija se mantiene, abrazo una almohada y me dejo caer en la oscuridad.

***
 


-Muñequita...- me remuevo en la cama y un quejido sale de mi boca - No te muevas, iré por pomada.

Me quedo quieta e intento abrir los ojos, cuando logró abrirlos lo primero que veo son los rayos del sol traspasar por los grandes ventanales.

Un día nuevo a comenzado.

Suspiro y me pongo boca arriba ahí es cuando entra James y me reprocha con la mirada.

-No te muevas y lo haces - niega con la cabeza y suspira - Pero bueno yo no soy la del dolor.

Se acerca a la cama y quita la cobija de mi cuerpo, me voltea despacio y levanta el suéter con la blusa.

Escucho una exclamación y balbuceos, pongo los brazos alrededor de mi cabeza y espero su tacto. Embarra la pomada por toda la espalda y también baja mi pants para echarme en las piernas.

Yo solo me limito a jadear y apretar mis puños en la sabana. Sé que ha terminado cuando ya no siento su toque, mis ojos están húmedos.

-Termine, bajare por tu desayuno - giro mi cabeza y lo veo en el umbral de la puerta - No...te...muevas - me apunta con el dedo y yo asiento.

Él sale y giro mi cabeza para el otro lado, las puntas de los árboles llenas de nieve se asoman. Quisiera salir y ver el hermoso paisaje que imagino.

Pero no tengo fuerzas para sostenerme de pie y no quiero molestar a James.

-¡Ahh gata traviesa, casi me haces tropezar! - el grito de James y el maúllo de Eclipse, me hicieron voltear hacia la puerta.

Primero entra Eclipse y se trepa a la cama, después James con una charola en manos.

Nota que lo miro y me sonríe, hago un intento de sonrisa pero al parecer hice otra cosa ya que empezó a reírse.

-Vieras visto tu cara - no deja de reírse, deja la charola en la mesita de noche y se toma el estomago - Ay no, te pasaste.

Lo miro inexpresiva, nota eso y se calla de repente.

-Ya pues - otra carcajada se le escapa, pero se tapa la boca - Respira James...respira.

Inhala y exhala por la boca haciendo muecas, una sonrisa se me escapa e intento sentarme.

-Te ayudo - pone sus manos por mis axilas y me sienta, recargándome en la cabecera de la cama.

-Gracias - agradezco que mi voz sonara clara para haber susurrado. Pone la charola en mi piernas y se lleva consigo una rebanada de pan tostado con mantequilla. 

- Por nada...come, está delicioso - me guiña un ojo y sigue comiendo el pan.

Veo lo que se encuentre en la charola y mi estómago ruge, el desayuno consiste en, unos huevos revueltos, tocino, pan con mantequilla, un vaso con jugo de naranja y fruta picada. 

Tomo el tenedor y empiezo por los huevos y el tocino, quisiera devorármelo de una pero mi quijada y labios duelen si los abro demás. 

- ¿Rico? - pregunta y yo asiento frenéticamente - Me alegra que te haya gustado. 

Aplaude y se levanta, agarra a Eclipse y se encamina a los ventanales. Una vez me termino la fruta agarro el vaso con jugo y lo bebo. Todo ha estado muy delicioso. 

Dejo el vaso en la charola y está en la mesita de noche, quito la cobija de mis piernas y hago el esfuerzo por pararme. 

- ¡Hey!, ¿Qué haces? - James se puso frente a mi - No te levantes, te dolerá mucho. 

El dolor es parte de mi, ya estoy acostumbrada. 

- No te pre-preocupes - extiendo mi mano hasta su camisa y la tomo en puño, me apoyo en ella para estar de pie. 

- Siempre lo hago, pero ya que insistes - acorta nuestra distancia y besa mi frente - Es día de limpiar, mientras yo lo hago...tú bajaras a la biblioteca para estudiar. 

No me niego y hago el ademán de caminar hacia la puerta, pero no doy ni siquiera un paso cuando James ya me tiene en brazos. 

Me retuerzo por el dolor que esta ocasionado al tocar mi espalda. Me baja de inmediato y toma mi rostro en sus manos.

- Perdón muñequita, no era mi intención lastimarte - acaricia mis mejillas y yo cierro los ojos disfrutando. El dolor ya no está - Temgo otra manera de cargarte, enrolla tus brazos por encima de mis hombros - hago lo que me pide y después él agarra mis piernas con cada mano para hacer que las enrolle por su cintura. 




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