Control sobre ti ©

Capítulo 36

Hannah

- Y lo seguirás haciendo - logro escucharlo para después empezará a  reírse, mis piernas flaquean y caigo al suelo. 

El disparo no sé a dónde fue parar, pero pasó por mi lado izquierdo. Siento mi pelo ser jalado hacia arriba, me quejo y quedo frente a Ethan. 

- ¿Creíste en serio que te dejaría sola con mi psiquiatra? - no noto ni una pizca de azul en sus ojos, está más que furioso - Fue muy estupido de tu parte decirle la verdad. 

Suelta mi cabello y me empuja para que camine, temblando y dejando caer las últimas lagrimas lo hago. Pasamos a la casa y chillo cuando veo el cuerpo de la Doctora. Me tapo los ojos y me volteo. 

- Eso sí que no - dice frío y quita brusco mis manos de la cara - Mira lo que hice por ti, es tu culpa que este muerta

Niego con la cabeza y cierro los ojos, se pone frente a mí y me voltea. Pega su cabeza con la mía mientras me susurra al oído.

- Abre los ojos - ordena pero no lo hago, vi sangre la primera vez, no quiero ver de dónde sale - ¡Qué los abras he dicho!

Me separo por el grito y los abro. Un nudo se forma en mi garganta y estomago. Tiene manchado de sangre el estomago y la frente, por esos lugares debió dispararle. 

- ¿Ya estás contenta? - lo siento otra vez detrás de mí - Agradece que no tenga familia, nadie te meterá en la carcel. 

Niego con mi cabeza varías veces, yo no fui quien la mato. Yo no dispare, yo no soy la loca y psicopata. Fue él, él la mato. 

Mis piernas vuelven a flaquear y me tiro al piso. Lloro por pura desesperación, ella era mi salvación y ahora está muerta. 

¡¿Qué nunca podré escapar de este enfermo?!

Me lleno de coraje y me levanto, veo a Ethan frente a mí y lo empujo. Él se voltea y me mira desconcertado no espero más y le doy una bofetada. 

Nunca pensé en las consecuencias y que callera al piso por una bofetada nunca lo espere. Me siento aturdida y mi mejilla arde, siento una patada en mi estómago y lo tomo. 

Maldicion esto duele. 

Mi cabello es jalado nuevamente y otra bofetada es dada en mi rostro. 

- Levántate y vuelve a golpearme si te atreves - dice a centímetros de mi cara, mi vista se nubla - Eres tan estupida. 

Y un rodillazo fue suficiente para caer de espaldas. Veo como Ethan sonríe y sale de mi campo de visión. Puntos negros se miran y un líquido salir de mi nariz es lo que siento. 

Giro mi cara a un costado y la Doctora es arrastrada por el pasillo. Una lagrima cae al piso y cierro mis ojos, la oscuridad no tarda en tragarme. 

***
 


- ¡Arriba! - un grito y agua helada me levantan. Empiezo a toser y me incorporo para quedar sentada. 

Ahora la punzada es en mi estómago y la cara, me duele. Mi cuerpo empieza a temblar por el frío. 

- Duchate y baja - ordena y sale de ¿mi habitación?

¿A qué hora llegué aquí?, ¿Por qué apenas veo el sol salir?

Preguntas sin respuestas llegan una tras otra, me levanto de la cama y noto que traigo lo mismo de ayer, junto con los tenis. 

Debí durar desmayada mucho tiempo, pasó un día completo. Me muevo hasta el baño y me quito la ropa mojada, preparo el agua caliente y voy hasta el espejo. 

Hematomas es lo único que miro, antes solo tenía del cuello para abajo pero los moretones morados con verde en mi cara me dicen que todo a cambiado. 

Toco la zona morada de mi estómago y duele. Muerdo mi labio para no llorar. No evitó también ver la sangre seca por mi nariz y el pelo del lado izquierdo. 

Me veo del asco, lagrimas traicioneras bajan y me quito de ahí. Me baño rápido y salgo. 

Hago la misma rutina, secarme, cambiarme y peinarme. Toco mi cuello y veo que algo me falta. 

¡Mi cadena!

La busco entre la ropa mojada y el armario, pero no está. No, no, no, yo no puedo perder esa cadena, tiene un valor sentimental muy grande. Ahora lloro por eso y me dejo caer al piso. 

Lleve mis manos a la cara pero dolió y mejor no la toque. La puerta del baño es azotada. 

- ¿Qué haces ahí tirada? - no deja que responda y me jalonea del brazo - ¿Por qué lloras? - limpia brusco mis lagrimas, me quejo por el dolor. 

- M-mi cad-cadena - le murmuro, este sonríe y alza su mano. Él la trae, mi pecho se estruja cuando intento tomarla y la quita. 

- Si la quieres, tendrás que ganártela - no deja de sonreír, me toma de la quijada y me da un pico en los labios - Bajemos a desayunar. 

Da otro pico y sale del baño, despierto del shock y lo sigo. Va tranquilo y balbuceando, no pareciera que mató a alguien ayer. 

¿Hasta donde me llevara mi curiosidad? 

Bajamos hasta el comedor, raro nunca había comido aquí. Veo dos platos y él se sienta en donde se podría decir que es la cabecera de la mesa. Tomo asiento a lado izquierdo.

Ni hambre tengo pero está tan tranquilo y alegre que no quiero hacerlo enojar, así que como lento y asqueada. 

- Si mi comida no te gusta, no te la comas - ha soltado el tenedor en su plato y me mira enojado - Deja de hacer esa cara de asco. 

Me quita mi plato y se lo lleva. Al paracer ya termine, dejo el tenedor a un lado y bebo agua, hago el ademán de pararme pero Ethan llega. 

- No lo hagas - demanda y dejo caer mi trasero otra vez a la silla - De ahora en adelante no harás nada hasta que yo te lo diga o te dé permiso. 

Lo miro inexpresiva, ¿De qué va ir esto? 

- ¿Quieres levantarte? - pregunta cínico, asiento con la cabeza - Pide permiso. 

Sonríe y se cruza de brazos esperándome, ¿Qué podría hacer en la mesa?

- ¿Pu-puedo levantarme? - no sé si lo hice bien pero hago puños mis manos cuando lo veo sonreír. 

- Claro, zanahoria - hace el gesto con su mano y lo hago - Tienes dos opciones - pausa y levanta dos dedos - Una, la biblioteca o dos, tu cuarto. ¿Cuál eliges?




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