Corazón de arena

8 - Él

Cuando el autobús frena, la situación es mucho peor de lo que había imaginado. Calles de tierra, silencio, construcciones antiguas… Y nada de gente. Intento buscarle el lado divertido a la situación, pero me es imposible.

Ingreso al kiosco que hay en la estación y pregunto dónde queda Playa Dorada. Me dicen que avance por la calle principal, la única asfaltada, derecho, y llegaré a la playa. No sé por qué aquello no me sorprende.

Avanzo a paso lento intentando observar el pueblo con un poco de curiosidad. Al principio las casas tardan en aparecer. Luego, aparecen varias casas seguidas, con divisores hechos de tejidos. Algunas personas están sentadas afuera y me observan raro.

Metros más adelante, las casas vuelven a desaparecer dándole lugar a la naturaleza. Extensiones de césped y árboles acompañan el camino. Finalmente, un cartel indica hacia la derecha “Playa Dorada” y hacia la izquierda “Complejo Sauce verde”.

Suspiro.

Avanzo por la calle de tierra de la derecha y a lo lejos veo una pequeña construcción que en sus paredes dice “guardavidas”. Cuando llego, golpeo la puerta y me recibe un hombre que apenas llegará a los treinta años.

—Eres el otro guardavida, ¿verdad?

Lamentablemente, si” pienso, pero solo me limito a asentir.

He llegado.




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