Creo que hay sentimientos que se clavan para siempre en el alma. Uno intenta taparlos, no pensarlos, ocultarlos… Pero siempre hay un hecho que nos devuelve la sensación. Y de repente nos encontramos reviviendo esas emociones como si nunca las hubiéramos dejado de sentir.
Y allí estoy de nuevo, reviviendo el dolor de la pérdida de mi amigo. De no encontrar más sus consejos, sus palabras de ánimo… De no contar más con su cariño tan sincero.
Cuando rompimos y el vínculo se cortó por completo, fue lo que más sentí. Porque abrazos, besos y compañía podía encontrar en cualquier lugar. Pero una amistad como la que habíamos compartido nosotros, eso era algo especial y único.
Y por más que extrañe y desee recuperarlo, sé que eso que teníamos no está en las personas que somos actualmente. Eso me termina por destruir.
No quiero llorar, pero siento las lágrimas caer.
De repente el dolor de año y medio atrás parece revivir. Quizás nunca lo dejé de sentir. Aun lo extraño. Después de tanto tiempo, nuestra amistad aún duele.