Corazón de arena

48 - Ella

No entiendo mis nervios. He hablado con él varias veces, pensé que esto no ocurriría. Pero aquí estoy. Con el corazón latiéndome mucho y sin capacidad de emitir palabra.

Llegamos a la costa del río. No hay nadie. Era de esperarse. Aunque lo agradezco. Las personas del pueblo suelen hablar demasiado e inventar historias de un simple hecho, agregándole detalles inexistentes y haciendo suposiciones erróneas

Por suerte él parece apiadarse de mi silencio y comienza a llenarlo con palabras y preguntas.

Hablamos un poco sobre el lugar mientras nos acercamos a la costa, allí donde hay algunas mesas de concreto y bancos del mismo material.

Saca la bebida y la comida y espera mi veredicto.

—¿Los has hecho tu?

Asiente.

—No había muchas opciones…

—Están geniales —admito.

Sonríe conforme mientras le da un bocado.

Observa el río.

Y yo lo observo a él.

La piel bronceada, los ojos celestes… Me gusta.

Decido mirar el río. Por mi bien y por el de mi corazón.




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