Corazón de arena

56 - Él

Esa mañana decido quedarme un rato más en la cama.

Hace mucho que no me lo permito y en ese momento, lo necesito.

Abro las ventanas de la habitación y dejo que la luz del día ingrese. Observo la playa vacía y me invade un sentimiento de paz. Capaz un poco de tranquilidad cada tanto no venga mal.

Me vuelvo a acostar y reviso las redes sociales con música tranquila de fondo.

Entonces aparece una foto que ha subido mi padre.

Orgulloso de tus logros” dice el encabezado. Y en ella aparece él, sonriente y feliz junto a mi hermano mayor.

Ha iniciado sus prácticas de medicina. La profesión de mi padre. La que había deseado para todos sus hijos.

La profesión que yo más odié en mi vida, que me obligaron a estudiarla igual y que me hizo vivir los años más tristes y frustrantes de mi vida.

De pronto, el recuerdo anula toda felicidad.

Recuerdo la cara de mi padre cuando le dije que mi sueño era ser guardavidas. Recuerdo el momento en que me acompañó a inscribirme a la universidad de medicina y sus palabras diciéndome que esperaba verme convertido en médico. Recuerdo el sufrimiento al preparar cada examen, al ir a cada clase, las dudas de hablar seriamente con mis padres y tomar la decisión de seguir mi camino… Y todo lo que eso conllevó.

Y, sobre todo, el quiebre en la relación con mi padre.




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